¿Se viene la licitación?
“El público que asiste no es cuidadoso y es indiferente al estado general del lugar”, explicó la secretaria de Gobierno del municipio, Anahí Tappatá. “Al principio tuvimos varios meses de contrato de seguridad privada. El esquema de sereno municipal no es viable por tener un régimen de seis horas, lo que implicaría disponer de varias personas para la cobertura y en especial los fines de semana. Además el personal municipal tiene limitaciones para proceder en casos de conflictos”, comentó. Al principio se cerraban los accesos a la pista en horarios nocturnos para evitar que los vándalos provoquen roturas en el lugar. Tappatá aclaró que al poco tiempo se desistió del cierre de los portones “porque cada vez que se pusieron candados fueron arrancados”. En reiteradas oportunidades se estudió la posibilidad de licitar la administración de la totalidad de pista o en su defecto de algunos de sus sectores, pero hasta el momento no se ha concretado. Explicó que en caso de concesionarla se debería aplicar un costo por la entrada, pero que la principal dificultad radica en la “resistencia” de los usuarios, aún si se cobrara una entrada barata. “Hay chicos que vienen todos los días y hay que ver si les da el bolsillo para pagar una entrada. De todas formas habría que ver que beneficios nos ofrecen”, dijo Renato Gallardo, un joven que asiste con frecuencia. Sin una solución ni propuestas concretas a la vista todo parece indicar que el lugar que hace tan solo unos meses logró atraer a cientos de jóvenes de toda la región, permanecerá abandonado por mucho tiempo más.
“El público que asiste no es cuidadoso y es indiferente al estado general del lugar”, explicó la secretaria de Gobierno del municipio, Anahí Tappatá. “Al principio tuvimos varios meses de contrato de seguridad privada. El esquema de sereno municipal no es viable por tener un régimen de seis horas, lo que implicaría disponer de varias personas para la cobertura y en especial los fines de semana. Además el personal municipal tiene limitaciones para proceder en casos de conflictos”, comentó. Al principio se cerraban los accesos a la pista en horarios nocturnos para evitar que los vándalos provoquen roturas en el lugar. Tappatá aclaró que al poco tiempo se desistió del cierre de los portones “porque cada vez que se pusieron candados fueron arrancados”. En reiteradas oportunidades se estudió la posibilidad de licitar la administración de la totalidad de pista o en su defecto de algunos de sus sectores, pero hasta el momento no se ha concretado. Explicó que en caso de concesionarla se debería aplicar un costo por la entrada, pero que la principal dificultad radica en la “resistencia” de los usuarios, aún si se cobrara una entrada barata. “Hay chicos que vienen todos los días y hay que ver si les da el bolsillo para pagar una entrada. De todas formas habría que ver que beneficios nos ofrecen”, dijo Renato Gallardo, un joven que asiste con frecuencia. Sin una solución ni propuestas concretas a la vista todo parece indicar que el lugar que hace tan solo unos meses logró atraer a cientos de jóvenes de toda la región, permanecerá abandonado por mucho tiempo más.
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