El sedentarismo afecta de manera directa la salud

La actividad física desde la niñez es fundamental para evitar los problemas coronarios. Hoy se inculca un sistema de vida que tendrá consecuencias en la adultez.

Por Sonia Costantini (sscostantini@yahoo.es)

Sabemos que hay un gran número de factores de riesgos que no son modificables (edad, sexo, antecedentes familiares), por tanto, la mayoría de los esfuerzos se han centrado en corregir los principales factores de riesgos modificables (hábito tabáquico, dieta, trastornos de colesterol, hipertensión, diabetes, stress y obesidad).

En el año 1992, la Asociación Americana del Corazón (AHA) introduce el concepto de inactividad física como un factor de riesgo para enfermedad coronaria y desde entonces, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se abocó a evaluar el porcentaje mundial de patologías en las cuales la inactividad física actúa como un importante detonante.

Se ha observado que en presencia de inactividad física el riesgo de enfermedad cardiovascular se duplica, la aparición de diabetes mellitus tipo 2 es mayor, la presencia de obesidad se incrementa, la posibilidad de aparición de la osteoporosis aumenta y se eleva el riesgo de padecer depresión y ansiedad.

Datos

60 %
Es el porcentaje de adultos sedentarios a nivel mundial, según la OMS.
50 %
Es la probabilidad de que una persona sedentaria sufra problemas cardíacos.

Los niveles de inactividad física son altos en prácticamente todos los países. Según una encuesta realizada por la OMS, el porcentaje de adultos sedentarios es de aproximadamente el 60%, y esto es consecuencia del desarrollo de la tecnología, del tipo de ocupación y de una economía basada en los servicios y a esto debemos sumar la amplia variedad de actividades pasivas que se realizan a manera de recreación durante el tiempo libre, como los videojuegos, ver televisión, navegar en internet y sus actividades relacionadas (salas de chat, foros, comunidades en línea, juegos en red, páginas webs interactivas estilo MySpace y Facebook, etc.), que día a día van desplazando al ejercicio físico a niveles mucho más bajos. Estamos inculcando desde la niñez un estilo de vida sedentario que repercutirá posteriormente de manera directa sobre su salud, en especial sobre el sistema cardiovascular.

Si tenemos en cuenta la teoría de la evolución, sólo las personas que tenían activos los genes ahorradores de energía pudieron soportar las épocas de hambruna, las que carecían de éstos, no lograron soportar las faltas de alimentos, adelgazando a tal extremo que no pudieron dejar descendencia.


La mayoría de los niños y adultos no desarrollan una actividad física suficiente para lograr beneficios sanitarios.


El cuerpo humano, y en general el de todos los organismos vivos, fue ‘diseñado’, más bien para la carencia que para la abundancia de alimentos. Sin embargo, el cuerpo humano no ha evolucionado a la misma velocidad que sí lo han hecho nuestra disponibilidad de alimentos, los malos hábitos alimenticios, y la vida sedentaria y esto ha producido un desequilibrio entre nuestro estilo de vida actual y el diseño del cuerpo humano, se propone que por primera vez en la historia de la humanidad este problema nutricional (sobrepeso- obesidad) sobrepasa a la desnutrición y se están dando las condiciones en que los hijos pueden morir antes que los padres debido a problemas que acarrea la obesidad infantil y juvenil.

En otras palabras, nuestro cuerpo necesita la actividad física para mantenerse sano. A lo largo de la historia, la supervivencia de la especie humana ha dependido de la caza o de la recolección de alimentos, ocupaciones que exigían una actividad física prolongada e intensa. La mecanización y la tecnología moderna desarrolladas en las últimas décadas han hecho que el género humano sea menos activo físicamente que en cualquier otro momento de su pasado. Y lo estamos pagando con nuestra salud.


Por primera vez en la historia de la humanidad el problema del sobrepeso y la obesidad supera al de la desnutrición.


Diversos meta-análisis muestran que la mortalidad por enfermedad coronaria en individuos con inactividad física se encuentra alrededor del 50%, es decir, un individuo sedentario, tiene el doble de probabilidad de padecer un evento coronario, si se compara con uno activo.

Foto: Andrés Maripe

La mayoría de las personas adultas y de los niños, niñas y adolescentes no desarrolla una actividad física suficiente como para lograr beneficios sanitarios. La situación es similar en todo el mundo, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, y existe un amplio conjunto de pruebas científicas que indica una disminución de los niveles de actividad física y de condición física en todos los grupos de edad.

La inactividad física durante los primeros años de vida está reconocida actualmente como un importante factor coadyuvante en el incremento de los niveles de obesidad y de otros trastornos médicos graves que se observan en niños, niñas y adolescentes.

La importancia de la actividad física para la salud social, mental y física infantojuvenil es indiscutible, y por lo tanto resulta esencial llevar a cabo esfuerzos en todo el mundo con el fin de “reintroducir” la actividad física en la vida de nuestra infancia y nuestra adolescencia.

*Dra. Sonia Costantini. MP 2610. Especialistas en Cardiología. Federación Argentina de Cardiología.


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