Quedó ciego a los 13 años, y ahora es la voz y el oído de los bomberos

Javier Maldonado, de 44 años, se define como “despachador de emergencias”. Atiende las llamadas del cuartel del barrio 2 de Abril de Bariloche. La pérdida de la visión no le impidió concursar en Protección Civil del Municipio y luego ganar este puesto. La calma es la clave en su labor.

Ocupa su puesto de trabajo en una sala pequeña del cuartel. Escucha música, de vez en cuando intercambia alguna palabra con sus compañeros a la espera de cualquier emergencia. También revisa los diarios con un programa de la computadora “que lee en voz alta”.

En ningún momento se quita sus anteojos oscuros y si no fuera por su bastón, su ceguera pasaría inadvertida.

“Soy igual que cualquiera. Uno más. Lo que más me gusta de todo esto es que a pesar de mi discapacidad, estoy al servicio de la comunidad. Puedo ser útil a la gente”, afirma.

Javier Maldonado se define como un “despachador de emergencias”. Este hombre de 44 años concursó y logró ingresar a la Subsecretaría de Protección Civil del municipio, donde trabajó durante 6 años. El año pasado, desde el área accedieron a trasladarlo al Cuartel de Bomberos del barrio 2 de Abril donde se había producido una vacante.


“El trabajo me gusta. Hay que estar atento a recibir y despachar lo que se necesita. Y especialmente llevar tranquilidad. Hay que tratar de no malgastar recursos”, indica.

Recuerda que en Protección Civil recibía desde llamados por emergencias reales hasta los pedidos más insólitos. “Nos preguntaban cuáles eran las farmacias de turno, si teníamos el número de algún remís”, relata.

Maldonado perdió la visión cuando tenía 13 años. “Tuve muchos problemas visuales de nacimiento y fui perdiendo la visión de a poco hasta que tuve un desprendimiento de retina y ahí ya no se pudo hacer nada“, reconoce este hombre del barrio 645 Viviendas.

Desde que perdí la visión, me levanto con un objetivo. Siempre hay algo nuevo para hacer y las puertas se van abriendo solas”.

Javier Maldonado, despachador de emergencias.


“Sentía mucha rebeldía propia de la adolescencia, a lo que se sumaba mi enojo por el tema de la visión”, agrega Maldonado, hermano de trillizos.

Javier Maldonado, es no vidente y concursó para trabajar en Protección Civil. Foto: Alfredo Leiva

Amante de los medios de comunicación, años atrás realizó un curso en el Centro de Telecomunicaciones de Neuquén sin imaginar que su vida cambiaría para siempre. Destacó la práctica como lo más importante y romper el hielo para hablar por la radio ya que al comienzo, “inhibe un poco”.

Del área de Protección Civil pasó a desempeñarse en el cuartel de bomberos ubicado en la rotonda de la avenida Juan Marcos Herman, donde trabaja de lunes a viernes, en horarios rotativos. Concurre en colectivo a trabajar aunque los días lindos prefiere caminar hasta el cuartel.

“Yo ya traía los conocimientos del municipio. De todos modos, cuando me necesitan en Defensa Civil voy para allá (especialmente cuando hay eventos grandes)”, aclara y cuenta que su hijo de 9 años lo llama para avisarle cada vez que escucha una sirena.

Experto

6 años
trabajó en el área de Protección Civil de la Municipalidad, lo que le dio una experiencia enorme.

Los bomberos del cuartel 2 de Abril lo incorporaron de inmediato como un compañero más. “Somos muy unidos. Siempre están dispuestos a ayudarme y cuando no hay llamadas, escuchamos música o leo diarios con un programa de la computadora”, explica.

Reconoce que el grueso de los llamados es por accidentes viales e incendios con lo cual lo más importante es “no perder la calma en ningún momento”. “Hay que proceder con tranquilidad, hablar de manera pausada. No es algo fácil en estos trabajos”, enfatiza.

De todos modos, advierte que “siempre me agarra una adrenalina tremenda y la ansiedad recién se me va cuando los chicos llegan al lugar y me pasan novedades”.


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