Feria del libro en Neuquén: los jóvenes siguen interesados en el papel en tiempos de lectura digital

Más de 15.000 personas por día fue el promedio de asistentes a la décima edición de la Feria del Libro. Lecturas de comics y libros para los más chicos. Fuerte apuesta de los poetas y libreros locales. Abierta hoy hasta las 22.

Más de 15.000 visitantes por día fue el cálculo que dejó la décima edición de la Feria Internacional del libro en Neuquén, al cierre de convocatoria de 10 días donde la impronta fue una masiva afluencia de jóvenes y la visita en familia, según se destacó desde la municipalidad de Neuquén, organizadora del evento.

El viento del sábado no opacó el ingreso ni el flujo constante de público. Mientras en la zona oeste y norte de la ciudad, como en los sectores de Valentina, los nuevos barrios aledaños a la nueva ruta 22 (Autovía norte) o Z1 el clima fue implacable y se suspendió todo evento público, en el microcentro, las ráfagas se sintieron con menor fiereza.

Este domingo, con mejor tiempo, las globas de la Feria del Libro en el Parque Central permanecían colmadas de público desde las primeras horas. El cierre estaba pautado a las 22, como los días anteriores, aunque si había mucha permanencia de público, se extenderá hasta las 22, 30 como sucedió el sábado.

«Se vende menos, pero se vende» aseguraron los escritores locales, que habían logrado un estand especial con sus producciones en la globa «El Principito». Cuentos cortos y algunas poesías se entregaban gratuitamente ante el paso del público curioso. «Podés mirar, es todo regional» se invitaba desde una editorial de la región, con los últimos libros salidos de imprenta 2023, con ofertas también de años anteriores.

No solo hubo rebajas y ofertones por parte de los libreros que llegaron desde Buenos Aires, sino que la producción regional tanto de autores como de librerías de Neuquén, presentaron valores accesibles. Había obras desde 800 a 1500 pesos hasta ediciones por más de 10 y 11.000 pesos, en el caso de las presentaciones promocionales que hacían autores tanto en el auditorio Marcelo Berbel como el auditorio Orlando «Nano» Balbo.

Hubo libros nuevos (ensayos y novelas) a 3.500 pesos y según las estimaciones oficiales, el promedio de ventas no bajó de las 6.000 obras por dia. El domingo de cierre, con un tiempo agradable y viento más calmo, favoreció la afluencia masiva en todo el predio. Las autoridades se ocuparon de informar, por ejemplo que las estructuras «aguantaban hasta 120 kilómetros» por hora.

«Se llenó de gente, esto demuestra que los libros fueron el eje: quedó comprobado que la Feria Internacional del Libro tiene convocatoria propia, más allá de los espectáculos musicales», dijo la coordinadora de la organización de la feria, María Pasqualini.

A diferencia de la edición anterior, no hubo escenario con artistas por una decisión política vinculada al temor de los comerciantes de las inmediaciones debido a la incertidumbre de seguridad a mediados de agosto.

Mientras las presentaciones funcionaron a horario y con gran convocatoria de público para los libros promocionales, el día del viento por una desinteligencia, no estuvo abierto el Museo de la Confluencia, el lugar donde se colgó la muestra de «Los libros prohibidos», que junto con las fotos de los 40 años de Democracia, de los reporteros gráficos del país (ARGRA), fue una de las atracciones de la décima edición de la convocatoria librera.

La muestra de ARGRA «40 años – 40 fotos» (por los 40 años ininterrumpidos de democracia) en gigantografías de gran tamaño en una de las globas principales, fue una de las atracciones de la Feria del Libro (foto Matías Subat)

«La Feria ya es patrimonio de la ciudad, nos obliga a reforzar el concepto, trabajar fuertemente y buscaremos impulsar que sea la segunda en importancia en el país. Iremos cambiando ejes, modificando convocatorias, vimos el rol protagónico de los jóvenes y la visita fue en familia», destacó Pasqualini.

En tiempos de lectura digital, fue notoria la presencia masiva de niños, adolescentes y estudiantes universitarios en los diferentes paseos y ofertas de lectura que hubo a diario, por fuera de las visitas guiadas que se llevaron a cabo por la mañana con las escuelas. Menos en las presentaciones promocionales, donde hubo un target de más de 30 años en general; en tanto las y los docentes, coparon los diferentes talleres y debates literarios.

Faltó el stand que se había promocionado con literatura chilena a 50 años del golpe militar en el pais trasandino, que se cumplió el 11 de septiembre de 1973. Se avisó a último momento la inasistencia, dijo Pasqualini.

Comics, mangas, historietas y los diferentes formatos de lectura lograron captar el interés de adolescentes y adultos en la feria del Libro de Neuquén (foto Matías Subat)

La presencia masiva en varias presentaciones, planteó la necesidad de auditorios más grandes o de mayor capacidad que el del MNBA, por lo que no se descartaba una modificación para la edición 2024 que permitiera un espacio de mayor holgura. Mientras la presentación de Guillermo Saccomano dejó más de 100 visitantes fuera del auditorio, las presentaciones del libro de Noemí Labrune (un día antes de su partida) y el homenaje a Orlando «Nano» Balbo el viernes, colmaron el auditorio «Marcelo Berbel», impulsor de la Feria neuquina.

Hoy a las 22, no se preveía un cierre diferente al de las jornadas anteriores: en cada una de las presentaciones de hoy los organizadores saludaron la presencia del público, en tanto en algunos de los stands hubo rebajas para impulsar la compra de último día.


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