Qué hacer con las hormigas invasoras en la región
La sequía favorece su reproducción. Se necesita paciencia y trabajo para erradicarlas del hogar. Consejos de un agrónomo y docente de zoología agrícola.
“No me banco las hormigas, por favor pasame el Raid… ¡Ay!, se queja Charly García desde uno de sus éxitos de los `80, el «Rap de las Hormigas». Hombre de ciudad, se había instalado en un campo, con total desconocimiento del mundo insectos, y así, todo picado, volvió popular el problema. Ahora las quejas son más urbanas, y este verano se escuchan con más fuerza en la región: las hormigas invaden casas y jardines, potenciadas por la larga sequía.
Se las conoce como hormigas argentinas y son una de las 100 especies invasoras en el mundo.
Bajan desde los techos de madera por las columnas, salen de los toma corrientes, invaden mesadas y se llevan hasta la comida de los tachitos de las mascotas.
No dan tregua. Si les neutralizamos su huella con algún producto repelente, arman rápido un nuevo camino y reaparecen por otro lugar.
Hasta en la bañera
Una vecina de Roca, que pidió preservar su nombre “para no recibir cargadas de mis amigos”, cuenta que fue sorprendida en la bañera mientras se duchaba. No las vio, y una picadura en un pie dio el alerta. “Me quedó el dedo meñique casi como el dedo gordo por la hinchazón”, contó con mucha gracia.
Algunas especies de hormigas producen ácido fórmico, que genera escozor cuando pican
Más precupada se la escuchó a Gladys García, que tiene su casa en el barrio Jardín de Luis Beltrán. “Creo que todo nuestro barrio está montado sobre un gran hormiguero”, dijo sin muchas vueltas a Río Negro. Está esperando el pase de un fumigador, que le va a cobrar 4.000 pesos por el combo de meterse a rociar el entretecho y limpiar el tanque de agua, de paso.
“Uno de cada cuatro clientes que entran viene por algún producto para correrlas”, describe Adolfo Pinto, un hombre de lenguaje sencillo y que asesora sobre “bichos” de plantas y jardines en su forrajería de General Roca.
Para tratar de medir el alcance del problema, Río Negro consultó al ingeniero agrónomo Pablo Vásquez, que es docente de la cátedra de zoología agrícola en la facultad de Agrarias de la UNC y técnico del INTA.
Explicó que el clima muy seco de este año favorece la multiplicación del insecto, ya que en los años húmedos y frescos disminuyen su actividad. “Lo que sucede con las colonias de hormigas es que si no las controlás, no hacés tareas para disminuir su población, año a año van a ir aumentando y será peor. Esto es exponencial, van colonizando tu propia casa, el patio”.
Dividió a las que se ven en la región en dos categorías. Las del exterior, que se alimentan del hongo que forman las hojas en el hormiguero y las de interior, que buscan alimentos ya elaborados, tipo azúcares, proteínas y harinas. Estas últimas son las que invaden las casas.
“Entran buscando alimentos. Si uno deja migajas, vienen primero las exploradoras y luego llega el resto. Ellas van conociendo tus hábitos, es así como prosperan”, agregó Vasquez.
Gran dispersión
Al ser poligínicas -muchas reinas por colonia- tienen una capacidad de dispersión enorme y si no se las controla se convierten en plaga.
La hormiga argentina es nativa de la cuenca del Paraná, una zona cálida y húmeda.
En Bariloche, por ejemplo, era poco habitual encontrarse con ellas. El clima hostil es la principal causa, pero para las invasoras no hay impedimentos.
“Su campo nativo no incluía a la Patagonia por lo tanto llegó a la región traída por el hombre, quizás en maderas, bolsos, macetas u otro objeto y ha logrado establecerse en Bariloche”, explicó a este diario hace dos años Natalia Lescano, bióloga del Conicet.
Precios
- $ 380
- cuesta el polvo insecticida para los hogares en semillerías y jardinerías
- $ 390
- el paquete de 250 gramos de cebo granulado
Para evitar la multiplicación de colonias en jardines se recomiendan los biopreparados, que son productos elaborados a partir de restos de origen vegetal, mineral o animal y tienen propiedades repelentes. Hay que rociar el camino por el que transitan y tratar de neutralizar a la reina en su hormiguero para erradicarlas
El ácido fórmico que producen es el que causa escozor cuando nos pican.
Ni las sobras del perro…
Las mascotas tampoco se salvan de la invasión de hormigas, silenciosas observadoras de las rutinas humanas y de los animales. Con sus “antenas encendidas”, sacan provecho de todo.
Tienen predilección por el alimento que queda en los platitos de comida de gatos y perros. No es que coman de allí. Cargan y guardan en el hormiguero, explica Pablo Vásquez. No se salvan ni los huesos de sobras que entierran los perros.
Las que se ven en la región
Para erradicarlas, hay que eliminar a la reina
A las hormigas que se ven en el jardín y patios no les gusta la humedad o el agua, dice el ingeniero agrónomo Pablo Vásquez. Recomienda ir hacia los nidos y destruirlos con agua y una pala. “Hay que tratar de llegar hasta donde está la reina, y repetir la tarea varios días seguidos. Esto puede provocar que la reina muera, y se termina el hormiguero, o bien que se trasladen a donde no las molesten.
Otra acción que ayuda es colocar arroz partido seco en el camino, que las hormigas llevarán luego al hormiguero. El cereal absorbe toda la humedad del lugar, y hace q no crezca bien el hongo del que se alimentan.
Una infusión hecha con lavanda también es efectiva. Se colocan en una botella un puñado de flores y hojas. Luego se la llena con agua a 70 grados. Cuando enfría se riega el hormiguero .
Para bloquearles el camino que arman, Pablo recomendó pasar una esponja con un poco de detergente.
Sus características
– Las hormigas son insectos sociales y están organizadas en castas (reina, obreras, transportadoras, hongueras, soldados y nodrizas)
– No comen solas, lo hacen todas juntas y dentro del hormiguero.
– Almacenan para las malas épocas (lluvias fuertes y bajas temperaturas)
– Se comunican por feromonas, que les marcan dónde tienen que ir por el alimento.
– Las antenitas funcionan como nariz en estos insectos.
– Respiran por el tórax y abdomen.
– La hormiga reina: vive entre 10 y 20 años.
Junto a las cotorras, son plaga en España
Desde cotorras hasta hormigas, España no gana para sustos con las plagas que le llegan desde nuestro país. La hormiga argentina, con sus apenas 3 milímetros, acorrala a las especies autóctonas de estos insectos y amenaza la biodiversidad de los ecosistemas.
El biólogo español Chema Catarineu, señaló a la agencia EFE que es una especie muy ubicua. “En varias localidades españolas su presencia ha provocado la casi desaparición de las especies autóctonas de hormigas”, indicó.
La cotorra argentina llegó a España en los 70 como ave ‘de compañía’, sin embargo, el abandono irresponsable por parte de sus dueños y la facilidad de reproducción las convirtió en animal invasivo.
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