Hostigamiento, amenazas y agresiones: las denuncias de Periodistas Argentinas ante Derechos Humanos 

A través del colectivo Yopoi, la Asociación de Periodistas Argentinas documentó una serie de ataques a la prensa durante la cobertura de protestas sociales y reclamó la visita urgente del Relator Especial para la Libertad de Expresión.

“¿Querés que te muestre lo que tiene el gas?”, le dijo un policía sin identificación a un reportero gráfico mientras sostenía un tubo lacrimógeno en una movilización. Esta y más son las situaciones de hostigamiento, amenazas y agresiones que denuncia la Asociación de Periodistas Argentinas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

El Colectivo de Derechos Humanos Yopoi, en representación de la Asociación de Periodistas Argentinas (APA), presentó un nuevo informe ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión.

Lo hicieron en seguimiento de la solicitud de medidas cautelares para Claudia Acuña y Lucas Pedulla, periodistas de la Revista MU/lavaca.org, que había sido rechazada por la CIDH en una instancia previa. Esta vez, el documento incluye una fuerte denuncia: la represión aumentó.

Denuncian que estas situaciones se repiten cada miércoles en las inmediaciones del Congreso Nacional, donde se realizan las marchas de jubilados y más protestas.

“El recuento de casos que podemos hacer es el siguiente, de ataques directos a la prensa, pero sin dudas hay más”, advierte el informe. Las agresiones van desde empujones y amenazas hasta atropellos y disparos de balas de goma. Todo está documentado en fotos, videos y testimonios. Las fechas coinciden con las marchas de los jubilados: 5, 12, 26 de marzo, 2 y 16 de abril.

Por esto exigen que el Relator Especial visite la Argentina “in loco” y asista personalmente a una de las marchas de los miércoles. Buscan que la comunidad internacional vea con sus propios ojos lo que pasa cada semana: la libertad de expresión cercada a bastonazos, gases y balas de goma.


Los hechos que denuncian Periodistas Argentinas


Según detallaron en el informe, fue Claudia Acuña, quien resulto impedida de realizar su trabajo. «Fue hostigada, amenazada, y acusada falsamente de estar haciendo un piquete (corte de la vía pública). Un policía federal la empujó y la hizo perder el equilibrio, en una técnica que repetidas veces hacen las fuerzas de seguridad sobre los manifestantes, dejándola atrapada detrás del cordón policial con la intención de restringir sus movimientos».

El caso de Juan Valeiro es otro. Acompañaba la cobertura de la jornada y fue agredido con gas en su cuello y brazos.

Pablo Grillo es el caso más conocido porque recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la intersección de las calles Yrigoyen y Solís cuando estaba haciendo su trabajo. El disparo fue ejecutado por un gendarme.

El fotógrafo Pablo Grillo, gravemente herido durante la represión la marcha de los jubilados. Foto: Gentileza Rodrigo Abd – AP

Gabriela Navarra relató: «Fui al Congreso el miércoles 12 de marzo; iba a encontrarme con dos amigas; fui como jubilada, fui como periodista, fui como persona. Estábamos en Riobamba y Rivadavia, sentí un clima especial, armónico, generoso: un muchacho de unos 30 años regalaba barbijos, que acababa de comprar en Farmacity, y que venían bien porque los gases eran asfixiantes; se sentían desde 3 cuadras antes. En cierto momento caminamos sobre Rivadavia en dirección al Congreso junto a varias personas; entre ellos, un señor muy mayor que caminaba con mucha dificultad en un andador; cuando escuchamos a las motos empezamos a rajar para Pozos, pero este señor casi no podía caminar, entonces fuimos despacito para ayudarlo. Eso hizo que quizás yo llegara tarde: ni bien di la vuelta por Pozos rumbo a Yrigoyen sentí las balas; una me dio de costado, sobre una rodilla; las otras 3 me dieron de espalda. Los tipos no tiraban al aire, doy fe. Sólo nos hirieron a otro muchacho y a mí. Menos mal. Había un puesto sanitario de la Policía ahí al lado pero no quise ir. Me dio miedo de que me hicieran algo. Me fui para mi casa. Dos de las lastimaduras tardaron dos semanas en curarse.» 

Miguel Lo Bianco fue atropellado por la policía motorizada mientras registraba la represión. La policía lo chocó cuando estaba sosteniendo el trípode y escalera con el que trabaja.  
 
Francisco Pandolfi
contó que un policía federal, sin identificación, lo amenazó mostrando el tubo de gas que llevaba en la mano. Cuando se lo buscó fotografiar para mostrar que no estaba identificado, amenazó: «¿Querés que te muestre lo que tiene el gas?».

Tadeo Bourbon trabajaba en la cobertura de la jornada y fue gaseado en cuello, brazos y manos. Lo mismo paso con Maru Malpelli quien expuso: «No puedo abrir los ojos. Siento la boca y los labios hinchados». Damián Dopacio también fue gaseado a corta distancia.
 
Diego Gómez fue atropellado por la policía motorizada sobre Callao y Mitre. Quedó herido en su rodilla. Fue asistido en el lugar del hecho por CEPA y CPM, pero lo tuvieron que sacar en andas porque un cordón de Prefectura avanzó sobre el lugar de atención. Si no era por la gente, habrían pisado. Se lo llevó una ambulancia del SAME.

El 16 de abril las fuerzas de seguridad reprimieron nuevamente la marcha de los jubilados, registrándose 116 personas heridas.  

Lucas Pedulla también fue gaseado mientras cubría la protesta. Al igual que Edgardo Gómez, Eduardo Sarapura y Rodrigo Ruiz.



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