Incautaron cerca de 2.000 kilos de pomelos infectados con mosca de los frutos

Se estima que los puntos de distribución de las frutas larvadas iban a incluir 100 localidades de la Patagonia, abarcando varias ciudades del Alto Valle.

En los últimos días se interceptaron una gran cantidad de camiones que trasportaban pomelos infectados con mosca de los frutos. A partir de los controles en la barrera fitosanitaria, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) frenó el ingreso de 2 toneladas de fruta infectada en los puestos de Río Colorado-La Adela y en el de 25 de Mayo.

Por información que obtuvo este medio de manera extraoficial, fueron dos los puestos fitosanitarios que realizaron el secuestro del cargamento de diez camiones que transportaban frutas con la plaga -conocida como mosca de los frutos del Mediterráneo-, Ceratitis capitata Wied.

Uno de los decomisos importantes fue en la Adela-Río Colorado, con un total de ocho camiones. A partir de estos controles de mitigación, se desarticuló el traslado de un total aproximado de 2 toneladas de frutas cítricas por rodado.

Otra de las incautaciones se dio en un puesto de barreras patagónicas en la localidad de 25 de Mayo, donde se lograron frenar las cargas de dos camiones con la misma plaga entre sus mercaderías.

A raíz del relevamiento, se estima que el cargamento total se ubicaría en torno a las 2 toneladas de fruta infectada con larvas vivas.

Estos pomelos con mosca de los frutos, que compartían el compartimento con otras frutas y verduras, eran trasladados con la debida documentación que acreditaba una circulación con los controles necesarios.

Por lo tanto, los transportistas viajaban con la garantía de que el producto había superado el correspondiente tratamiento cuarentenario, realizados en el norte del país.

Respecto al procedimiento, se sacó un 2% del lote de la fruta y verdura -que era transportada en pallets-, identificándose las especies propensas a las enfermedades o plagas. Cabe destacar que cada camión transportaba un total de 28 mil kilos de frutas y verduras en general.

Luego de ese muestreo, se retiraron dos o tres frutas de cada cajón para evaluar aquellos síntomas, realizando cortes -en caso de ser necesario- para lograr analizar el interior de las frutas seleccionadas.

Fue allí que observaron larvas vivas dentro de los pomelos, pese al tratamiento cuarentenario acreditado mediante documentos que certificaban la exposición a agroquímicos. Lo que deberían haber sido larvas del tipo Ceratitis Capitata Wied -conocida como mosca de los frutos del Mediterráneo– muertas, continuaban con vida y en una cantidad significativa. Además, las larvas podían trasladarse, lo cual aumentaba las posibilidades de ingresar en otros cajones.

Según información a la que tuvo acceso RÍO NEGRO, debido a la enorme cantidad, desde Senasa tuvieron que recurrir al traslado de las frutas larvadas hacia el laboratorio de Viedma, en una camioneta con 20 conservadoras de telgopor repletas de esa plaga.

Lo que pareció un control rutinario, pudo establecerse como uno de los procedimientos más importantes de los últimos años debido a las trágicas consecuencias que podría haber experimentado toda la zona protegida al sur del río Colorado.

Una fuente del organismo -quien pidió reserva de su identidad-, aseguró que, si ingresaba esa cantidad de fruta infectada bajo un contexto de altas temperaturas que comenzarán a raíz del inicio de la primavera, hubiese sido catastrófico para la región patagónica. Aclaró que, debido a la extensión del flagelo, hubiese sido imposible contar con efectividad en los controles.

Si bien el registro total se estimó en 2 mil kilos de pomelos infectados, ocho de esos camiones trabajaban para una reconocida cadena de supermercados, que cuenta con casi doce sucursales en la región. Por lo tanto, la mercadería iba a ser redistribuida a aproximadamente 100 localidades.

En juego el estatus sanitario


La región de la Patagonia es libre de distintas plagas y de enfermedades de los animales, posicionándose como uno de las zonas más importantes en el mercado internacional de producción agropecuaria.

Los controles que llevan adelante las barreras patagónicas del Senasa funcionan hace más de 30 años y, hasta este hallazgo, no se habían conocido intentos de ingresos de frutas con plaga de tanta magnitud.
Aparentemente, las cámaras de tratamiento cuarentenario que funcionan en el norte del país, podrían haber falseado –con manipulación humana- los controles necesarios para evitar la propagación de esta plaga.

Muchas de estas cámaras que entregan la documentación tras su paso cuarentenario están privatizadas o terciarizadas, prestándose a malos manejos, como coimas y diferentes sobornos. Los procesos son automatizados y dependen de máquinas, acá hubo manipulación», expresó una fuente confidencial.

En este sentido, los camiones llegaron a los controles con toda la documentación (record) que brindan las máquinas de las cámaras, especificando todos los tratamientos y la exposición al veneno que tuvo la fruta.

El proceso por el cual se procedió al secuestro fue complejo, ya que los análisis de los productos son por muestreo, tomando una porción mínima del total de la fruta. Siendo al azar, entre los distintos cajones, existen márgenes que imposibiliten llegar a cada cajón que contenga larvas.

Por lo tanto, a partir de este hallazgo, se activó una alerta que incluyó los posibles lugares de destino que comprendía localidades como Cipolletti y Bariloche, entre otros potenciales centros de distribución.

De confirmarse el ingreso de mosca de los frutos en esta magnitud, la región iba seguramente camino a perder el estatus sanitario y, como consecuencia, la pérdida de los mercados internacionales.


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