¿Por qué las selecciones latinoamericanas eligen Estados Unidos para jugar los amistosos?

El poder de marketing y la proyección hacia el Mundial 2026, encauzan al fútbol hacia el país del norte.

“El fútbol es el deporte del futuro en Estados Unidos… y siempre lo será”. El chiste, repetido hasta la saciedad por los escépticos del balompié en el país que inventó el béisbol, el baloncesto y el fútbol americano, no deja de tener su fundamento.

La eclosión del llamado “deporte rey” hace tiempo que se anuncia en Estados Unidos, y notables son sus avances en las últimas décadas; pero el creciente afecto por el fútbol dista aún mucho de la devoción que le manifiesta el resto del continente.

Así que, en espera de que el “soccer” explote definitivamente como producto local, los seguidores estadounidenses se congratulan estos días con la visita de numerosas selecciones de Latinoamérica, más que dispuestas a exportar su fútbol lejos de sus fronteras.

Desde las centroamericanas Guatemala y El Salvador, hasta las poderosas Brasil y Argentina, pasando por Colombia, Venezuela y México, todos los seleccionados disputan partidos amistosos a domicilio en las fechas FIFA, llenando muchos de los modernos estadios repartidos por el territorio estadounidense.

Un mercado ilimitado

Sin ser novedad, la cantidad de encuentros sorprende y obliga a preguntarse por las razones de la tendencia. “Es por un tema de mercadeo”, explica Carolina Jaramillo, directora de la agencia de marketing deportivo Score, de Colombia. “Estados Unidos es un mercado absolutamente creciente, gigante, con un mercado hispano muy grande. Y ahora, con el Mundial de 2026 junto a Canadá y México, saben y entienden que el fútbol es muy buen negocio”.

No constan quejas a nivel de infraestructuras y capacidad logística, organizativa y promocional, otro de los principales atractivos para que incluso potencias opten por exhibirse en Estados Unidos. Las selecciones latinoamericanas están yendo también por una cuestión de menor trabajo para las asociaciones. Brasil y Argentina tercerizan la organización de estos partidos en el extranjero. “Es una costumbre muy antigua, y tambiñén el origen de los escándalos del fútbol sudamericano”, comenta Erich Beting, consultor de marketing deportivo, quien estima que la federación brasileña llegó a vender los derechos comerciales de un partido en Estados Unidos por 5 millones de dólares, delegando en la agencia intermediara desde la búsqueda del rival hasta la venta de entradas.

Aunque muchos se cuestionan si los casos de corrupción que estallaron en 2015 en la Conmebol ligados a los derechos televisivos han contribuido al éxodo masivo de sus países representados, en este caso parece pesar tanto o más el magnetismo mundial de la Argentina –pese a la ausencia de Leo Messi– en un mercado todavía por explotar.

Según una encuesta de Gallup publicada el pasado enero, un 7% de estadounidenses considera al fútbol su deporte favorito como espectador, lo que lo sitúa en situación inédita de pelearle al béisbol (9%) el tercer lugar del podio, por detrás del básquetbol (11%) y el fútbol americano (37%). El soccer, efectivamente, es el deporte que más crece en Estados Unidos, en especial entre la población joven (18-34 años), que reparte su afición a partes iguales con la NBA.


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