Fiesta Nacional de la Nieve en Bariloche: las tejedoras solidarias elaboraron mantas de lana para el hospital
Unas 40 participantes de Bariloche y la Línea Sur tejieron cuadraditos de 15 por 15 este sábado. Luego se cosieron. Esas mantas serán entregadas al Hospital Ramón Carrillo.
Rosa Fonté sacó sus agujas de tejer de una bolsa y eligió un ovillo de color azul de una de las mesas. “Amo el azul”, dijo la mujer con una sonrisa, al tiempo que mostraba su pulóver, sus aros y su anillo. Todo del mismo color.
Esta mañana, El Tejetón, otra de las actividades de la Fiesta Nacional de la Nieve, congregó a unas 40 mujeres de Bariloche y la Línea Sur que se pusieron manos a la obra para tejer cuadraditos de lana de 15 por 15 centímetros.
El desafío fue coserlos luego para elaborar la mayor cantidad posible de mantas que serán donadas al Hospital Ramón. A la vez, serán distribuidas entre los centros de salud para ser entregadas a las familias que más las necesiten. El año pasado, por ejemplo, se lograron 30 mantas.

En el ingreso del Puerto San Carlos se dispusieron sillas en círculo para cada una de las tejedoras. En cuatro pequeñas mesas se colocaron ovillos de lana de distintos colores.
Algunas mujeres, muchas de Comallo, ávidas por no perder un segundo, colgaron sus abrigos en las sillas, tomaron sus agujas dispuestas a comenzar la tarea solidaria. Una de ellas no se decidía por el color del ovillo hasta que eligió uno. “Me encantan los colores fuertes”, le confió a otra que estaba sentaba al lado.

“Soy nacida en Bariloche y participo en este evento desde el primer Tejetón en 2014. Ahora ya no tejo porque colgué los guantes. Pero siempre me sumo a las acciones solidarias. Me sumé en la primera edición porque esas primeras mantas fueron destinadas a las Damas de Rosa del hospital, institución a la que pertenezco”, contó Rosa.

Esta mujer teje desde los 8 años, momento en que su madre y sus hermanas le enseñaron la práctica. “Toda nuestra ropa era tejida, había mucho hilados. Nada era comprado. Reconozco que me gusta mucho más coser a máquina pero tejer es algo apasionante. Te olvidas de cuanto problema tengas. Ojalá hoy las chicas tejieran, pero esto se está perdiendo”, dijo.
María Patto se definió como “tejedora de toda la vida”. Sin embargo, ésta fue su primera experiencia en El Tejetón. “Lo hago por hobby o cuando me encargan alguna ropita de bebé. Tejer es tener una horita para vos, olvidarte de todo. Es como ir a gimnasia. Es relax. Cuando uno tiene la cabeza en otro lado, ayuda. Y decidí sumarme para hacer algo distinto, hacer sociales y hacer estas mantitas solidarias”, planteó.

Cecilia Terzian es de Capital Federal, pero hace cuatro años que vive en Bariloche. No sabe tejer, pero aseguró que “se prende en todo lo que sea solidario”. “Solo hago cuadraditos desde hace dos años”, acotó riéndose. “De hecho -agregó-, participo en un grupo que se llama Tejiendo Abrigos en el Centro de Jubilados de Villa Los Coihues, donde hacemos entre dos o tres matas por semana. Aprovecho para pedir aportes solidarios de lana”. La cita en esta institución al suroeste de Bariloche es cada jueves, de 15 a 17.

“Bienvenidas”, dijo el subsecretario de Cultura de Bariloche, Pablo Martín Iriarte, pese a que muchas de las participantes, sin ocultar su ansiedad, ya habían empezado a tejer. Y destacó: “Todo esto no sería posible sin Paola Magni, de Mía Hilados, que aportó la lana”. Con la presentación oficial, las charlas entre las participantes se cortó y la concentración invadió la sala.

Rosa Fonté sacó sus agujas de tejer de una bolsa y eligió un ovillo de color azul de una de las mesas. “Amo el azul”, dijo la mujer con una sonrisa, al tiempo que mostraba su pulóver, sus aros y su anillo. Todo del mismo color.
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