Aniversario de Allen: El Teatro Esquilo se lleva todos los aplausos

Han pasado casi 200 exponentes, en 45 propuestas diversas, mientras la Academia de Actuación saca lo mejor de sus estudiantes.

Las respuestas de Fernando Zalazar abundan en detalles sobre los proyectos que soñó alguna vez. De los que ya fue parte y de los que vendrán. Recorrer su labor más reciente y quizás la que más esfuerzo le llevó, recrea esa dedicación por todos los rincones. Su teatro, bautizado Esquilo, cumplió un año recibiendo artistas y espectadores de toda la región y el centro del país, por la entrada de calle Don Bosco 470. Casi 200 exponentes, en 45 propuestas diferentes, muchas veces con todas las entradas vendidas. 

Allí las frases pintadas en las paredes invitan a llevarse algo en qué pensar. Y hasta el piso llama la atención, con una réplica de un cuadro de Joan Miró, hecha en cerámica. No hace falta saber mucho de arte para que el estímulo de los colores y la caída relajante de la cascada te llegue. Es que Fito, como lo conocen todos, prefiere más a los curiosos que se animan a visitarlo, aún sin saber con qué se encontrarán, que a aquellos grandes conocedores del rubro, que no valoran el contenido que se les ofrece. Así de contundente reflexiona, porque está convencido de lo que logró forjar en su carrera, desde cuando comenzó la cursada de Arte Dramático, a los veintipico. Hoy ya tiene más de 60.

Foto: Flor Salto.

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Academia


La falta de espacios culturales es un tema recurrente en la región. Por eso, en Allen, Esquilo llegó para nutrir las posibilidades, no sólo de ver, sino también de aprender, con la actuación como eje central. Allí asisten cada semana personas de todas las edades, vecinos de distintas profesiones y barrios, que se desafiaron a perder el miedo y subirse al escenario, para jugar a ser alguien más. Sin una pantalla como intermediario, ni la edición de video como respaldo que borre las imperfecciones. Al natural y sin cortes, cara a cara con la gente. Esa es la siembra a la que apunta Fito, más que a la cosecha por la recaudación de una noche de espectáculo. La casualidad quiso que la sala principal de este centro cultural, haya quedado construida sobre lo que era la huerta original de la casa Zalazar. 

Ver el salón de pie, detrás de una puerta doble de madera y vidrio, con sus paredes iluminadas y el piso bicolor, demandó 12 años de perseverancia. Y también de convivencia con el caos, porque se construyó en el terreno particular de su propio dueño, cansado de depender de factores externos para tener dónde ejercer su vocación. El apoyo de su esposa Claudia, hoy a cargo de las finanzas y de coordinar el bar del teatro, fue fundamental para comenzar y sostener la iniciativa.  

Academia de Actuación: «¡Ellos vivieron momentos únicos!», celebró Fito. Foto: Facebook Teatro Esquilo.


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Los meses desde la inauguración pasaron y los estudiantes de la primera camada de Esquilo han ido juntando experiencia, sentido de pertenencia, valoró Zalazar. Por eso serán los protagonistas de la Cena Patriótica que organizaron en el marco de los festejos por el aniversario de la ciudad. Mientras este suplemento se imprime, estarán recibiendo a los comensales en la noche del 24, previa del 25, interpretando a los personajes que ensayaron, para ambientarlo todo en la década de 1910, época de la fundación local. Muchas son las sorpresas que tienen previstas, para que el evento sea «inolvidable», aseguró el titular. Folclore, concurso de baile y un brindis después de cantar el «Feliz cumpleaños Allen» en la plaza San Martín, eran algunas pistas al momento de la entrevista con RÍO NEGRO. 

Foto: Flor Salto.

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“Oye a medias, el que oye sólo a una parte», dice una de las citas inmortalizadas por el dramaturgo cuyo nombre le da identidad al lugar. Fue considerado representante de la tragedia griega, nacido en el año 525 A.C. y quien introdujo grandes cambios en la puesta en escena teatral. Fernando aprendió de la frase con su vida, porque conoce el panorama completo y no de oído: sabe lo que es ser actor, espectador, funcionario de Cultura, productor.

Y por estos meses, “hace el pase, patea al arco y ataja” en la misma función, como dijo unas cuantas veces. Por eso rescata el valor de cada visitante y piensa en cómo mejorar la experiencia, para mimarlos y que elijan volver. Entonces el «Gracias por venir» que se lee a la salida se convierte en algo mucho más profundo.

Esquilo es un lugar donde se ve y se aprende actuación. Foto: Flor Salto.

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