Shoshafui vive en la mezcla y nostalgia urbana

Un grupo nuevo que se conoce hace años. Coqueteando con el funk y el ska, el sello roquero reemplazó al jazz de su anterior formación. El verano los convocará por el Valle.

Shoshafui vive en la mezcla y nostalgia urbana

Un grupo nuevo que se conoce hace años. Coqueteando con el funk y el ska, el sello roquero reemplazó al jazz de su anterior formación. El verano los convocará por el Valle.

El orden y el desorden, la orquesta y la desorquesta, las contradicciones a veces son la esencia de todo. De un proyecto trunco y con un futuro en el que se apostó todo, así surge y persisten los Shoshafui, un conjunto que se alimenta de la mixtura y de las diferencias. Atravesado por el sello indiscutible del reggae y el ska, pero interpelado por el rock y los paisajes urbanos de Cipolletti, se conjuga con algo de la vieja escuela samplera y electrónica.

Se trata de una orquesta que hace tiempo se conoce y que incorporó a nuevos elementos y cuando gusta, se vale de algunos no tan novedosos. La Shoshafui nació con el lanzamiento del disco debut de Javier Andrada “Para el sur”, que fue lanzado y con mucho éxito el año pasado.

Por estos días el elenco está conformado por Javier Correa y Gustavo Ríos en trompeta y voz, Lautaro Zurita en batería, Darío Arias en vocalización y Marcelo Ríos Velázquez en teclados, y a veces se acompañan de Ariel “Aro” Palacios con su ocasional guitarra.

“Nos movemos entre el ska reggae, funk y rock”, aclara Gustavo luego de una presentación en vivo en la radio Mural de Cipolletti, que emitió algo de sus últimos trabajos. “Sumamos algunas cuestiones de lo que se llamaba ‘sampleo’ y agregamos algunas bases electrónicas”, enfatizó entusiasmado.

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Es que estos muchachos aseguran que apuestan a todo o nada y su idea es poder dedicarse a la “música sencilla” pero pintando paisajes cipoleños y referidos a las historias que se conocen en “la comarca”, describe Gustavo.

Con la ansiedad y ese entusiasmo de quien no se aguanta las ganas de tocar aseguró que “la idea es lanzarnos”. Es que tras quedarse “truncos” luego de la presentación de “Para el sur”, de Andrada y aquella noche mágica en La Caja, buscaron “sangre nueva”, se alejaron del jazz y apuntan a una cercanía con el espectador. Ahora el eje pasa por el funk y el ska, y tiene deslices reggae y todo atravesado por ese sello roquero.

“Lo que hacemos tiene mucho paisaje urbano”, aseguró y mencionó una de sus canciones: “La cipoleña, que hace honor a una joven local”, balbuceó.

“Encaramos por ese lado, es muy local y el que es de acá seguro se va a sentir identificado”, reveló Gustavo.

“Sin embargo hay canciones que apuntan más a lo poético, pero todavía seguimos buscándole la vuelta, como en todo”, manifestó con soltura.

“Llegamos al punto donde estamos todos convergiendo en la misma idea. El objetivo es la banda por delante de todo”, prometió y confesó: “Armé una sala de ensayo en mi casa y estamos ensayando tres o más veces por semana”.

“Tratamos de buscar el espacio para conocernos sin molestar a nadie”, bromeó en serio y sentenció: “Para ser una banda amateur estamos bastante comprometidos”.

Por estos días se encuentran grabando su EP con cuatro temas propios de estudio, embarcados en el objetivo de promocionarse y volverse familiares para los valletanos.

“Seguimos grabando y esperamos en abril tener listo nuestro disco completo”, confesó.

En los días que siguen la región estará entre sus destinos y allí está incluido el Neuquén Rock, evento promovido por el municipio de Plottier, y además se encuentran en negociaciones para formar parte de la grilla de la Fiesta de la Pera, en Allen.

Luego presentarán su repertorio en los lugares céntricos de Cipolletti y tendrán gira por Necochea, ciudad de origen de Gustavo.

Un verano activo y movido.

Datos

“Te vas” es uno de sus temas insignia y mediante él rinden un “respetuoso y cariñoso” homenaje al “Chipi”, uno de los personajes callejeros más queridos y recordados de la ciudad, que hace poco perdió la vida en un accidente de tránsito del que fue víctima.
Gustavo trabaja en la zona del “hospital viejo”, y aseguró que la desaparición de este protagonista del centro cipoleño lo dejó en “estado de shock”, ya que “su rutina diaria era pasar por ahí”, se lamentó con nostalgia.
“Tío, tenés un pucho”, era común escuchar por la espalda y en movimiento, casi con susto, pero con la tranquilidad de esa voz familiar y segura. Inclusive a veces reconfortaba que ante un categórico y verdadero “no, no tengo”, esa gentil voz alegaba: “Toma, yo sí tengo”. Una verdadera aventura encontrarse con él y una eterna añoranza por su inconmensurable ausencia.
“El ‘Chipi’ es todo un emblema local, y también supo ganarse el cariño y respeto de más de una generación”, relató con una sentida tristeza Gustavo y consideró que el ‘Chipi’ representó para la banda “lo más puro del ser humano”.
De esa melancolía nació el primer single: “Te vas”, que busca llenar ese vacío de “donde no hay más que hablar”. “Camina muy solito, caminó a la eternidad”, ese hombre “anónimo y tan popular”, a quien le preguntan todo el tiempo “porque te vas”, reza la letra con angustia.
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