Riesgo en internet: el 60% de los chicos interactúa con desconocidos

Así lo reveló un informe de la Red Grooming a partir de una encuesta a más 28 mil jóvenes de 9 a 17 años. Un exfiscal de Bariloche, especialista en cibercrimen y delitos sexuales, recorre escuelas y clubes para concientizar sobre los riesgos.

Un 60% de niños y adolescentes en América Latina reconoció haber interactuado con personas desconocidas a través de redes sociales o videojuegos; mientras que 7 de cada 10 dijeron desconocer el grooming -acoso o abuso sexual de una persona adulta hacia un niño o adolescente a través de Internet- y los riesgos digitales. Así se desprende de un informe de la Red Grooming LATAM en base a una encuesta realizada a 28.360 jóvenes, de 9 a 17 años, durante 2024 y 2025 en 15 países.

El estudio advierte que las aplicaciones más utilizadas son WhatsApp, TikTok, YouTube e Instagram, seguidas por otras plataformas como Facebook, Snapchat, Telegram y Discord. Entre los videojuegos, resaltaron Free Fire, Roblox, Minecraft, Call of Duty, Among Us, Fortnite y Brawl Stars. La mayoría habilita la interacción en línea y en tiempo real.

Desde la asociación hicieron hincapié en la edad de acceso al primer teléfono celular ya que el 63% de los encuestados accedió a partir de los 9 años. Un 28% incluso accedió antes de esa edad y solo un 9% dijo no tener todavía un dispositivo propio.

Otro dato preocupante es que la mayoría pasa entre 3 y 6 horas diarias frente a una pantalla, ya sea celular, consola o computadora.

«Las maneras de vincularnos se ven modificadas, el territorio geográfico ya no es una limitación para conocer a nuevas personas. Las redes sociales nos permiten ampliar los modos de socialización, sumando nuevos ‘amigos’ que conoceremos a través de Facebook, Instagram, Twitter, TikTok, Snapchat, etcétera», especifica un cuadernillo del Ministerio de Educación de Río Negro.

Sandra Ahmar, licenciada en Psicopedagogía en Bariloche, consideró que «muchas veces, los adolescentes no toman conciencia acerca de con quién están hablando o, sabiendo que es desconocido, no se percatan del riesgo que corren«.

Por otro lado, agregó, «los chicos consideran que saben más que los padres y los padres, a su vez, asumen eso. Que no saben. Hay una realidad: a los adultos nos cuesta la tecnología y las redes nuevas. Pero es importante no corrernos, dejando esos espacios vacíos. Hay que buscar recursos porque somos responsables del cuidado de los niños«.

Ahmar planteó que «por más que uno no entienda de tecnología, esto no quiere decir que uno no pueda escuchar lo que los chicos hablan, proponer espacios de diálogo, dedicarles tiempo o incluso, abrir las puertas de los dormitorios: uno cree que porque estén con la puerta cerrada están seguros, pero lo digital abre miles de ventanas al mundo que generan inseguridad«.

Sugirió que las escuelas no pueden desconocer esta realidad; por eso se requiere dedicarle tiempo para llevarlos a reflexionar con quién estamos en lo digital, qué buscamos. «Se habla mucho de ciudadanía digital: ¿cómo ayudamos a construirla si, en lo cotidiano, nos cuesta bastante? Hablamos de sujetos en desarrollo que, a veces, no están preparados para tolerar situaciones de frustración que los afecta emocionalmente. O no saben responder ni pedir ayuda. El acento, más allá de la estadística, es un llamado de atención a los adultos y cómo trabajamos en conjunto», manifestó.

Ahmar subrayó que «no se trata de prohibir lo digital». Ni demonizarlo. «Se trata de aprender, de la responsabilidad de acompañar y brindar espacios de escucha, diálogo y confianza, sin que sea una bajada de línea que se perciba como una sanción. Si los adultos no sabemos, podemos recurrir a alguien más joven para redes de vínculos que ayuden a sostener», indicó.

Números más elevados en la región andina

El exfiscal Martín Govetto, especializado en cibercrimen y delitos sexuales, concurre a las escuelas y clubes para dar charlas sobre ciberbullying, grooming e identidad digital. Al ser consultado sobre el alarmante número que arrojó el informe de Red Grooming, dijo que ese porcentaje podría ser más alto en una ciudad como Bariloche.

«La gran mayoría de los chicos habla e interactúa con gente que no conoce. Por ejemplo, un juego en red permite la interacción con personas de todo el mundo que generalmente no conocen. De modo que la interacción está presente casi como una exigencia. Cuando hablamos con los chicos, más del 50% nos cuenta que, en algún momento, recibió algún contacto que los incomodó, que les llamó la atención o no les gustó», señaló. Y advirtió que esto varía según las edades y el tiempo que invierten en los dispositivos.

Desde hace tiempo, Govetto forma parte de un equipo del Programa Federal Ocedic & TikTok que busca promover la prevención de la seguridad de los adolescentes en las redes sociales y plataformas como así también la capacitación e intercambio de experiencias en investigaciones criminales donde los niños son víctimas. También integra el proyecto Internet Sana de Fasta.

