Keñi, el detergente ecológico de Neuquén que conquistó a más de 100 comercios del país  

Cuatro amigos de San Martín de los Andes comenzaron como un juego el emprendimiento que hoy es un éxito. Biodegradable, no tapa cañerías y no afecta la piel.

Tres años atrás nació Keñi, un detergente sólido creado a base de aceite de girasol usado. El producto fundado por cuatro amigos en San Martín de los Andes hoy es uno de los más elegidos por comercios naturales de todo el país.

Agustín, es uno de los fundadores de Keñi y su principal tarea es la relación con el cliente. En comunicación con Diario RÍO NEGRO contó en detalle los comienzos del emprendimiento. «Es algo que surge en plena cuarentena a raíz de que un grupo de amigos que querían proyectar un emprendimiento juntos», explicó.

Uno de los integrantes del grupo es cosmetólogo y había visto que el aceite que se usa para cocinar podía ser reutilizado y transformado en productos para uso cotidiano y biodegradable.

«Al principio fue loca la idea, pero decidimos probarlo igual», sostuvo Agustín. Explicó que para realizar la prueba del producto compraron los insumos que necesitaban y a partir de ahí comenzaron a usarlo, compartirlo con amigos y familia para obtener devoluciones.

«Funcionó de 10, es un producto que desengrasa bien, no hace mal a las manos, es biodegradable y no tapa las cañerías. Fue algo que nos cerró por todos lados», aseguró.

A raíz de la prueba «piloto» Agustín comentó que sus amigos y familiares comenzaron a insistirles que comiencen a venderlo. «Era algo que no estaba en nuestra cabeza en ese momento porque fue casi un juego entre amigos y al final nos encontramos con un producto que estaba buenísimo y que no estaba en el mercado», afirmó.

A partir de la insistencia empezaron a crear el producto y comercializarlo. «La realidad es que tuvo un crecimiento muy importante de un momento del otro y muy aceptado», agregó. Una vez que las ventas comenzaron a crecer, armaron su propio laboratorio donde producen de manera diaria el detergente.

La comercialización del producto comenzó siendo únicamente del detergente sólido por unidad, muchos clientes les comentaban la dificultad al usarlo y fue por eso que hace un poco más de un mes decidieron sorprenderlos y crear el mismo producto «versión rallada». «Es lo mismo nada más que es rallado, se puede diluir en agua y se transforma en un detergente líquido», explicó.

En relación a los integrantes del grupo, Agustín explicó que cuando empezaron el emprendimiento eran cuatro personas pero que por motivos personales dos integrantes se fueron. «De los que fundamos a Keñi quedamos Ayrton y yo. Ahora sumamos a Harry para que nos ayude con redes sociales y marketing, así que somos tres socios detrás del emprendimiento», sostuvo.

Los tres son responsables de distintos espacios del emprendimiento y tienen distintas tareas que están distribuidas de la siguiente manera: Harry se encarga de redes sociales, Ayrton lleva adelante la producción y administración y Agustín la relación con el cliente.


Keñi, el detergente ecológico de Neuquén que llegó a todo el país


Contó que cuando lograron tener una imagen definida y tener en concreto el producto etiquetado, empezaron a ofrecer el producto a los comercios naturales y dietéticas de su localidad, San Martín de los Andes.

«El producto empezó a tener muy buena aceptación y empezamos a ir a distintos lugares, principalmente Junín de los Andes y Neuquén capital», comentó Agustín y aseguró que con ayuda de las redes sociales empezaron a contactarlos de Tierra del fuego, Córdoba y Capital Federal.

A raíz de la gran demanda que obtuvieron, hoy son más de 100 revendedores a lo largo del país.


Keñi, el detergente ecológico de Neuquén: cómo es el proceso de producción y donde conseguirlo


En cuanto al proceso de producción del detergente, Agustín explicó que en San Martín de los Andes tienen tres puntos de acopio para recolectar el aceite.

«Una vez recolectado el aceite comenzamos el proceso de producción. El producto sale líquido y tarda aproximadamente un mes en solidificar, entonces, una vez que ya está solidificado, lo empaquetamos y está apto para el uso», manifestó.

El producto se fabrica en distintos tamaños y el más pequeño dura un mes teniendo uso cotidiano, mientras que el más grande puede llegar a durar hasta tres meses.

En cuanto a la comercialización del producto, Agustín remarcó que, si bien sus principales ventas están destinadas a revendedores mayoristas, en su página web hay kits disponibles para venta minorista.


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