La Educación Sexual Integral aborda mucho más que lo biológico

La ley nacional se sancionó en 2006 y todavía su aplicación es dispar en las escuelas. La diversidad y la perspectiva de género son los aspectos que más cuestionan los sectores conservadores.

-“¿Nos escuchan los adultos?”, pregunta a sus estudiantes Belén Pardo, maestra de séptimo grado de la Escuela 118 de Neuquén capital.

-“No”, contesta uno de ellos.

-“A veces, si no están ocupados. La mayoría de las veces están apurados”, responde otro.

Las chicas y los chicos no están sentados en fila en el aula. Los bancos están dispuestos en una suerte de semicírculo para que todos se vean al hablar. Es viernes y sus cuerpos lo saben: toca abordar Educación Sexual Integral (ESI).

“En esta escuela se trabaja con la ESI, es lo principal, es la columna vertebral de todos los contenidos que trabajamos. No es solamente contenidos con respecto a lo biológico, sino con los sentimientos y las emociones. Con que ellos puedan expresar lo que les pasa. Ellos se re copan y te piden todo el tiempo la ESI. Lo que pautamos es que una vez por semana, que son los viernes, dedicamos noventa minutos a trabajar estas cuestiones. Los cambios biológicos les da mucho pudor todavía trabajar, pero les da curiosidad. Siempre hay algunos que se animan más o se animan menos”, explica Pardo.

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El 4 de octubre de 2006, el Congreso sancionó la ley 26.150 que creó el programa de ESI. Sus contenidos son obligatorios para todos los niveles (inicial, primaria, media y formación docente) y debe dictarse en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada (ver aparte).

“La ley se aprueba en octubre de 2006, pero desde 2006 a 2008 no se hace una aplicación directa, porque durante ese tiempo al crearse el programa nacional de educación sexual integral se empieza a trabajar con los lineamientos curriculares. Para trabajar con estos lineamientos curriculares Nación contrata o convoca especialistas en la temática y también convoca a la sociedad civil”, asegura Antonia Chandia, docente e integrante del equipo de ESI, dependiente del Consejo Provincial de Educación.

En 2009 se formó el equipo técnico encargado de poner en marcha el programa en la provincia
Matías Subat

 

En esos dos años se pautaron los contenidos curriculares, luego se produjo el material para trabajar – una serie de cuadernillos con propuestas para cada nivel- y comenzó a capacitarse a los docentes. En Neuquén el equipo técnico se formó en 2009. En 2018 la provincia le asignó a la ESI un presupuesto total de 4.044.336 pesos, que parte financia Nación, según informó la ministra de Educación, Cristina Storioni, a la Legislatura, en el último pedido de informe.

Su puesta en marcha ha sido dispar, de acuerdo al relato de las estudiantes que lo demandan (ver aparte). La mayor controversia gira alrededor de cuáles son los temas que se tratan en clase.

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No se trata de un paradigma asentado exclusivamente en la prevención del embarazo no deseado o de enfermedades de transmisión sexual. Chandia precisó que son cinco los ejes: el cuidado del cuerpo y la salud; ejercer los derechos; valorar la afectividad; respetar la diversidad e incorporar la perspectiva de género.

Estos dos últimos aspectos son los que más cuestionamientos reciben de los grupos conservadores, que llaman despectivamente “ideología de género”. Para estos sectores este enfoque “pretende destruir la familia.”

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La perspectiva de género implica revelar las desigualdades que existen en la sociedad, entre las personas en base a su sexo, y que subordina a las mujeres e identidades disidentes, por debajo de los varones. El artículo 3 de la ley lo explicita cuando enumera los objetivos del programa y menciona: “procurar igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres.”

Los contenidos de la ley son obligatorios y transversales.
Matías Subat

 

“Todas las docentes trabajan transversalmente la situación. Estás dando matemática y el problema es: “María y su mamá fueron a la verdulería”. En ese ejemplo de matemáticas hay impresa una educación sexual. La ESI sería sacar los ejemplos de las compras y las tareas domésticas solamente a las mujeres y poder poner y combinar que esa función no es solamente de ellas. Ahí no se habla de los nombres de las partes del cuerpo. Simplemente en esa hora de matemática se va a trabajar la perspectiva de género”, sostiene Chandia.

