Alimentación: por qué la ley de etiquetado frontal puede ayudar a comer sano

La iniciativa tiene media sanción en el Senado. Nutricionistas sostienen que ayudará a tomar decisiones sobre productos que se creen que son "saludables" pero que no suelen serlo. 

Se busca avanzar en una alimentación más saludable y disminuir el sobrepeso y la obesidad en la población. En esa línea se impulsa la ley de Etiquetado Frontal de Alimentos, que ya recibió media sanción del Senado. Los nutricionistas destacaron que se trata de un primer gran paso para atender un problema complejo como lo es la alimentación.

«Este proyecto lo que busca es garantizar el derecho a la información en poder saber de manera rápida y sencilla que es lo que tienen los productos que estamos consumiendo, y fundamentalmente poder identificar de manera rápida cuáles de estos productos tienen cantidades excesivas de los nutrientes que se denominan críticos«, señaló Andrea Graciano, presidenta de la Federación  Argentina de  Graduados por Nutrición.

Destacó que el proyecto invita a preguntarse sobre lo que se consume y cómo se modificaron los patrones alimenticios.

«En nuestras mesas han venido ganando lugar los productos envasados e industrializados, que muchos se caracterizan por tener una cantidad excesiva de grasas, azúcares y sal«, marcó Graciano en declaraciones a Vos a Diario, el programa matutino de RN Radio.

Dijo que a su vez de la mano de la venta de productos industrializados en Argentina se incrementó lo que se conoce como malnutrición por exceso, que incluye a enfermedades como obesidad y sobrepeso.

Una de las encuestas nacionales sobre  nutrición y salud reflejó que en Argentina uno de cada diez niños y niñas menores de cinco años tiene exceso de peso y que es el país de América latina que lidera en esa prevalencia. Además que cuatro de cada diez niños, niñas y adolescentes tienen exceso de peso, y en adultos es en siete de cada diez personas .

La presidenta de la Federación  Argentina de  Graduados por Nutrición subrayó que hay evidencia científica y experiencias de otros países que ya lo implementaron el etiquetado frontal, como Chile, que mostraron que «al estar la información al frente del envase la gente la utiliza para tomar decisiones y  transforma sus elecciones a la hora de comprar productos industrializados».

Indicó que se sabe que las personas en general destinan entre 4 y 13 segundos para elegir un producto de la góndola.

Graciano resaltó que en general según la experiencia en otros países, donde es más efectivo un etiquetado frontal es en los productos «percibidos altamente como saludables, como un yogurth, pero la mayoría que hoy se comercializan tienen una cantidad excesiva de azúcares». Lo mismo reflejó que ocurre con algunos jugos industrializados que «se cree que es un jugo de frutas pero está en realidad la persona comprando agua azucarada con saborizante, aromatizante y colorante».

Sostuvo que para mejorar los hábitos alimenticios la educación es una herramienta fundamental pero requiere que sea acompañada de políticas públicas.

Al respecto, mencionó lo que sucede en algunas escuelas.

«Se hacen en las aulas jornadas de educación alimentaria y se promocionan el consumo de vegetales y frutas, pero después se ofrece menús a base productos industrializados y también en los kioscos de los colegios».

La profesional también indicó que es importante en esos espacios «recuperar los productos naturales y las preparaciones caseras».

 Por eso insistió en la importancia de los marcos regulatorios y en avanzar con el proyecto de ley que lo definió como «integral». Expuso  que se trata de un problema complejo que debe abordarse teniendo en cuenta todas las dimensiones.

Sumó otra de las variables. Según estudios el consumo de frutas y verduras en el país es menos de la mitad de lo recomendado por los nutricionistas y se observa tanto  en personas de alto como de bajos ingresos.

Lo que dice el proyecto:

El proyecto que recibió media sanción en el Senado, surgió de la unificación de quince iniciativas de Ley. Ahora tiene que tratarse en  la Cámara de Diputados.

Tiene tres ejes. Uno de ellos es el etiquetado frontal donde se advierte al consumidor con sellos de emergencia negros los productos que tienen excesos de sodio, grasas, azúcares o calorías. Además obliga a declarar a las empresas el contenido cuantitativo de azúcares.

Los otros puntos son la regulación de la publicidad de los alimentos y en los entornos escolares.

«El tema está en agenda y esperemos que los diputados y diputadas estén a la altura.  Sabemos que en el Senado hubo fuertes presiones particularmente de la industria de las bebidas azucaradas», señaló Andrea Graciano.

En la provincia de Neuquén se aprobó en agosto la ley de Promoción de Entornos Escolares Saludables, que entre otras acciones, establece que se garantice en las escuelas una nutrición adecuada y la promoción del ejercicio físico.}


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