Prohíben por 90 días las construcciones en una zona ambientalmente vulnerable de Bariloche
Se resguarda la zona del mallín del kilómetro 12 y bahía Serena. El proyecto se trabajó con distintos actores y el Ejecutivo se comprometió a realizar un plan de manejo.
La zona del mallín del kilómetro 12 de la avenida Bustillo y los alrededores de bahía Serena quedaron cercados por una protección temporaria dispuesta por el Concejo Deliberante por ordenanza por considerarla un área de “vulnerabilidad ambiental”.
La medida implica la prohibición de nuevas construcciones y permisos de edificación por un plazo de 90 días, tiempo en el cual el Ejecutivo a través de la secretaría de Planeamiento Territorial debe realizar un “plan de manejo” para establecer qué se puede hacer en esa área.
Sobre esa zona ya existe una resolución de 2006 que establecía una delimitación para las construcciones que en su momento abarcaba a 214 lotes privados. Esa medida fue laxa y las edificaciones igual avanzaron en los últimos años.
La ordenanza surgió por el impulso de juntas vecinas y organizaciones ambientalistas que advierten riesgoso para los pobladores de la zona el avance de las construcciones sin control por la afectación de las napas, la calidad del agua, las inundaciones cuando el agua escurre de manera irregular ante los rellenos de los predios.
Un proyecto que tuvo rechazo original y se revirtió
El proyecto estuvo en análisis el año pasado y no avanzó. Originalmente la concejal Julieta Wallace (Incluyendo Bariloche) planteaba crear una reserva natural urbana en el mallín del kilómetro 12, pero se trabajó de manera posterior con distintos actores y sectores políticos hasta que logró el acuerdo del propio Ejecutivo y se transformó en un “área de vulnerabilidad ambiental”.
Por unanimidad fue aprobada la ordenanza y esta modificación en la postura negativa de varios ediles que el año pasado no acompañaban el proyecto, fue parte de los discursos de los concejales que celebraron el acuerdo alcanzado y el trabajo realizado en comisiones.
Wallace destacó que esta ordenanza “implica comenzar a trabajar en un plan de manejo que tiene que llevar adelante el Ejecutivo” y resaltó que la secretaria de Planeamiento Territorial, Sofía Maggi, “estableció su compromiso para llevar adelante en tiempo y forma este plan de manejo, para identificar los sectores, las zonas de amortiguación ambiental, de recuperación y la reserva ambiental identificando en cada zona los usos permitidos y no permitidos”.
La norma fija un plazo de 90 días de suspensión de todo permiso de nuevas obras, por lo cual no se admitirá documentación o inicio de trámite para cambio de uso de parámetros urbanísticos. También se propuso crear una comisión especial de seguimiento de la elaboración del plan.
“Creo que es una solución que nos deja cómodos a todas y todos” dijo la autora que remarcó la intención de “resguardar” la zona en función del amplio ecosistema que allí habita.
Los concejales de JSRN acompañaron y destacaron los cambios generados para posibilitar una aprobación en la última sesión y desde el oficialismo Gerardo Del Río asumió el compromiso de “acompañar para que avance el plan de manejo”.
Facundo Blanco Villalba (Primero Río Negro) pidió sin éxito sumar un plazo de vigencia de las suspensiones para que no ocurra lo ocurrido en el cerro Otto, donde existe una norma similar desde hace años, pero el plan de manejo nunca se concretó. De todos modos apoyó la ordenanza que salió por unanimidad.
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