Donde vuelan los gigantes: así se vivió el último censo de cóndores en Neuquén
El tercer censo simultáneo de cóndores andinos en Neuquén reunió a técnicos, guardaparques y observadores de aves para registrar la presencia del ave más emblemática de los Andes. Además, en el norte neuquino hallaron un cóndor herido.
El cielo de Neuquén volvió a ser observado con atención. A principios de octubre, decenas de personas se reunieron en distintos puntos de la provincia para participar del tercer censo de cóndores andinos. El objetivo: conocer cómo están distribuidas las poblaciones de esta especie emblemática de los Andes y cómo evolucionan a lo largo del tiempo.
El trabajo, que comenzó el año pasado, busca establecer un seguimiento continuo de las poblaciones. “El objetivo de estos censos es conocer un poco el tamaño de las poblaciones de cóndores, cómo está conformado el grupo, machos, hembras, adultos o juveniles. También nos permite tener una idea de distribución”, detalló la técnica del Centro de Ecología Aplicada del Neuquén (CEAN), Luciana Piudo.
El primer censo se realizó en la primavera de 2024, de forma simultánea entre Neuquén y Mendoza. El segundo debió posponerse por los incendios forestales y finalmente se concretó en junio de este año. “El tercer censo fue ahora, a principios de octubre. En este caso, solamente lo hicimos desde Neuquén, porque no pudimos coordinar con Mendoza como la vez pasada”, contó Piudo.
El procedimiento es minucioso y está diseñado para obtener datos comparables. “Se seleccionan tantos sitios que puedan ser dormideros que los cóndores usan en algunos momentos, y puntos fijos de observación. En cada lugar hay por lo menos tres personas mirando: dos observan y una tercera registra la información en una aplicación específica”, explicó.
Todo se hace al mismo tiempo, siguiendo una metodología estandarizada. “Todos hacemos lo mismo en el mismo momento. Se hacen intervalos de cinco minutos donde todos estamos mirando y contando cóndores», detalló la técnica. Según dijo, lo más importante es la sincronía, porque el cóndor puede moverse cientos de kilómetros en un mismo día.
«De 7:00 a 7:05 todos estamos mirando y contando cóndores, y después lo repetimos a la media hora y así sucesivamente hasta las 14:00”, describió.
Los datos son luego analizados por el equipo técnico de BioAndina. “Toman esa información que se estuvo cargando en la aplicación y analizan los datos para determinar la cantidad máxima que se pudo ver en alguno de esos intervalos”, indicó.
En muchos casos, los observadores pueden identificar detalles sobre el sexo y la edad del ave: “A veces vuelan tan alto que no llegás a ver si es un macho o una hembra. Pero si podés, registrás todos los detalles que llegás a ver”.
La profesional explicó cómo distinguir algunas características: “El macho tiene una cresta y los ojos marrones o grises, además del collar blanco. La hembra no tiene cresta y tiene los ojos rojos”.
En esta edición del censo participaron 15 sitios de observación distribuidos en toda la provincia, entre dormideros y zonas de vuelo. Los resultados aún están bajo análisis, pero se espera que el informe final esté disponible en las próximas semanas.
El censo anterior, realizado en junio, había registrado 33 cóndores simultáneamente, de los cuales 27 pudieron ser identificados con precisión. “De esos, 17 fueron adultos”, precisó la especialista. Luciana participó nuevamente desde el Mirador de los Cóndores, cerca de Junín de los Andes, un punto donde el ave suele dejarse ver con frecuencia.
“Vimos algo similar a la vez pasada. Pero puede ser que en otros sitios haya habido variaciones, porque este censo abarca toda la provincia, desde el norte hasta el este. Estamos esperando los resultados finales porque la información todavía se está evaluando”, explicó.
Para Puido, la importancia de este trabajo radica en su continuidad: “La idea es mantenerlo en el tiempo. Eso nos puede dar datos poblacionales, porque vamos a poder ver si hay variaciones en la cantidad de cóndores que se observan con los años”.
Rescataron a un cóndor herido en el paraje Cancha Huinganco
Un llamado proveniente de Tricao Malal alertando sobre la presencia de un cóndor herido en el paraje Cancha Huinganco activó al equipo de Guardafaunas que concurrió de inmediato al lugar.
Se trataba de un ejemplar de cóndor andino que presentaba signos de sangrado y una aparente herida. El director provincial de Fauna, Nicolás Lagos, explicó que era «una hembra de unos 8 años de edad”. El ave fue trasladada hasta Chos Malal donde intervino el servicio médico.
El veterinario Gustavo González se hizo presente acompañado por la veterinaria Magalí López. El ejemplar presentaba un orificio y se buscaba descartar la presencia de plomo, por lo que se aplicaron anticoagulantes y se recomendó la realización de una radiografía.
“No tiene nada quebrado, los veterinarios lograron parar la hemorragia y le brindaron toda la atención necesaria”, afirmó Lagos.
Según se informó, el ejemplar permanecerá en observación en la oficina de Fauna de Chos Malal, donde será cuidado y controlado periódicamente por los mencionados profesionales. Se espera su pronta recuperación para poder ser liberado nuevamente en su hábitat natural.
«La idea es que se recupere bien y poder liberarlo en unos días cuando la herida esté cicatrizada, para devolverla a su ambiente”, sostuvo Lagos.
Desde el área, se agradeció la colaboración y dedicación de los veterinarios González y López, quienes “realizaron toda su labor de manera desinteresada y sin costo alguno”. Asimismo, se destacó la participación y trabajo conjunto de los Guardafaunas de Chos Malal y Tricao Malal, quienes coordinaron el operativo de rescate, traslado y atención del ejemplar.
La conservación del cóndor andino representa un símbolo del compromiso con las especies autóctonas en la Provincia de Neuquén.
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