Reclamos por el recorte de alimentos en las escuelas hogar de Río Negro

La comunidad educativa de la residencia 304 de Comallo reclamó que reciben el 50% de mercadería en relación al año pasado. Aseguran que con la ley de etiquetado frontal, se suprimieron muchos alimentos, pero no se reemplazaron por otros.

La ley de etiquetado frontal sancionada en octubre de 2021 que incluye los sellos negros en los envases de alimentos llevó a implementar cambios en los menúes de escuelas rionegrinas que generaron múltiples reclamos.

«En las escuelas hogar eliminaron las mermeladas, el dulce de leche, el yogur y los enlatados como el atún y las arvejas. Llevan harina integral para hacer pan. Muchas cosas, las reemplazan con fruta. A las escuelas hogar mandan 40 kilos de fruta por quincena. Pero si sacas el dulce de batata y de membrillo de los desayunos y meriendas, es poca la cantidad», explicó Andrea Roncatti, secretaria de Salud de Unter Central.

Comentó que, por otro lado, aumentaron las cantidades de queso pese a que también lleva el sello negro. «Es contradictorio. Lo cierto es que están intentado reemplazar alimentos, pero no los reemplazan del todo. La ley se cumple a medias«, señaló la dirigente gremial.

El último martes, los padres de la residencia 304 «Julio Cao» de Comallo debieron retirar a los chicos de 13 a 18 años ante la falta comida. Como protesta, se reunieron en el Consejo Escolar Zona Sur esta mañana, con un plato simbólico repleto de ensalada y una porción minúscula de pollo.

«Salimos a reclamar porque en la residencia de nivel medio masculina de Comallo redujeron drásticamente la cantidad de alimentos. Este año están entregando el 50% de la mercadería que entregaban el año pasado. Los chicos ingresaron al colegio el martes pasado y este martes tuvimos que retirarlos por falta de comida», fustigó Vilma Díaz, una de las madres de los estudiantes.

«Nos dijeron que hay un informe nutricional con la porción calculada que debe consumir cada chico. Suprimieron los enlatados y cayó la cantidad de carne. Pero no se ofrecen otras alternativas. Suprimen, pero no suplantan con otras cosas«, comentó otro de los padres.

Paola Loncon, secretaria general de Unter Jacobacci, acompañó el reclamo de los pobladores de Comallo y entendió la problemática como «una definición política de recorte».

«No solo suprimen alimentos desde marzo sino que hay irregularidades en las entregas en tiempo y forma para los menúes que sugiere el nutrionista. La semana pasada entregaron queso vencido», manifestó y agregó: «El año pasado se llevó adelante la dieta saludable, pero la diferencia es que la mercadería alcanzaba«.

El regimen de la residencia estipula que los estudiantes pernocten durante 15 días. «No es que vuelven a sus casas y pueden comer algo. Este es el único alimento que reciben. Hablamos de la comida de los pibes. El Ministerio de Educación debe darles a los estudiantes alimentos ricos en cantidad, calidad y variedad», acotó Loncón.

Proceso de cambio

Lorena Keller, de la Residencia Pilcaniyeu, comentó que la ley de etiquetado establece, por un lado, que los productos tengan sellos y por otro, contempla capacitaciones sobre consumo para docentes y responsables de los comedores escolares. Reconoció que el proceso de cambio del menú costó entre los estudiantes.

«A principios de este año vino una nutricionista y me informó que no iban a mandar nada que tuviera sello, como dulce de membrillo, batata, yogur. Tampoco gelatina o postres de leche. Retiraron los enlatados por el alto contenido en sodio y conservantes, como choclo, arveja, tomate y pescado en lata. Los chicos ya no consumieron más pescado, por ejemplo», puntualizó la directora.

Unos 11 estudiantes asisten a la residencia de Pilcaniyeu, a los que se suma el personal docente. «Están contemplados 40 kilos de fruta quincenales. Pero ya al entregarla como postre alcanza muy justo. Si además tenemos que darlo como desayuno y merienda, como dice el menú, no alcanza«, agregó Keller.

Dijo que según el menú, solo pueden ofrecer mermelada o dulce de leche una vez por semana. De modo que ahora, los chicos solo comen pan solo o con queso y, fruta. «Está estipulado una vez por quincena dar arroz con leche y avena. Hubo que hacer todo un proceso con los chicos y explicarles por qué se sacan las harinas y dulces y, los beneficios para salud. Los cambios fueron en marzo y hoy, lo comen. Lo que más cuesta es la vitina y la avena», advirtió.


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