Relevarán las adolescencias e infancias trans de la región

Buscarán conocer la situación en Río Negro y Neuquén de más de 60 familias. El observatorio de Derechos Humanos realizará el relevamiento en modo virtual, para lograr datos y conocer realidades de la diversidad.

Las prácticas discriminatorias contra la niñez y adolescencias trans están presentes en los ámbitos educativos y no hay datos que permitan a los profesionales intervenir a tiempo”, explicó la directora general del Observatorio de Derechos Humanos, Gabriela Bercovich.


La diversidad reside en hogares de Viedma a Bariloche, en Río Negro; de la capital a Chos Malal o San Martín de los Andes, en Neuquén.

En la región hay detectadas al menos 60 familias de Río Negro y Neuquén que están integradas por infancias transgénero.

Cómo evitar la expulsión del sistema educativo entre los 11 y 14 años o del mismo núcleo familiar desde la temprana preadolescencia fue la pregunta que motorizó al observatorio de Derechos Humanos de Neuquén para encarar un trabajo cualitativo y cuantitativo sobre las infancias trans.

El 14 de septiembre comenzará el relevamiento de las familias diversas detectadas, con un efecto “bola de nieve” para alcanzar a aquellos núcleos familiares que estén fuera del radar.

“Tenemos una ley de educación sexual integral y la temática no se está abordando ni en Neuquén ni en Río Negro”, dijo Bercovich.

Detalló que si bien se aplica la ley, cuando se habla de población trans “no hay recursos ni herramientas para abordar las temáticas” e incluir las diversidades.

Las prácticas discriminatorias contra la niñez y adolescencias trans están presentes en los ámbitos educativos y no hay datos que permitan a los profesionales intervenir a tiempo”.

Gabriela Bercovich es directora del Observatorio de Derechos Humanos.


Muchas prácticas escolares no contemplan el aspecto de la diversidad en ritos escolares como la formación en las filas, el uso de los baños o la forma que las y los educadores llaman o identifican a los menores que se autoperciben con otro género.

Y todo suma para provocar el sufrimiento y la sensación de señalamiento y discriminación desde los primeros años de una persona trans. Son prácticas discriminatorias: tenemos que visibilizarlas, revisarlas y cambiarlas”, planteó Bercovich.

Luego del censo que se hizo en 2017 de la población trans en conjunto con la Universidad Nacional del Comahue y organizaciones trans, el observatorio encaró este año un aspecto pendiente de ese estudio: la infancia.

El trabajo que se hizo con la población adulta evidenció con crudeza cómo el derecho a la educación se interrumpió a temprana edad por expulsión del seno familiar o del sistema educativo. O de ambos.

Unas 20 organizaciones civiles que son parte del sostén de las familias diversas respondieron de inmediato para la compilación de información. Con el aporte de profesionales se diseñó un cuestionario y se encaró la profundización de aspectos observados.

En números

60%
no terminó la educación, un 8% sin el primario, 43% con secundario incompleto y un 22% accedió al nivel superior.
58%
que contó de su condición de género antes de los 20 años, no terminó sus estudios.

79%
dejaron la escolaridad por sentir discriminación de sus pares; 42% por parte de los docentes y un 25% por parte del personal directivo.

A tres años del censo “Trans – Formando realidades”

El tratamiento del cupo laboral trans este año, en el Concejo Deliberante de Neuquén sacó nuevamente a la luz detalles de los pocos datos recolectados y sistematizados científicamente sobre la población trans en Neuquén y Río Negro.

Reunidas en la asamblea trans, las organizaciones replicaron -en varios encuentros con los concejales- no sólo sus historias de vida sino los datos generales de la región que respaldaban las vivencias y anécdotas.

Las estadísticas fueron centrales para marcar la negación de derechos laborales a una población que es minoritaria y que está discriminada y marginada por su condición de género.

El aporte de las nuevas generaciones fue relevante para demostrar que la estadística lograda hace tres años de una población adulta y adulta mayor, sigue vigente en cuanto a la expulsión del sistema educativo, entre otros aspectos registrados.

Más de la mitad de las personas encuestadas declararon que habían contado sobre su identidad de género antes de los 14 años. La visibilización de su condición diversa, les produjo grandes dificultades para mantener sus vínculos familiares.

Segregadas, continuaron su vida en la calle, por fuera de la educación formal.

El trabajo de relevamiento sobre las infancias trans en las familias diversas comenzará el 14 de septiembre con una fecha de finalización para el 31 de octubre. Todo será virtual, durante la pandemia. Las familias que no cuenten con internet serán incorporadas al relevamiento mediante el trabajo de las instituciones.


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