La falta de agua golpea en la Región Sur

Camiones cisternas que distribuyen en barrios, chatas transportando tanques, hombres y mujeres que cargan baldes. Son imágenes que se repiten.

Rosa Meliqueo vive en una casa humilde del barrio El Progreso de Comallo, con sus siete hijos y dos nietas. Durante gran parte del verano se la vio cargando agua en un balde de 20 litros. Hace cuatro viajes diarios y la usa en el baño y para lavar la ropa y los platos. Una vez por semana compra agua envasada para beber. Son cuatro o cinco bidones de 20 litros y paga por cada uno 120 pesos. Una cifra que daña sus bolsillos flacos.

En el caso de Rosa puede resumirse la situación que viven muchos pobladores de la Región Sur. La mayoría de las localidades padecen inconvenientes con el suministro de agua potable. Una situación se agrava año a año en época estival.

“Hace 30 años que estoy en el barrio y los problemas arrancaron hace 10, siempre durante el verano”, añadió Rosa.

El problema es similar en ciudades y parajes. Se debe al crecimiento poblacional y al retraso en la planificación urbana y obras de infraestructura.

Al cuadro se le suman otras variables a considerar:

• Una merma en las napas freáticas como consecuencia de la intensa sequía que azotó a la región entre 2004 y 2014, y que a pesar de las lluvias y nevadas de los últimos dos años no han logrado recuperarse.

• Las altas temperaturas que se vienen registrando durante los últimos veranos, situación que ha incrementado la demanda, especialmente con la instalación de nuevas piletas de natación.

• Problemas de bombeo. El servicio eléctrico que abastece a las localidades la región presenta algunas deficiencias que afectan los sistemas de conducción del agua en cada localidad.

Si bien en algunos pueblos se hicieron obras para mejorar la provisión, como perforaciones, cisternas y ampliación de redes de agua potable, los problemas se agudizan por el mayor consumo.

Los Menucos, Ñorquinco y Jacobacci presentan numerosos inconvenientes y una situación más compleja se vive en Comallo, con arrastre de varios años sin solución. Allí hay barrios que no tienen agua. Como el de Rosa.

La intendenta de Los Menucos, Mabel Yauhar (UCR), dejó en claro su preocupación: “La ciudad viene creciendo desde hace varios años y los problemas con el agua se agravan y nos tienen muy preocupados. Tenemos un tanque de reserva para intentar cubrir el déficit de la red, que se hizo cuando este pueblo tenía 1.200 habitantes. Hoy somos 5.000. Necesitamos hacer más obras, entre ellas una nueva perforación en el barrio Aeródromo y un nuevo tanque de almacenamiento o una cisterna”.

La jefa comunal detalló que en Los Menucos hay unas 300 familias que se viven en el sector norte y tienen serios problemas con el suministro, a la vez que surgen dificultades en otros barrios donde nunca los tuvieron.

La semana pasada, los vecinos de Ñorquinco pasaron cinco días sin agua por problemas en el sector de bombeo y a una sustancial merma en las napas.

Las autoridades municipales pidieron una pronta solución a ARSA, quien dispuso del envío de un camión cisterna para distribuir agua en los domicilios y maquinarias para realizar algunas obras provisorias. Además, los funcionarios plantearon al gobierno provincial la necesidad de mejorar el sistema de captación y distribución.

También en algunos barrios de Jacobacci se registraron serios inconvenientes con el suministro, lo que provocó un gran malestar en los vecinos. En esta ciudad los problemas se originaron en el sistema de bombeo que eleva el agua a una cisterna de 500.000 litros que abastece a una ciudad que tiene 10.000 habitantes que, en esta época del año, demandan más de 3 millones de litros de agua diarios.

“Años atrás, los problemas con el suministro siempre arrancaban en diciembre. Ahora

se adelantó a octubre”.

Alejandro Carrilaf, vecino del barrio Primeros Pobladores de Comallo

Dato

“Vamos juntando en baldes. Los días que no hace mucho calor, o a veces por las noches, entra algo de agua en la red y alivia la situación”.

Rosa Ester Meliqueo, vive con sus siete hijos

en Comallo

Todos los días carga un tanque con agua en su camioneta y luego la eleva al de su casa

“Los problemas empezaban en noviembre, pero ahora se adelantaron y desde octubre que estamos haciendo malabares. No entra ni una gota desde la red a la casa” señala Alejandro Carrilaf, vecino del barrio Primeros Pobladores de Comallo.

Todos los días el hombre acude a la sede ARSA con su camioneta y un tanque de 600 litros a buscar agua para llevar a su domicilio y luego la eleva con una bomba al tanque domiciliario.

La misma tarea la realizan otros vecinos.

Desde el municipio, con un camión cisterna, también se distribuye a los vecinos.

La esposa de Carrilaf, Ernestina Méndez, explica que tratan de cuidarla al máximo y siempre que se pueda, reutilizarla.

“Cuando nos bañamos, juntamos el agua en un fuentón y luego la usamos para regar. Lo mismo hacemos con la del lavarropas. Se nos complica vivir así, pero sabemos que se están haciendo algunas cosas para que la situación mejore. Hay que tener paciencia”, afirma.

A unos pocos metros de Carrilaf, vive Jorge Roma junto a su esposa María Toledo. El matrimonio no oculta el malestar que genera la falta de agua, y admite que a pesar de las dificultades se puede sobrellevar la situación. Y rescatan la solidaridad de los vecinos. “No tener agua es muy complicado. Sobre todo para el baño, para lavar la ropa y mantener la higiene de la casa. Nosotros vamos a buscar con bidones a ARSA o cuando puede nos trae un vecino. También desde el municipio vienen con un camión a dejarnos. Sabemos que se va a construir una nueva red y que, seguramente será el último verano que nos pase esto”.

En Comallo viven unos 1.800 vecinos y existen 515 usuarios del servicio de agua potable que, como ocurre en otras localidades de la zona, no es medido.

El problema no está vinculado a la falta del líquido, sino a la distribución.

El pueblo ha crecido en los últimos años y cuenta con una red domiciliaria obsoleta que presenta muchas falencias y no alcanza a abastecer a los vecinos. Diariamente los empleados de ARSA cierran y abren llaves para distribuir el agua a distintos sectores.

En el 2013, la provincia puso en marcha el Proyecto Integral de Agua Potable.

En esa primera etapa se ejecutaron cinco nuevas perforaciones en la zona del arroyo Comallo, se construyó una cisterna de 250.000 litros y la estación elevadora.

En pocos días más comenzará a ejecutarse la segunda etapa, para la que se destinó una inversión de $ 3.993.618.

La misma incluye la instalación de bombas sumergibles y la construcción de la cañería de impulsión, la sala de tableros, la nueva red domiciliaria en distintos sectores del pueblo, la ejecución de los cruces ferroviarios y la desconexión y anulación de la red existente. Son los trabajos que deben efectuarse para dar una solución definitiva al problema de la provisión del agua, muy necesaria en territorios áridos.

Datos

“Años atrás, los problemas con el suministro siempre arrancaban en diciembre. Ahora
se adelantó a octubre”.
3.000.000
Los litros diarios de agua que demanda la población de Jacobacci, pero su cisterna almacena 500.000.
“Vamos juntando en baldes. Los días que no hace mucho calor, o a veces por las noches, entra algo de agua en la red y alivia la situación”.

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