“Esta ley además de generar competencias en los chicos y saberes, lo que ha hecho es detectar casos de violencia, de abuso, de maltrato. Entonces nos hace también abrir los ojos y denunciarlos. En líneas muy simples es tratar de desarrollar habilidades, competencias, para que el alumno pueda tener una vida plena, una sexualidad plena, para saber cuáles son sus derechos”, enfatiza Estela Gamboa, directora de la escuela 118.

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La vicedirectora Ana Jaime agrega: “¿qué es lo que asusta a las familias? La palabra sexual, que no tiene nada que ver con la genitalidad, sino que tiene que ver con una cuestión de trabajo desde y para con el otro y con la otra: respeto mutuo, trabajo con las diferencias, el escuchar, el valor de habitar la palabra. En las primeras reuniones de familia ellas saben que el proyecto de ley de ESI está. Hay posturas disidentes a veces. Lo que creemos con Estela es que podemos hacerlo por el grupo de docentes que tenemos, que trabajan todos los días por una mejor educación pública”.

Las estudiantes piden que se cumpla la ley en secundarios

Todos los viernes los estudiantes de 7° de la 118 abordan estos contenidos.
Matías Subat

 

Las estudiantes del colegio AMEN, que interpelaron a dos expositores por su discurso de odio hacia el colectivo LGBTI, aseguraron que nunca recibieron ESI, pese a reclamársela a las autoridades.

Ni es el único secundario que incumple la ley, ni las chicas constituyen un grupo aislado que lo demanda. Es la marca de agua de la época: la irrupción masiva de las jóvenes en el movimiento feminista, tras la primera marcha de “Ni Una Menos” en 2015, y reforzada este año con el pedido de legalización del aborto.

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Zoe integra la juventud Mumalá y junto al diputado Santiago Nogueira manifestaron la necesidad de que se aplique la ESI. Tiene 17 años, va a la EPET 14, y cuenta que en su escuela colgaron un cartel con la leyenda: “Cerrá las piernas si no querés abortar.” “Nunca recibí Educación Sexual Integral, ni en biología”, asegura.

Abril tiene la misma edad que Zoe y concurre a la EPET 8. “Nos enteramos que el Centro de Estudiantes hace más de un año que viene pidiendo ESI. Ahora que hablamos con los directivos y los profesores varios se mostraron a favor”, agrega.

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“Yo empecé a usar el pañuelo (verde) en la institución este año. Voy a una institución religiosa y era una manera de demostrar que las mujeres que estábamos exigiendo la legalización estábamos en todos lados, no sólo en las calles”, suma Lola Escobar, que concurre al Santa Teresa de Jesús.

Victoria, de 14 años, va al Instituto María Auxiliadora apañuelada. “Nosotras tenemos que pelear por nuestros derechos, si no lo hacemos nosotras no lo va a hacer nadie”, explica.

¿Qué es el programa de ESI?

La ley 26.150 creó el programa de Educación Sexual Integral (ESI). Fue sancionada en 2006 por el Congreso.

Establece que los estudiantes tienen derecho a recibir ESI en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada.

En Neuquén se puso en marcha a partir de 2009, pero no todos los colegios la implementan.

Los cinco ejes que se abordan son: el cuidado del cuerpo y la salud; ejercer los derechos; valorar la afectividad; respetar la diversidad e incorporar la perspectiva de género.

El equipo de ESI Neuquén clasificó y jerarquizó “las escenas temidas” que se plantean en las comunidades con estos contenidos. La principal es encontrar relatos de abuso sexual infantil.

 

Estela Gamboa, directora de la Escuela 118 de Neuquén capital.

 

Belén Pardo, docente de séptimo grado que dicta contenidos de ESI.

 

Ana Jaime, es vicedirectora de la Escuela 118, en la capital provincial.


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