Se derramó ácido en la Terminal de Bariloche

La rotura de dos frascos obligó a un amplio operativo. Nadie controla qué va dentro de las encomiendas.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La rotura accidental de varios frascos que contenían ácido clorhídrico provocó alarma en la Terminal de Omnibus, desnudó una grave infracción a la norma que regula el transporte de sustancias peligrosas como también una absoluta falta de controles.

Por lo sucedido, la Municipalidad de Bariloche, a través de su asesor legal, Daniel Balduini, presentó una denuncia ante el Juzgado Federal local para que investiguen las responsabilidades del remitente, destinatario y transportista de las sustancias.

El episodio se inició a las 16 del lunes cuando el empleado que manipulaba los envases que la empresa «Andesmar» transportaba como encomienda en el interior de un micro procedente de Buenos Aires rompió dos botellas de ácido clorhídrico de dos litros. Los químicos, fuertemente corrosivos, habían sido despachados por una droguería de Mendoza, fueron cargados en el micro en Neuquén, y tenían como destino final otra droguería de la ciudad de Esquel.

La liberación de la sustancia fue rápidamente advertida por los usuarios de la Terminal que se hallaban en los andenes 4 y 5, y los propios responsables de la boletería de «Andesmar» de la Terminal convocaron a Defensa Civil del Municipio para organizar un operativo de emergencia del que participaron bomberos de la Policía Federal y del cuartel Central, Gendarmería y Policía provincial, para el traslado, custodia y la disposición momentánea del ácido.

Las autoridades suspendieron las operaciones en los andenes afectados hasta que pudieron diluir de manera conveniente el líquido derramado, y después de varias horas y de que almacenaran el ácido en un tambor, del que dispuso la Municipalidad, habilitaron nuevamente ese sector de la terminal.

En la boletería de la empresa transportista informaron que pese a la peligrosidad de la sustancia transportada en ningún momento hubo riesgo para las personas que viajaban en el micro, porque la rotura se produjo cuando la trasladaban de una unidad a otra

Justificaron la ignorancia sobre el contenido de la encomienda, «porque el que la envía no tiene obligación de decirlo. Sí debe declarar el valor, para el seguro, y puede decir cuál es el contenido, pero esos casos son la excepción y son voluntarios.

Los expertos en principio no abrieron juicio sobre la presunta norma violada por la empresa transportista o las personas que enviaron la encomienda, pero el asesor legal del municipio Daniel Balduini, confeccionó un acta de infracción al respecto, porque al menos se estableció que la sustancia fue enviada en envases o un contenedor inadecuado.

La Ley Nacional de Tránsito, a la que adhirió Río Negro, en el apartado dedicado al traslado de mercancías peligrosas (Capítulo II, sección I, artículo 14) dice, expresamente, que está «prohibido hacerlo en vehículos destinados al transporte colectivo de pasajeros». Y añade que en estos, «los equipajes acompañados sólo podrán contener productos peligrosos de uso personal (medicinal o de tocador) en una cantidad no mayor a 1 kilo o 1 litro por pasajero».


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