El incendio en el cerro Runge en Bariloche permitió probar el primer avión observador del país
La aeronave está equipada con tecnología de Invap. Tiene cámaras ópticas e infrarrojas, sensores y sistemas de telemetría que permiten analizar el comportamiento del fuego en tiempo real.
Durante el incendio de interfase que se produjo en el cerro Runge en Bariloche días atrás, se puso a prueba por primera vez un avión observador que incorpora tecnología de última generación desarrollada por Invap, a pedido del Servicio Provincial de Lucha contra Incendios Forestales (Splif). No hay otro igual en el país.
La aeronave pertenece a Invap y hasta ahora, estaba en Córdoba. Fue equipada con cámaras ópticas e infrarrojas, sensores y sistemas de telemetría que permiten analizar el comportamiento del fuego en tiempo real. El viernes pasado, despegó el aeropuerto de Bariloche para capturar imágenes del incendio que se originó detrás de sanatorio San Carlos y rápidamente, se propagó hacia lo alto llegando a muy pocos metros de las viviendas.
El trabajo comenzó este año cuando el gobierno de Río Negro solicitó la colaboración de Invap para optimizar el alerta temprana de incendios forestales. «Pusimos el foco en un sistema para reducir el tiempo desde el momento en que se detecta una columna de humo y se toman acciones. Surgió la idea de usar este avión colocando una cámara que tuviera un rango térmico y óptico para poder hacer monitoreo, por ejemplo cuando cae un rayo que podría generar un foco», detalló Santiago Pérez Ghiglia, gerente de Estrategia Tecnológica y Negocios de Invap.
Si bien hoy es posible observar con los satélites, pasan cada determinada cantidad de días u horas. El avión permite sobrevolar un sector para saber si hay un foco o no.
El equipo tiene cámaras infrarrojas para detectar puntos calientes y cámaras que transmiten en tiempo real. También es útil para la guardia de cenizas una vez que el incendio se apagó para determinar si hay focos que permanezcan activos.
“Hasta ahora, enviábamos a nuestro personal para que, durante el vuelo, tomara imágenes y datos para después, en base a eso, analizar la parte operativa”, recalcó Orlando Báez, jefe del Splif Río Negro. Con este avión, desde la central podrán ver las imágenes en tiempo real y de esta forma, agilizar la respuesta. “Incluso -añadió Báez- podemos estimar la superficie afectada aproximada y saber el combustible que hay. De todos modos, es solo un prototipo que se puede ir modificando en función de las necesidades«.
El primer sobrevuelo permitió evaluar el funcionamiento de las cámaras. Báez explicó que vuela a la misma altura de un avión hidrante para hacer las descargas aunque, en esta oportunidad, no pudo volar muy bajo por cuestiones climáticas.
El centro de monitoreo estará ubicado en la central del Splif que va a recibir en tiempo real las imágenes de las cámaras del avión mientras esté volando, con la posición de la aeronave y los datos de la meteorología. «Toda esa información se concentra en una sola visual. Se llama conciencia situacional de lo que pasa en el territorio que permite tomar mejores decisiones y más rápido. Cada minuto que le bajamos, es un fuego que no escala», expresó Pérez Ghiglia.
No es “tecnología enlatada”
Pérez Ghiglia destacó que la tecnología se desarrolla en función del uso que se requiere: «No es simplemente la compra de una tecnología enlatada sino tomar la tecnología disponible y entender qué es lo que se necesita, vinculada a la idiosincracia del Splif y su tipo de operación en la zona. Por eso, es un trabajo conjunto. Durante la temporada vamos a ir ajustando la forma en que volamos y cómo usamos esas imágenes», aclaró.
Hoy el monitoreo se lleva adelante con un avión tripulado, pero la idea es que, a futuro, se haga con aeronaves no tripuladas. Otro desafío es integrar la información de otros medios aéreos en el centro de monitoreo y control para aportar «una mirada integral». «Por lo general, interviene Parques Nacionales que tiene una zona, Splif otra, incluso Bomberos. Cuando todos ponen los medios a disposición pretendemos concentrar toda la información en una sola pantalla«, dijo.
La contratación del avión Jabiru J-430 de la empresa Invap estipula 200 horas de vuelo a razón de 1.500 dólares la hora, incluyendo la tripulación que operará la aeronave, según se publicó en el Boletín Oficial. El costo total estimado es de 372.000 dólares (sin IVA).
El primer vuelo sobre un incendio real nos permite ajustar algoritmos y poner a punto el sistema»,
Santiago Pérez Ghiglia, gerente de Estrategia Tecnológica y Negocios de Invap.
Un trabajo «invisible»
Tras el éxito que promete este primer avión observador, las autoridades de Parques Nacionales iniciaron conversaciones con Invap. «Hoy, estamos concentrados en esto con el Splif para que esto funcione lo mejor posible. Fue un trabajo en tiempo récord. Luego se verá la posibilidad de ponerlo al servicio de otras entidades», acotó Pérez Ghiglia.
Insistió en que no se trata solo de un esfuerzo de Invap ya que el Servicio Meteorológico Nacional aporta los pronósticos «ajustados» de la zona que se ponen a disposición del Splif. Por otro lado, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales genera un mapa de los puntos calientes donde podrían registrarse focos de incendios. En tanto, la Fabrica Argentina de Aviones y la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) también apoyaron la iniciativa y la empresa AVC amplió el ancho de banda de la central del Splif.
«Todas esas entidades hacen un trabajo invisible para que todo pueda funcionar. Para hacer diseño de la red de comunicaciones inalámbricas trabajamos con la Universidad Nacional de Río Negro que evitó poner una Starlink y de este modo, tener que pagar una suscripción todos los meses. Una universidad local aporta profesionales que, ante una necesidad, ponen su conocimiento al servicio para resolver el problema», concluyó.
Comentarios