«La idea es concurrir a las escuelas para dar información a modo de prevención a padres, docentes y alumnos. Se hace hincapié en cómo construir ciudadanía digital, aprender a ser ciudadanos en modo digital. Dar información para generar consciencia y prevenir«, advirtió Govetto.

¿Qué tipo de información se requiere? Si un niño tiene acceso a un dispositivo, está expuesto a riesgos: «Uno puede pensar que están con el aparato en casa, bien cuidados, cuando en realidad, podrían estar más expuestos que si estuvieran en una plaza jugando con sus amigos. Buscamos generar conciencia respecto al ciberbullying, sexting, grooming, compartir herramientas y generar acuerdos».

Aseguró que muchos chicos tienen información sobre los riesgos aunque «no son verdaderamente conscientes de los peligros a los que se exponen». «Escucharon hablar de grooming, pero no son plenamente conscientes de sus intervenciones en las redes sociales. Por eso, intentamos concientizar con ejemplos: ¿subís fotos?, ¿saben qué puede pasar con esa foto? Si se acerca un desconocido en la calle y me pide una foto ,le digo que no porque no lo conozco. Pero si subís una foto a las redes, ¿sabés realmente a dónde termina?, ¿quién la va a ver?«, precisó.

Muchas veces, en las charlas se pregunta a los padres a qué edad dejan viajar solos a los chicos por primera vez en colectivo. «También les preguntamos a qué edad le dieron el teléfono a los chicos. Tampoco hay conciencia de los riesgos. No dimensionan completamente el alcance de la herramienta que se les da a los chicos«, afirmó.

¿Cuál es la solución? «Informar, informar, informar. Solo de esta forma se puede prevenir«, respondió Govetto. Y acotó: «Hay que salir a la calle, hablar con los docentes, los padres, los chicos, los operadores para que sean conscientes de estos temas. Ponerlo en la agenda y reforzar la ESI (Educación Sexual Integral) con un capítulo vinculado a lo digital».

Recomendaciones para conversar con los chicos:

-La noción de privacidad y diferenciar la noción de espacios público y privado.

-Reflexionar sobre los vínculos y las formas de interacción online y offline, resaltando la importancia de respetar nuestra privacidad y la de los demás.

La información que circula en internet es casi imposible de borrar, una vez que compartimos algún material o información no sabemos qué rumbo puede tomar. Compartir información personal sin restricciones puede hacer que personas que no nos conozcan accedan a nuestros gustos, preferencias,
nuestra vida.

-Hoy para poder cuidar nuestra identidad digital podemos configurar nuestras cuentas y así preservar nuestra intimidad y privacidad. Esto nos permite decidir quiénes pueden ver nuestros videos, fotos o cualquier información que queramos publicar.

-Si en nuestros contactos en las redes sociales, agregamos a personas desconocidas, debemos ser precavidos porque pueden utilizar nuestra información con otros objetivos. Muchas redes permiten seleccionar grupos de “mejores amigos”, por ejemplo, que puede servir para acotar la información que vean sobre nosotros aquellos que son solo allegados o desconocidos.

-Para saber si circula en la web información sobre nosotros, podemos ir a los buscadores y revisar con solo poner nuestro nombre. Google cuenta con una herramienta que se llama “Google Alerts” que nos puede avisar si somos nombrados. Son pasos sencillos que nos permiten controlar la información que circula en Internet.

-Para evitar que otras personas accedan a nuestros mensajes, fotos o videos a través de los celulares u otros dispositivos debemos colocar contraseña. Debe ser segura y sencilla de recordar, pero, al mismo tiempo, no debe ser fácil de adivinar (por ejemplo, no se suele recomendar poner la fecha de nacimiento, números seguidos como 1234). Es conveniente no compartirlas y cambiarlas con cierta regularidad.

Usar seudónimos es conveniente cuando queremos publicar algo y no queremos que se asocie con nuestra persona. La utilización de seudónimos o nicknames es utilizada desde los inicios de Internet y es una herramienta muy útil para mantener la privacidad y no dar datos sobre nuestro género, edad.

-Es fundamental que, ante intimidaciones o amenazas, recurrir a personas de confianza. La primera persona confidente, en general, suele ser amigas, amigos o compañeras y compañeros del grado o curso. Es importante construir redes de confianza y trabajar con ellos la vergüenza, el temor a contar, las sanciones, a la coerción, los pactos de confidencialidad, la presión o manipulación emocional.


Un 60% de niños y adolescentes en América Latina reconoció haber interactuado con personas desconocidas a través de redes sociales o videojuegos; mientras que 7 de cada 10 dijeron desconocer el grooming -acoso o abuso sexual de una persona adulta hacia un niño o adolescente a través de Internet- y los riesgos digitales. Así se desprende de un informe de la Red Grooming LATAM en base a una encuesta realizada a 28.360 jóvenes, de 9 a 17 años, durante 2024 y 2025 en 15 países.

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