Relaciones carnales

Cipolletti

“América para los americanos” suena como la relación carnal que sostenemos con EE.UU. El viaje de Capitán Beto por las Uropa’s ¿no estará tramando un nuevo 11/9?

Muchas preguntas que nos hacemos nos llevan orgullosamente a concluir que los argies podemos formular preguntas que los mexicanos no pueden. Por ejemplo:

¿Tuvo Benito Juárez la incidencia de la historia universal en sus manos?

En 1.845 los estados del norte de México pasaron a formar parte de la Unión (EE. UU.) Diez años después, tras comprobar que los impuestos al algodón les quitaban las ganancias, sugirieron a las Uropa’s el retorno a las antiguas fronteras del Virreinato caídas bajo la pretensión emancipadora. Así comenzó la Guerra de Secesión en la que participaron el Zar de Rusia a favor de los estados de la Unión y los estados de la Triple Alianza Sudamericana con sobrantes de pertrechos que la corporación industrial militar no sabía dónde ubicar.

Como con Napoleón y con el Kaiser fue una verdadera guerra mundial que los historiadores todavía no se animan a promulgar, nadie entiende por qué. Dale Carnegie, antes de aparecer como best seller con títulos que merecen el olvido, sugirió que el abogado principal de los intereses esclavistas del Sur fue nombrado Presidente de la Unión. Así apareció Abraham Lincoln como el héroe mayor de la historia de EE .UU.

Europa, que no podía estar ausente, envió ejércitos franceses y austríacos a la lejana Barataria para respaldar no a Sancho Panza sino, esta vez, al Excelentísimo Nuevo Emperador de la Casa de Habsburgo. Maldito Juárez, inició una larga campaña en su contra. Si se hubiera quedado en su casa leyéndole novelas de Pamela a su señora, les hubiera permitido a sus compatriotas llevar la guerra afuera de sus fronteras, a territorio norteamericano. Quién sabe si los Estados de la Unión hubieran podido aguantar los cañonazos. ¿No aguantan todavía hoy un gobierno que discrimina a negros y latinos un siglo y medio después que Lincoln terminara con la discriminación?

Maximiliano fue pasado por las armas a pesar del amor que, según él, sentía por “su” pueblo. Lincoln y Juárez quedaron como respectivos héroes. Desde entonces las relaciones carnales con EE.UU avanzan sin contratiempos.

¿Podrá Capitán Beto en sus periplos por las Uropa’s modificar el rumbo de la Historia como la Cesarina de los argies hizo al empingarlo como inesperado candidato?

¿Qué entenderán los yanquis del programa no declarado del Mariscal de Campo hasta ahora triunfante de Cristina?

Las conjeturas contrafácticas llenan las suposiciones revisionistas. Abierto el juego los planteos de relaciones valen la aventura del intelecto.

Luis Wainerman

DNI 4.528.137


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