El drama de quienes viven cerca del basural de Bariloche

El incendio que se desató el último miércoles ya fue controlado pero el humo persiste en los barrios más cercanos.

Damaris Mardones padece asma desde muy chica, pero su afección estaba controlada. Se salió de control nuevamente desde hace cinco años. Desde entonces, la mujer de 38 años vive en el barrio 645 Viviendas y sufre los constantes incendios que se producen en el basural al sur de Bariloche.

Gracias a Dios, tenía el asma controlado. Usaba la medicación cada tanto. En los últimos días, estoy usándola dos veces en la mañana, dos en la tarde y dos en la noche porque no puedo respirar”, explicó Mardones con la voz claramente afectada.

Dijo que debe dormir “algo sentada” porque se ahoga constantemente. “Yo sufro de los pulmones. Pero esto afecta a todos. Veo a mi esposo y está como si tuviera un estado alérgico. La casa está pasada de humo, pero el ambiente y la ropa es un detalle menor. El tema es la salud”, reconoció.

Mardones no recuerda cuántos reclamos han hecho como vecinos para que se traslade el basural. “En 2009 se planeó llevarlo a la estepa, pero se frenó. Es lamentable. Hoy, no importa el color político: hay que buscar una solución porque en el medio, estamos nosotros, la gente”, dijo.

Rosa Norambuela también es asmática y, al igual que Damaris, vive en el barrio 645 Viviendas, próximo al basural. “Estos días han sido muy complicados y tengo que estar con oxígeno día y noche”, advirtió la mujer de 55 años que también padece diabetes y presión alta. Tiene dificultades para hablar aunque el incendio está sofocado desde ayer a la tarde. El humo persiste.

Norambuena describió que, ante cada incendio en el vertedero, “se me cierran los bronquios y me cuesta respirar. Mi marido cierra las ventanas, las cortinas, pone trapos húmedos, pero el humo igual entra. No duermo de noche ni de día porque no puedo respirar. Continuamente viene la ambulancia del hospital por mi problema”.

El secretario de Servicios Públicos de Bariloche, Eduardo Garza, aseguró que el incendio que se desató en el basural el último miércoles finalmente fue controlado. “Está sofocado”, indicó.

“Hay sectores que van a seguir humeando porque por más que tengan toneladas de tierra arriba, salen fumarolas de abajo de la tierra por el calor del manto. Y con estos calores, las emanaciones son inevitables”, aclaró el funcionario.


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