Rumbo al pueblo fantasma

Declarado monumento histórico chileno en el 2008, Puerto Cristal nació en la segunda mitad del siglo XX con la explotación de la mina Silva y llegó a albergar a 1.500 habitantes con mujeres y niños. Hoy es una increíble aventura para los turistas.

Suple Voy

Fernando Bonansea | fbonansea@rionegro.com.ar

El glaciar que se desprende de la cordillera y cae al mar en la laguna San Rafael; Las Capillas de Mármol del lago General Carrera, las termas de Puyuhuapi; el Parque Nacional Queulat, las localidades de Coyhaique, Puerto Aysén y Puerto Chacabuco; Cerro Castillo; Puerto Ibáñez y sus costumbres campesinas; las pasarelas de Caleta Tortel; más la idiosincrasia tan particular de sus pobladores, la gastronomía generada por los pescadores y las huertas familiares, son parte de los encantos turísticos de esta región chilena, ubicada a 450 km al oeste de Comodoro Rivadavia y a 600 km al sur de Esquel. De igual modo, la Patagonia de Aysén tiene dos características que difieren del resto de la región: sus bosques impenetrables, tapizados de verde, musgo, líquenes y la abundancia de agua en todos sus formatos, donde lagos, ríos, cascadas, glaciares, fiordos e incluso nubes son los componentes esenciales de un paisaje que inmediatamente cautiva. Por allí mismo, en el corazón del lago General Carrera (el más grande de Sudamérica, del lado argentino se llama Buenos Aires), aparece Puerto Cristal, un antiguo asentamiento minero que durante la segunda mitad del siglo XX fue el centro económico de la cuenca y cuya actividad impulsó el desarrollo de la Región de Aysén. Estaba sustentado en un yacimiento rico en plomo y zinc en lo alto de un cerro, hasta donde se montaron vías para bajar el mineral en las clásicas “zorritas”. En el pueblo llegaron a vivir 1.500 trabajadores conformados principalmente por campesinos de la zona y emigrantes del archipiélago de Chiloé, y en menor medida hombres provenientes de Puerto Montt y chilenos que vivían en Argentina. En los 60, Puerto Cristal fue el tercer poblado con más personas en toda la zona. Contaba con un colegio, una posta sanitaria con dentista y matrona, laboratorio, retén de carabineros, cuartel de bomberos, casinos para las comidas, pulpería, cementerio, mueblería, bodegas y las iglesias. También existían cuatro equipos de fútbol: los administrativos, los empleados de planta, los navales y los mineros, y había un centro de madres que se encargaba de impartir actividades extraprogramáticas para los escolares, como clases de música e inglés. Las mujeres contaban con un equipo de voleibol y se hacían varios torneos regionales. “Los pabellones eran como trencitos, tenían todo adentro, buen comedor, buena cocina, una bañera, como para familia con seis hijos”, recuerda uno de los operarios de la época. La Compañía Minera Aysén producía el 50% del plomo y más del 40% del zinc de Chile a partir de la explotación de sus yacimientos ubicados en Puerto Cristal y en otras localidades que rodean el lago General Carrera, como Puerto Sánchez. El concentrado viajaba por el lago hasta Puerto Ibáñez, luego por tierra a Puerto Chacabuco para embarcarse rumbo a Europa, específicamente al puerto de Amberes, Bélgica. Hoy Puerto Cristal pertenece a la sociedad Casanova y Soto Ltda., que mantuvo en funcionamiento la mina hasta el año 1997 cuando cerró definitivamente las faenas y solo José Alvarado decidió quedarse, pero por razones de salud dejó el lugar en el año 2010. En el año 2008 el pueblito fue declarado monumento histórico por el Ministerio de Educación de Chile y, a excepción de los turistas que llegan en un tour especial, solo un grupo de aquellos viejos mineros (llamado agrupación “Los Cristalinos”) vuelve cada verano para revivir su historia en torno al campamento. Como en cada rincón recóndito de nuestra Patagonia, por aquí no faltan las historias “truculentas” que rodean el caserío abandonado y “los fantasmas” de aquellos que perdieron la vida en los socavones. Incluso, uno de los paseos más requeridos por los visitantes es llegar hasta el antiguo cementerio (a 2 km del muelle), donde además hay una vista privilegiada y majestuosa del lago General Carrera. El camino lleva enseguida hasta la “Gruta de la Virgen”, espacio de tributo permanente de los mineros, y luego a “Los Polvorines”, dos búnkers en los cuales se resguardaban los explosivos y cargas peligrosas lejos de la población. HISTORIA MINERA En el año 1945 la Compañía Minera Aysén (CMA) inicia las primeras labores para levantar las instalaciones que hoy componen Puerto Cristal e iniciar la explotación de este yacimiento. En un comienzo las faenas de extracción eran rudimentarias, se sacaban sólidos brutos que eran escogidos y embolsados manualmente para posteriormente ser bajados en trineo hasta un sector llamado “Filita”, desde donde se transportaban en mulas hasta el campamento. En 1950 se inicia la construcción de dos tramos de rieles sobre el plano inclinado del cerro, a más de 800 metros sobre el nivel del lago, donde el mineral era cargado sobre las “zorritas” para bajarlo hasta la planta. El yacimiento de la mina Silva era rico en mineralizaciones de sulfuros, encontrándose principalmente galena y blenda, de los cuales se obtenía plomo y zinc respectivamente. Debido a un millonario crédito, en 1963 la firma transfiere todos los activos a Corfo, que crea la Empresa Minera Aysén (EMA) que continúa las operaciones hasta principios de los años 90 cuando pasa a manos privadas. TOUR POR PUERTO CRISTAL El campamento se dispone en forma de arco por sobre la costa del lago, dividiéndose en el sector industrial –donde se llevaban a cabo las faenas productivas–, y el sector campamento –donde vivían los trabajadores y sus familias y se realizaban actividades comunitarias y de convivencia–. El sector industrial se ubica en la parte superior del complejo y se conecta con las instalaciones mineras mediante dos tramos de rieles. Destaca la planta de concentrados y al recorrerla se descubre el proceso minero y los equipos utilizados para separar de la roca los valiosos minerales que se exportaban a Europa. Además, en las proximidades de la planta, se sitúa la infraestructura complementaria necesaria para su funcionamiento. Por debajo se localiza el campamento, su núcleo es la cancha de fútbol alrededor de la cual se sitúan las principales dependencias que compartían los mineros y sus familias. Este recorrido busca rescatar la forma de vida de los “cristalinos”, qué jerarquías sociales existían y cómo se reflejaban en la cotidianidad, mostrando así la historia que se desarrolló por más de 50 años. Excursión a la mina “El Rosillo”: donde se puede apreciar la magnitud de los túneles e instalaciones abandonadas, además se visita el sector “Filita”, lugar en el cual era la intersección de las dos secciones de rieles y donde se realizaban juegos y actividades para las festividades importantes. También se podrá disfrutar y apreciar la magnitud que tiene el lago General Carrera y los hermosos paisajes que rodean Puerto Cristal. (Agencia El Bolsón)

