Por la crisis, crecen en un 50% los merenderos en Roca

La falta de comida, de ropa, de útiles para el colegio, de un techo; entre otras ausencias hacen difícil transitar el día a día y la situación se hace cuesta arriba en los días de frío. La crisis económica atraviesa cada ciudad de la Argentina, y General Roca no es la excepción.

En este contexto podemos visibilizar las necesidades en los barrios más alejados del casco céntrico a través del surgimiento de merenderos o comedores en precarias casas que intentan cobijar y contener, principalmente, a niños, niñas y adolescentes.

Es necesario aclarar que la crisis no se reduce sólo a la falta de comida y, como consecuencia, al surgimiento de espacios populares que provean de esta carencia, sino que perjudica y empobrece varias dimensiones de las familias. 

Las encargadas de todos estos espacios son madres, amigas, vecinas que se proponen darle un plato de comida, almuerzo o merienda, a los más pequeños que resultan ser los más vulnerables. 

Con el pasar del tiempo, las diferentes realidades florecen entre precarias casas alejadas de lo urbano. La violencia familiar, la falta de contención, las drogas, la imposibilidad de estudiar, familias numerosas, entre otras. 

“Hay un nene que vive con los tíos, que cuando quieren lo echan y no tiene donde ir, por lo tanto viene acá. Está todo el día en la calle, pero tampoco tiene sus padres”, contó Rocío Morales (26) una joven que junto a su pareja abrieron un merendero en Barrio Nuevo de Roca. Según el relevamiento que hizo este medio, la zona norte de la localidad concentra la mayoría de estos lugares.

Por estos motivos, los objetivos van mutando y se agregan más comidas durante el día o diversas actividades. El actual comedor “Nueva Luz”, también ubicado en la zona norte de la localidad, agregó talleres de música, guitarra, teclado, bajo y canto (los días martes a las 13 horas, desde los 12 años hasta los 19 inclusive).

“Alegría” el merendero que surgió en enero de este año, en el barrio Quinta 25, se inauguró con la necesidad de brindar una comida al día, pero con la idea de crear un espacio de estudio para que los y las jóvenes no abandonen su educación.

Los merenderos se crean en lo que es la cocina-comedor o patio de una casa de barrio. En la que ya vive una familia, también con necesidades, que decide compartir su espacio privado con vecinos y vecinas; y cocinarle a alrededor de 40 chicos, y en algunas ocasiones a familias enteras.

Colonia 17 de octubre es uno de los barrios más alejados de Roca, 3 kilómetros hacia el oeste. Allí Cristina armó un merendero hace un año. Hace unas semanas, impulsaron un ‘roperito solidario’, con la idea de que quién pueda, colabore con ropa de abrigo o frazadas para los pequeños que lo necesitan. 

“Mimitos” es un merendero ubicado, al noroeste de la ciudad. Funciona de lunes a viernes de 16 a 18.30 horas. Asisten 15 chicos y 6 familias se llevan la leche  a su casa. «Cada familia retira para sus hijos, que son entre 4 y 8 hijos por familia”, contó su referente Lidia.

Por su parte, Barrios de Pie también está realizando un relevamiento de peso y talla para ver el índice de malnutrición en los niños, niñas y adolescentes. El objetivo es tener un informe que refleje en la situación nutricional en la que se encuentran los más pequeños.

El municipio, tras la aprobación de la Ley de Emergencia Alimentaria, comenzó con el relevamiento de comedores y merenderos en la ciudad. Expresaron que están en la etapa de revisión de cada lugar: rectificar las direcciones, conocer las necesidades (elementos para cocinar), coordinar para asistir a capacitaciones alimentarias, un control sanitario y bromatológico.

Además, desde Desarrollo Social, se brindará una ayuda económica que deberá suministrar cada merendero y luego deben presentar los comprobantes de compra.

Emergencia alimentaria por un año en Roca

El pasado 4 de junio, a sala llena, el Concejo Deliberante de la ciudad, aprobó por unanimidad la Emergencia Alimentaria por un año. La iniciativa fue impulsada por organizaciones sociales como la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), que dentro como fuera de la sala, esperaban la decisión.

“El Estado debe institucionalizar, debe tener registro, debe tener un control sanitario, y también planteamos un registro de unidades productivas de agricultura familiar. No queremos que esto sea un pretexto para licitar compras de alimentos superelaborados que engordan pero no nutren”, enfatizó Silvia Horne, diputada Nacional, haciendo hincapié en proveer una alimentación saludable. En este sentido, el proyecto de ley propone acompañar este ayuda con la conformación de huertas comunitarias que puedan producir los alimentos saludables para los beneficiarios.

Por su parte, Nadia Ortiz referente de la CCC, manifestó emocionada “es un logro que venimos peleando desde el 1 de junio de 2017. Es un reconocimiento a todo lo que venimos haciendo en todos los barrios”. Esta organización tiene a cargo 12 merenderos en diferentes puntos de la ciudad.

La ley de emergencia contempla la creación de un registro de cuántos niños, niñas, adolescentes, embarazadas y adultos mayores que no llegue a cubrir las necesidades básicas y estén en riesgo de subsistencia.

Para mayor precisión se trabajará en conjunto con otras instituciones, como el PAMI, con el Departamento de Atención Programada para el Área (DAPA) del hospital, Desarrollo Social de la Provincia, Ministerio de Educación; entre otros. También se tendrá en cuenta las asistencias que estas instituciones realizan a través de diferentes programas. 

Asimismo, se promoverán cursos de alimentación saludable gratuitos en distintos barrios, y los espacios que estén anotados en el “Registro Único de Merenderos y Comedores” deberán participar de charlas de manipulación de alimentos.