Sara Santamaría de Izaguirre: su vida recorre la historia de Neuquén

Neuquén

Hoy vamos a agasajar a Sara “Sarita” Enriqueta Santamaría, aquella testigo de ricas historias neuquinas que siempre estaba dispuesta a brindarme sus recuerdos. Nació en Neuquén, en 1926. Era hija de Evaristo Santamaría, español de Burgos, y de Isabel Fernández, también española, de Castilla la Vieja.

En 1917, don Santamaría fue nombrado agente escolar del Consejo Nacional de Educación y en 1929 fue elegido presidente de la Asociación Española de Socorros Mutuos. En la década del 30 fue intendente de Neuquén con una amplia tarea en pro del progreso neuquino: creó la bolsa de trabajo a cargo de la comuna y realizó el primer catastro municipal. Además, efectuó en 1932 amplias gestiones por la cooperativa de luz desde la Municipalidad del Neuquén, logrando con la lucha de un grupo de personas la concreción de CALF.

Sarita hizo la escuela primaria en la tradicional Escuela N° 2 de la Avenida Argentina y Carlos H. Rodríguez; y fue parte de la primera promoción de peritos mercantiles egresados de la recién creada Escuela Nacional de Comercio General San Martín -la primera secundaria nacional de la ciudad, junto a la ex-ENET 1 y 2-, en 1947, donde luego dio clases a los neuquinos de Contabilidad y asignaturas afines. También dio clases en la U9 a los presidiarios.

La pareja de Sarita y el ingeniero Alfredo Izaguirre, como la de muchos neuquinos, se formó en la famosa “vuelta al perro” que se hacía en la plazoleta de la avenida Eva Perón (hoy avenida Argentina). Se casaron en la casa ubicada en Hipólito Yrigoyen al 350 (calle que anteriormente se llamaba San Juan) y los bendijo el recordado padre Fernández, párroco de la Capilla de los Dolores. De esta unión nacieron cuatro hijos: Alfredo Evaristo, ingeniero civil; Elvira Isabel, arquitecta; Enrique Wilmar, doctor en Física, investigador, becado en EE. UU. por la Universidad de Drexell; y Víctor Fernando. Tuvo tres nietos que fueron su júbilo.

Alfredo Wilmar Izaguirre, su esposo, fue un ingeniero convencional del Partido Demócrata Cristiano en la sanción de la Constitución Provincial Neuquina de 1957. Llegó a estas tierras de la mano de Agua y Energía Eléctrica, en la década del 40, proveniente de la provincia de Buenos Aires. En 1945 fue designado por concurso de antecedentes ingeniero en la Dirección de Estudios y Proyectos de la Empresa Agua y Energía Eléctrica. En 1949 fue asesor técnico de la sucursal neuquén del Banco Hipotecario Nacional.

Sarita desarrolló una amplia labor comunitaria, desinteresadamente, en la biblioteca Alberdi -institución fundada en 1928-, lo que demuestra su gran amor por la lectura y su valoración de la labor sociocultural del organismo; y fue voluntaria del Hospital Regional (en nuestras largas conversaciones recordábamos al Dr. Eduardo Castro Rendón como vecino de nuestra ciudad). También fue asidua concurrente a las distintas actividades artísticas en el Museo Nacional de Bellas Artes.

Entre tantas actividades de su espíritu, abrió como emprendimiento un criadero de pollos de Neuquén, en la zona de chacras cercana a la actual terminal de ómnibus. Asimismo, expandió su gran amor por Neuquén, lo que hizo que conformara con otros compañeros la creación de la asociación Neuquén para Neuquén, en 1977, en la que ocupó el cargo de secretaria.

Sarita partió de este mundo el 26 de junio pasado. Su vida abarca muchos acontecimientos de la historia neuquina. Siempre la evocaré por ayudarme en este gran proyecto personal, en la constante búsqueda de la historia regional desde que fui alumna del profesorado y la licenciatura en Historia, hace muchos años. Como neuquina, como alumna, como testigo de sus relatos, como amiga de la juventud de mi madre, hoy la homenajeo al traer a mi memoria nuestras charlas de Historia, pero fundamentalmente por su simplicidad y su amor por el Neuquén. ¡Gracias Sarita!

Beatriz Carolina Chávez

DNI 6.251.256