De igual modo, la Patagonia de Aysén tiene dos características que difieren del resto de la región: sus bosques impenetrables, tapizados de verde, musgo, líquenes y la abundancia de agua en todos sus formatos, donde lagos, ríos, cascadas, glaciares, fiordos e incluso nubes son los componentes esenciales de un paisaje que inmediatamente cautiva. Por allí mismo, en el corazón del lago General Carrera (el más grande de Sudamérica, del lado argentino se llama Buenos Aires), aparece Puerto Cristal, un antiguo asentamiento minero que durante la segunda mitad del siglo XX fue el centro económico de la cuenca y cuya actividad impulsó el desarrollo de la Región de Aysén.

Estaba sustentado en un yacimiento rico en plomo y zinc en lo alto de un cerro, hasta donde se montaron vías para bajar el mineral en las clásicas “zorritas”. En el pueblo llegaron a vivir 1.500 trabajadores conformados principalmente por campesinos de la zona y emigrantes del archipiélago de Chiloé, y en menor medida hombres provenientes de Puerto Montt y chilenos que vivían en Argentina.

En los 60, Puerto Cristal fue el tercer poblado con más personas en toda la zona. Contaba con un colegio, una posta sanitaria con dentista y matrona, laboratorio, retén de carabineros, cuartel de bomberos, casinos para las comidas, pulpería, cementerio, mueblería, bodegas y las iglesias. También existían cuatro equipos de fútbol: los administrativos, los empleados de planta, los navales y los mineros, y había un centro de madres que se encargaba de impartir actividades extraprogramáticas para los escolares, como clases de música e inglés. Las mujeres contaban con un equipo de voleibol y se hacían varios torneos regionales. “Los pabellones eran como trencitos, tenían todo adentro, buen comedor, buena cocina, una bañera, como para familia con seis hijos”, recuerda uno de los operarios de la época.

