Es el día de Santa Catalina Labouré, la vidente de la Medalla Milagrosa

Cada 28 de noviembre, la Iglesia Católica celebra a Santa Catalina Labouré, la canalizadora de la Medalla Milagrosa. Conocé cómo pedirle a la Virgen con esta oración.

Pasado el día de la Virgen de la Medalla Milagrosa, la Iglesia Católica celebra a Santa Catalina Labouré cada 28 de noviembre, quien recibió a María con semejante tarea de acuñar una de sus insignias más importantes. «Dios quiere confiarte una misión; te costará trabajo, pero todo lo vencerás pensando que lo haces para la gloria de Dios» le dijo la madre de Cristo, en su aparición.

Santa Catalina Labouré nació en Fain-lès-Moutiers (Francia) el 2 de mayo de 1806, en una familia campesina. A los nueve años perdió a su madre, por lo que se aferró a la Virgen María y en ella encontró la fuerza y el alivio necesarios en medio de su orfandad.

Así, un día la pequeña Catalina le hizo una petición a la Virgen: “Sé mi madre”. Muchos años después, el 27 de noviembre de 1830, la Virgen María se le apareció mientras rezaba en la capilla del convento, y le pidió algo sorprendente: que acuñe una medalla dedicada a Ella, para protección de quienes la porten, prometiendo que Dios concedería gracias y milagros si pedían su intercesión.

Tras recurrir al apoyo del Arzobispo de París y otras autoridades de la Iglesia Católica, se accedió a la petición de Santa Cecilia Labouré y se otorgó su autorización para que la medalla fuese acuñada. La Medalla Milagrosa empezó a ser reproducida y, con ello, aparecieron los primeros devotos y los primeros testimonios de milagros acontecidos en sus vidas. Todo sucedió tal y como lo había prometido la Madre de Dios.

Cuál es la oración de la Virgen de la Medalla Milagrosa


Si querés invocar a la virgen de la Medalla Milagrosa, en tiempos difíciles, podés hacerlo con esta oración:

Oh Virgen Madre de Dios, María Inmaculada,
nos dedicamos y nos consagramos a vos,
bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.

Que esta Medalla sea para cada uno de nosotros
una señal segura de tu afecto por nosotros y
un recordatorio constante de nuestros deberes hacia vos.

Que, al llevarla siempre puesta, seamos bendecidos
por su amorosa protección y preservados en la gracia de tu Hijo.
Oh, la más poderosa Virgen, Madre de nuestro Salvador,
mantennos cerca de vos en cada momento de nuestras vidas.

Obtén para nosotros, tus hijos, la gracia de una muerte feliz;
para que, en unión con vos, podamos disfrutar de la dicha del cielo para siempre
.

Amén.
(repite 3 veces)


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