Aniversario de Allen: Un espacio dedicado al aprendizaje y capacitación de oficios

La asociación civil El Lirio de la Patagonia es un espacio dedicado a la profesionalización de oficios. Ofrece diferentes cursos, con una duración de 5 meses, los cuales tienen aval provincial y municipal. Una rápida salida laboral certificada.

Saber o tener un oficio es algo preciado. Están quienes siguen una carrera universitaria y los que por una u otra razón han tenido que aprender a valerse de otra manera. El aprender un oficio requiere de tiempo y ganas de superarse, además de encontrar un espacio donde poder hacerlo.

Soldadura por arco, otro de los cursos a seguir.

La asociación civil El lirio de la Patagonia se dedica a la formación profesional en varios oficios y cuenta con el aval municipal y de Provincia. Este centro funcional en el viejo hospital de la ciudad, espacio que con las mismas prácticas de los cursos, han ido haciéndolo funcional.

“Este sueño comenzó en el 2014, pero recién en junio del 2019 pudimos darle forma a la asociación civil. Durante la pandemia recibimos los avales, pero se detuvo todo. Retomamos contacto con la municipalidad local, donde comenzamos a trabajar con este tema en 2017, como para asentarnos aquí y poder llevar a cabo el proyecto. Dimos un salto de calidad asentándonos en este espacio ya que antes habíamos estado en un predio en el límite entre Cervantes y Roca”, comentó Luis Fuentealba, presidente de la asociación civil.

El curso de mozo es uno de los más solicitados.

El centro de formación funciona de lunes a viernes. La actividad arranca a las 8 y termina a las 22. Están abiertos todo el día ya que el municipio también dicta sus cursos. “Si bien cada municipio tiene su centro de formación, nosotros complementamos de alguna manera con nuestra propuesta. Lo intenso fue del 2021/22 para darle forma a este lugar, tanto en lo administrativo como con las obras en el lugar. Nos hemos ido acomodando con aportes del municipio, de provincia y de otras asociaciones”, explicó Fuentealba.

Las capacitaciones son gratuitas y tienen una duración de entre 160 a 200 horas. El único aporte que se hace es de 1000 pesos, de acuerdo a lo que dure el curso, para pagar un seguro. Además cada alumno trae sus herramientas y en el centro aprenden a usarlas.

Panificación es el curso más nuevo del centro.

“Desde la asociación se formó un equipo de trabajo para ir arreglando los espacios que van funcionando como aulas. Tenemos un promedio de 25 personas por curso inscriptas, pero merma a medida que pasan los días”, dijo el presidente de la asociación.

Por el momento se dan 8 cursos: mozo, peluquería, maquillaje profesional, panificación, electricidad domiciliaria e industrial, soldadura por arco, carpintería y albañilería. Además todos hacen la capacitación en RCP, deben completar el curo de Seguridad e Higiene y el de manipulación de alimentos (por el de panificación).


Con certificado en cada uno de los cursos



La asociación trabaja en conjunto con otra asociación, “Pequeños luchadores” que colaboran con merenderos. “Muchas personas de ellos nos prestan servicios a nosotros. Nuestra idea es que esto sea abierto a todos los que quieran trabajar”, dijo Fuentealba.

En la clase de electricidad mostrando los componentes de un tablero eléctrico.

Se consiguieron los avales para las capacitaciones, hubo y hay mucho acompañamiento de personas que los guían en lo legal, se formó un equipo de personas idóneas para dar las clases. “Nuestra idea es seguir avanzando ya que queremos regionalizar el centro. Hemos notado que mucha gente, de ciudades vecinas, viaja para aprender con nosotros”.

Maquillaje profesional y peluquería también se dan en este centro.


La difusión ha sido el boca a boca y las inscripciones son a partir de los 16 años. “La idea es profesionalizar los oficios para que la gente tome pertenencia de lo que hace. Se capacita y se certifica. Tienen un aval, un comprobante de su esfuerzo con un respaldo municipal y provincial. También han habido empresas que los vienen acompañando ofreciéndoles personas para darles charlas sobre Recursos Humanos o electricidad industrial”, concluyó.


Saber o tener un oficio es algo preciado. Están quienes siguen una carrera universitaria y los que por una u otra razón han tenido que aprender a valerse de otra manera. El aprender un oficio requiere de tiempo y ganas de superarse, además de encontrar un espacio donde poder hacerlo.

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