Rumbo a Marruecos con una sonrisa

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San Lorenzo se regaló una alegría antes de partir a Marruecos para jugar el Mundial de Clubes. Venció 2-0 a Vélez en Liniers y terminó en positivo su participación en el torneo de Primera. Por la creciente rivalidad, nacida en los años 90, que existe entre ambos equipos, Fortineros y Cuervos jugaron un clásico con muy poco en juego. El encuentro le sirvió más a San Lorenzo que a Vélez, ya que le sirvió de buen banco de pruebas de cara a la cita de Marruecos. Los equipos se repartieron el dominio en la primera mitad y tuvieron dos chances cada uno para desnivelar. El Ciclón arrancó muy bien, pero su intensidad fue decayendo a medida que pasaban los minutos. A la vuelta de los vestuarios, el equipo del Turu Flores lució más incisivo y tuvo una clara a los 3’ cuando Pratto le ganó en velocidad a Mercier y definió por abajo del cuerpo de Torrico, pero el balón se estrelló en la base del poste. El Ciclón contestó recién a los 30’ con un remate de Barrientos que casi desvía Kannemann ante el achique de Sosa, pero la diferencia recién la hizo a los 38’ cuando Villalba le sacó en la carrera a Papa y definió ante Sosa. Con la ventaja a su favor, San Lorenzo aprovechó la situación y a los 43, en una jugada desafortunada, Domínguez venció a su propia valla tras un centro de Barrientos, dándole el segundo tanto a los de Edgardo Bauza. En La Plata, Estudiantes se dio el gusto de ganarle 4-2 a Tigre y despedir el torneo con una victoria. El Pincha tomó la iniciativa y sorprendió a Tigre cuando a los 4’ abrió la cuenta luego de una combinación entre Aguirregaray y Vera, que de tijera, venció a García. El cuadro platense controlaba bien el encuentro, pero una mala salida, a los 11, derivó en el gol del empate a través de Rincón. A los 3’, Carlos Auzqui mandó un centro desde la derecha, apareció Vega, pifió, y le quedó a Carrillo, quien definió con el arco vacío. Desde ahí, el local dominó y fue superior ante un débil Tigre. El tercero del Pincha llegó a los 25. Carrillo la comenzó por derecha, tocó para Aguirregaray y tiró el centro atrás para que aparezca el goleador y estire el marcador. Sin embargo, cuando parecía que la victoria no corría riesgos, Gabriel Peñalba picó una pelota al área, Arzura la bajó e Itabel fusiló a Silva para meter el 3-2. Pero luego, a los 38, Schunke metió un certero cabezazo para liquidar el juego y sentenciar el 4-2.


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