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A 12 años del momento en que el anfiteatro Gato Negro le dijo NO a «Pechi» Quiroga en Neuquén

Hoy se conmemora la primera asamblea de vecinos y artistas autoconvocados que destaparon dos veces el espacio cultural que funciona en el Parque Central.

“Pasión covachera”, dos palabras que escribieron una página en la historia de la ciudad de Neuquén por el rescate de la cultural y la movilización espontánea de vecinos y artistas autoconvocados que resistieron al embate de un Estado municipal que pretendía derrumbar un lugar emblemático e histórico de la capital de Neuquén en pos de un negocio rentable.

Fue la noche helada del 22 de abril de 2012, cuando las topadoras de la municipalidad tiraron escombros de obras anteriores dentro del anfiteatro del Parque Central en Neuquén que se ubica a un costado del museo Gregorio Álvarez y el tanque Molier, sector declarado por ordenanza, patrimonio histórico de la ciudad.

En ese momento gobernaba los destinos de la capital el exintendente Horacio Quiroga, quien había sostenido que “había que terminar con la pasión covachera”, es decir hacer desaparecer los lugares ocultos y abandonados que solo juntaban mugre o eran utilizados como baños improvisados. Pero detrás de eso había otra cuestión. Se estaba planificando en ese sector abrir una nueva calle que conectará San Luis con Irigoyen y construir una playa de estacionamiento que sería regenteada por un privado.

Pero lo que nunca imagino el jefe comunal, que esa vez no le iba a ser tan sencillo ver concretadas sus intenciones. La “primera” tapada se produjo de madrugada. ¿La primera? Si, porque hubo una segunda intención de desaparecer ese espacio.

Aquella madrugada, como reguero de pólvora corrió la noticia. Vecinos y artistas se autoconvocaron para frenar el avance. Siete días después se conformaba el Colectivo de Artistas y Vecinos Autoconvocados para definir una estrategia en defensa del espacio público y cultural. Hoy se cumplen 12 años de la primera asamblea realizada por el grupo.

Vecinos y artistas abrazan el monumento a «Los primeros pobladores» del escultor Jorge Michelotti, también quitado por la gestión de Pechi Quiroga. Foto: Cecilia Maletti.

“En principio se había pensado en un destape simbólico, pero nunca nos imaginamos que íbamos a estar en el Parque Central con palas y carretillas retirando todos los escombros”, recordó Pablo Frizan, uno de los integrantes del CAVA.

El destape duró casi un mes. Al momento de retirar el último escombro, se hizo presente el premio Nobel Rodolfo Pérez Esquivel, que estaba de vista en la ciudad. Durante ese tiempo, se armó un campamento en el lugar, sobre todo para impedir una segunda arremetida de la municipalidad. Y fue cuando encontraron entre los escombros un gato negro que logró sobrevivir y le dio nombre al anfiteatro.

La tarea estaba terminada y el lugar se sostuvo en los días sucesivos con festivales culturales. Pero la buena nueva duró poco. El 30 de julio de ese mismo año, a la madrugada, nuevamente el municipio tapó con escombros el anfiteatro y nuevamente el CAVA regresó con palas a destaparlo. En el mientras tanto se presentaron en el Consejo Deliberante, proyectos que luego se transformaron en ordenanzas, para preservar el espacio al que por ordenanza se le impuso el nombre de “Gato Negro”.

Y ahí está hoy, en el corazón del Parque Central. Pero aún le falta un poco más para que sea lo que pensaron los artistas y vecinos.


El pueblo de Neuquén en defensa de sus lugares de pertenencia


Lo que para la historia de la ciudad de Neuquén se podría definir como una gesta histórica y cultural, sin duda aplica para el caso del anfiteatro “Gato Negro”. Fue la segunda vez en casi 120 años de capitalidad, que la ciudad experimentó un movimiento social autoconvocado con la intención de impedir la destruir de su patrimonio histórico y cultural.

La primera vez fue en la década del 80, cuando un proyecto de la intendencia capitalina pretendió derribar el galpón de máquinas del ferrocarril ubicado en el Parque Central, al costado del anfiteatro, para construir allí un complejo de departamentos. Un grupo de vecinos y artistas autoconvocados le dieron pelea y lograron con el tiempo que ese lugar emblemático se convirtiera en lo que hoy es el museo Gregorio Álvarez y pase a ser parte del patrimonio de la capital.

Queda claro, con estas dos manifestaciones populares, que el pueblo de Neuquén no estuvo ni está dispuesto a que le arrebaten sus bienes históricos y culturales.

En Fotos, la heroica destapada del Anfiteatro:

Vecinos y artistas destapando el anfiteatro tapado por la gestión de Pechi Quiroga en Neuquén. Foto: Cecilia Maletti
Tras levantar tierra, debajo de los escombros salió un gato negro. Así fue como se eligió el nombre del anfiteatro ubicado en el Parque Centra en Neuquén. Foto: Cecilia Maletti
Vecinos y artistas acamparon al costado del anfiteatro. Trabajaron día y noche para destaparlo. Foto: Cecilia Maletti
Hoy se conmemora la primera asamblea de vecinos y artistas autoconvocados que destaparon dos veces el espacio cultural que funciona en el Parque Central en Neuquén. Foto: Cecilia Maletti
El destape del anfiteatro Gato Negro duró casi un mes. Al momento de retirar el último escombro, se hizo presente el premio Nobel Rodolfo Pérez Esquivel. Foto: Cecilia Maletti

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