Sicarios en un salvaje doble crimen en Chichinales

Casi decapitaron a un hombre. Al otro lo apuñalaron. Investigan deuda de droga. Hubo dos sobrevivientes.

POLICIALES

Llegaron con un único objetivo: matar. Así arribaron «los sicarios» a Chichinales en busca de saldar «alguna deuda con el narcotráfico». En pocos minutos degollaron a uno de los dueños de la casa, de 55 años, y con el mismo cuchillo intentaron asesinar a su compañera, una mujer de 72 que ayer se encontraba grave en el hospital Elías Smirnoff, de Villa Regina.

Un visitante de 24 años también cayó malherido con una puñalada en el pecho que lo mató en minutos. Y otra mujer que se encontraba en la casa logró salvar de milagro su vida tras hallar refugio en un baño.

Cuando ya caía la tarde del domingo, Juan Daniel Cabeza (55) sirvió la última cerveza en el pequeño patio del frente de la casa ubicada en la polvorienta calle Joaquín Segura, casi Avenida del Comahue. Estaba con un viejo conocido, Andro Enrique Chaparro (24), quien había llegado hace una semana con una joven, «de paseo», proveniente de Chile.

Un pequeño cajón de fruta sirvió de improvisada mesa para las últimas horas del domingo. Luego, ya cerca de las 20:45, decidieron seguir la charla en el interior de la casa, en un pequeño living de 3 por 3 metros.

Los investigadores estiman que a esa hora ingresaron los tres «sicarios» y comenzaron a exigirle a Cabeza que entregue algo que evidentemente no tenía. Y no hubo mucho tiempo para respuestas. Uno de los autores tomó desde atrás a Cabeza y le introdujo un filoso cuchillo en la boca. Con la fuerza que sólo puede tener un asesino, le cortó hacia atrás el pómulo, el cuello y la yugular. El surco que dejó el arma blanca le abrió las cervicales hasta prácticamente decapitarlo.

Un certero puntazo entre las costillas dejó a Chaparro sin tiempo de buscar la salida. Cayó al lado de su anfitrión y su sangre comenzó a inundar la habitación.

La compañera de Cabeza también cayó al suelo. El asesino le practicó el mismo corte que a su concubino pero esta vez el cuchillo no alcanzó a cortar su yugular, por centímetros.

Los sicarios dieron por terminada su tarea y emprendieron la retirada, dejando atrás un río de sangre, una joven sobreviviente (que quedó ayer bajo custodia) y una mujer en grave estado, con un corte que le abrió la boca y le seccionó parte de su cuello, aunque sin llegar a dañar la yugular. «Sin embargo le cortó las cuerdas vocales y anoche mismo (por el domingo) tuvo que ser intervenida en el hospital», indicaron las fuentes del nosocomio.

Relataron que sólo por algunos centímetros la mujer de 72 años salvó su vida. Por eso los investigadores no descartan que los sicarios la hayan dado por muerta. (Redacción central)


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