Sí, pero no así…
La Secretaría Nacional de Acceso al Hábitat (SAH) sostiene que “se ha acumulado durante muchos años un déficit habitacional que hoy asciende estimativamente a dos millones y medio de hogares”. Argumenta que “la informalidad y el déficit habitacional son producto de la mecánica de acumulación y concentración de la riqueza que se desarrolló durante la década de los 90. Esta política –dice la SAH– destruyó la estructura productiva y provocó desocupación, pobreza, hambre y disgregación social”. En consideración de Mariana Giaretto y la criminóloga Victoria Naffa, “bajo esta visión hay una serie de supuestos que es necesario problematizar: uno de tipo ético-político por el que la gravedad de una situación social se mide en miles, si es posible millones, es decir que el que 300 familias –por caso– transcurran su vida cotidiana en la precariedad habitacional no es un problema que requiera atención del Estado”. Reflexionando sobre la definición de la SAH en el tema, Giaretto-Naffa sostienen que se funda en un supuesto teórico-político que las causas de la situación habitacional “no sólo se remontan a la mecánica de acumulación propia de los 90, sino que además esa mecánica habría finalizado, habría sido combatida y superada por las políticas kirchneristas”. Giaretto-Naffa cuestionan esta conclusión con solidez de argumento en cada uno de sus trabajos sobre el tema, entre otros “Criminalización y capitalización política de los conflictos por tomas de tierras: aportes desde la experiencia del Alto Valle de Río Negro”. (Mariana Giaretto es socióloga por la Universidad Nacional de La Plata y máster en Ciencias Sociales por Clacso-Flacso. Junto con Naffa y la socióloga Yamai Zapata conforman un grupo dedicado a investigar temas vinculados con el déficit habitacional)
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