La Compañía Minera Aysén producía el 50% del plomo y más del 40% del zinc de Chile a partir de la explotación de sus yacimientos ubicados en Puerto Cristal y en otras localidades que rodean el lago General Carrera, como Puerto Sánchez. El concentrado viajaba por el lago hasta Puerto Ibáñez, luego por tierra a Puerto Chacabuco para embarcarse rumbo a Europa, específicamente al puerto de Amberes, Bélgica.

Hoy Puerto Cristal pertenece a la sociedad Casanova y Soto Ltda., que mantuvo en funcionamiento la mina hasta el año 1997 cuando cerró definitivamente las faenas y solo José Alvarado decidió quedarse, pero por razones de salud dejó el lugar en el año 2010. En el año 2008 el pueblito fue declarado monumento histórico por el Ministerio de Educación de Chile y, a excepción de los turistas que llegan en un tour especial, solo un grupo de aquellos viejos mineros (llamado agrupación “Los Cristalinos”) vuelve cada verano para revivir su historia en torno al campamento. Como en cada rincón recóndito de nuestra Patagonia, por aquí no faltan las historias “truculentas” que rodean el caserío abandonado y “los fantasmas” de aquellos que perdieron la vida en los socavones. Incluso, uno de los paseos más requeridos por los visitantes es llegar hasta el antiguo cementerio (a 2 km del muelle), donde además hay una vista privilegiada y majestuosa del lago General Carrera. El camino lleva enseguida hasta la “Gruta de la Virgen”, espacio de tributo permanente de los mineros, y luego a “Los Polvorines”, dos búnkers en los cuales se resguardaban los explosivos y cargas peligrosas lejos de la población.

Historia Minera En el año 1945 la Compañía Minera Aysén (CMA) inicia las primeras labores para levantar las instalaciones que hoy componen Puerto Cristal e iniciar la explotación de este yacimiento. En un comienzo las faenas de extracción eran rudimentarias, se sacaban sólidos brutos que eran escogidos y embolsados manualmente para posteriormente ser bajados en trineo hasta un sector llamado “Filita”, desde donde se transportaban en mulas hasta el campamento. En 1950 se inicia la construcción de dos tramos de rieles sobre el plano inclinado del cerro, a más de 800 metros sobre el nivel del lago, donde el mineral era cargado sobre las “zorritas” para bajarlo hasta la planta. El yacimiento de la mina Silva era rico en mineralizaciones de sulfuros, encontrándose principalmente galena y blenda, de los cuales se obtenía plomo y zinc respectivamente. Debido a un millonario crédito, en 1963 la firma transfiere todos los activos a Corfo, que crea la Empresa Minera Aysén (EMA) que continúa las operaciones hasta principios de los años 90 cuando pasa a manos privadas.

Tour por Puerto Cristal El campamento se dispone en forma de arco por sobre la costa del lago, dividiéndose en el sector industrial –donde se llevaban a cabo las faenas productivas–, y el sector campamento –donde vivían los trabajadores y sus familias y se realizaban actividades comunitarias y de convivencia–. El sector industrial se ubica en la parte superior del complejo y se conecta con las instalaciones mineras mediante dos tramos de rieles. Destaca la planta de concentrados y al recorrerla se descubre el proceso minero y los equipos utilizados para separar de la roca los valiosos minerales que se exportaban a Europa. Además, en las proximidades de la planta, se sitúa la infraestructura complementaria necesaria para su funcionamiento.

Por debajo se localiza el campamento, su núcleo es la cancha de fútbol alrededor de la cual se sitúan las principales dependencias que compartían los mineros y sus familias. Este recorrido busca rescatar la forma de vida de los “cristalinos”, qué jerarquías sociales existían y cómo se reflejaban en la cotidianidad, mostrando así la historia que se desarrolló por más de 50 años. Excursión a la mina “El Rosillo”, donde se puede apreciar la magnitud de los túneles e instalaciones abandonadas, además se visita el sector “Filita”, lugar en el cual era la intersección de las dos secciones de rieles y donde se realizaban juegos y actividades para las festividades importantes. También se podrá disfrutar y apreciar la magnitud que tiene el lago General Carrera y los hermosos paisajes que rodean Puerto Cristal. (Agencia El Bolsón)

Fernando Bonansea | fbonansea@rionegro.com.ar


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