Saiz lanzó su propia línea, llamó a la unidad radical y firmó la ruptura con Icare

El gobernador presentó

ROCA (AR).- Con una fuerte convocatoria a la unidad del radicalismo rionegrino, instándolo a ser el motor de la transformación que necesita el partido en el país, el gobernador Miguel Saiz lanzó ayer en Roca su línea interna.

Ante más de 1.500 personas, el mandatario se erigió como presidente de «+ Rojo» y así comenzó a desandar el camino en la búsqueda de la reelección.

El acto sirvió también para dejar en claro que la UCR rionegrina ya considera ajeno al intendente de Bariloche, Alberto Icare, quien luego de haberse reunido el jueves con dirigentes del Frente para la Victoria ayer se llevó las principales críticas desde el oficialismo provincial.

Otras conclusiones importantes tuvieron que ver con reposicionamientos de algunos intendentes, como Adrián Casadei (San Antonio) y la ratificación -en la voz del ministro Iván Lázzeri- del respaldo de Opción Radical a la continuidad de Saiz en el gobierno. No obstante, el mandatario no avanzó en su discurso sobre la integración de la fórmula, como algunos esperaban.

El sector «+ Rojo» fue presentado en la Escuela 32 como la continuidad de la línea «Roja y Blanca» que lideró durante la última década Pablo Verani. El ex gobernador participó del lanzamiento, que a su vez sirvió para consolidar su reelección como presidente del Comité provincial.

Verani alentó a «no asustarse» por los cambios que vive el partido y en la única crítica a la actual gestión reclamó a los funcionarios que «no le den la espalda a la gente, que dejen de atender vía sus secretarias o por teléfono» y que retomen la actitud de su gobierno, cuando había diálogo personal con la gente.

Si bien Saiz y Verani hicieron alusiones indirectas, las críticas hacia Icare surgieron más claras por parte de legisladores y dirigentes que durante una hora y media tomaron el micrófono para hacer explícito el respaldo a la reelección del gobernador. Algunos de ellos fueron un poco más allá e incluso se refirieron a «gente del partido», entendiéndose que hablaban por los miembros de la COR, el vicegobernador Mario De Rege y el legislador José Luis Rodríguez. Por caso, el jefe comunal de

Huergo, Leonardo Ballester, mencionó que «en el partido hay quienes se dejan encandilar por el Tango 01 o una manzana de acero inoxidable», en tanto que la legisladora Viviana Cuevas aseguró que «no nos van a mojar la oreja los derroteros (sic) del 23 de octubre que ahora se van».

Directo a Icare, el titular de la UCR barilochense, Hugo Castañón, dijo no estar contento, «porque no pude convencer a la dirigencia provincial de que los traidores siempre van a ser traidores». En la misma línea, el ex miembro de SUR y ahora «+ Rojo», Aníbal Hernández, reprochó que «después de los millones volcados por el gobierno provincial en Bariloche, ahora se abraza con Arriaga y Pichetto».

Luego de analizar la realidad del partido a nivel nacional y marcar diferencias con sus autoridades, Saiz se metió en el plano interno y convocó a todos los afiliados a «ser parte del proceso de transformación de la provincia».

Ratificado en su horizontalidad, el gobernador apeló a «calmar las mareas que parece que se nos vienen» y pidió no preocuparse tanto por «los socios que se van», porque desde el '83 que pasa lo mismo y el radicalismo se mantiene en el poder. De esta manera, aseguró que la política de alianzas continuará sin modificaciones.

Por último dedicó una ironía a Miguel Pichetto, «que hablaba sobre nuestra falta de gestión».

«Pregúntenle quién fue el que tuvo que ir esta semana a Buenos Aires para destrabar el Fondo Frutícola, la ruta 23, la ruta 22… fue este gobernador y eso es capacidad de gestión», gritó Saiz y se ganó el aplauso más efusivo de la tarde.

«¡Esos que siembran la semilla de la discordia!»

«Cuando escucho a correligionarios que siembran la semilla de la discordia me causa angustia, ¡pero más que angustia me agarro una calentura de la gran siete!», exclamó el presidente de la UCR rionegrina, Pablo Verani, cuando ayer se refirió a las disputas internas del oficialismo.

Luego admitió que «en Roca hay una cizaña tremenda», sosteniendo que «no es malo que opinemos diferente: lo malo es renegar de nuestra bandera».

Fiel a su estilo, Verani hizo un discurso más efusivo que el de Saiz, donde –también fiel a su estilo–arremetió contra los medios, a los que pidió «que se dejen de joder con las críticas por el clientelismo y el estado de las escuelas», instando a la militancia a «combatirlos con nuestras armas, que son las obras realizadas en cada ciudad».

Para cerrar, retomó el tema de las rupturas internas, afirmando que acepta «la indecisión y los juegos de cintura», pero no se olvida que «Chacho Alvarez, Bordón y Garré estaban en la Alianza y hoy están en el gobierno, mientras nosotros estamos solos». «Por eso hay que tener cuidado con las gatas coquetas y a todos les digo que por cada una de ellas hay un radical cojudo». (AR)

Incidente en el ingreso

El ministro de Gobierno, Iván Lázzeri, fue increpado cuando ingresaba a la escuela 32 por Ariel Balladini, hijo del juez del Superior Tribunal de Justicia, Alberto Balladini.

Lázzeri admitió ante este diario el episodio, relatando que se vio sorprendido por la actitud del joven abogado, quien le recriminó la permanencia en funciones de los policías cipoleños involucrados en la agresión que Balladini (h) denunció meses atrás cuando lo detuvieron a la salida de un boliche.

«Estaba muy alterado y le pedí que se calmara, pero seguía gritándome. Entonces le dije que pidiera una audiencia para conversar en Viedma y me fui», completó el ministro. (AR)


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