Exclusivo Suscriptores

Largada para la temporada de cosecha de lúpulo en El Bolsón

Río Negro es la principal provincia productora de lúpulo de Latinoamérica y en El Bolsón se cultiva más del 50% de la producción nacional.

Después de un verano signado por altísimas temperaturas y muy baja humedad relativa, El Bolsón abrió la temporada de cosecha de lúpulo.

«Comenzamos el 22 de febrero con la variedad Bullion, bastante antigua y, sin embargo, muy amada por el sector cervecero artesanal», explicó el ingeniero agrónomo egresado de la Universidad de Buenos Aires, Hernán Testa.

Recalcó que este último ciclo del lúpulo fue «algo atípico» con una primavera muy fría y un verano «muy excedido de temperatura». «El cultivo venía muy lento hacia principios de diciembre, pero luego compensó su atraso. Las condiciones climáticas del verano muy secas nos favorecen para lograr un cultivo sin incidencia de enfermedades y con muy baja presión de agroquímicos, y no nos afectan en rendimiento porque cultivamos enteramente bajo riego. Tenemos más del 65% de la superficie cultivada con riego por goteo y el resto con riego gravitacional», precisó el responsable técnico de la firma Patagonia Lúpulos Andinos.

Río Negro es la principal provincia productora de lúpulo de Argentina y El Bolsón (donde se cultiva más del 50% de la producción nacional) es la ciudad lupulera más importante de Latinoamérica.

Testa recalcó que hay un poco más de 120 hectáreas destinadas a la producción del lúpulo en El Bolsón, otras 20 en Lago Puelo y unas 65 en el Alto Valle (en la chacra de la empresa Quilmes en Fernández Oro). «También hay microemprendimientos en otras provincias que, en total, no suman más de 5 hectáreas en explotación comercial.

Comentó que el lúpulo «no tienen prácticamente saldo exportable en Argentina». Los números son elocuentes: se consumen alrededor 1000 toneladas de lúpulo por año en Argentina y se producen tan solo 300 toneladas.

«Hay cinco empresas familiares de lúpulo: dos en Lago Puelo y tres en El Bolsón. En Patagonia Lúpulos Andinos tenemos la suerte de contar con tecnología de cosecha de origen aleman muy nueva. El secadero es de última generación, se puso en funcionamiento en marzo de 2023», dijo y aclaró que el secado del lúpulo es el punto más crítico de todo el proceso.

«El lúpulo -puntualizó- llega del campo con un 75% de agua y para procesarlo hay que llevarlo a 10% de humedad. Ese proceso de deshidratado debe ser realizado con sumo cuidado para preservar la calidad. Es un producto valorado por sus compuestos de amargor y de aroma. En relación a estos últimos nos referimos a los aceites esenciales que son muy volátiles y deben ser preservados».

El lúpulo es un cultivo perenne en su parte subterránea y anual en su parte aérea. El ciclo de brotación se inicia a principios de septiembre. Hacia diciembre, la planta ya ha crecido alrededor de seis metros y para finales de febrero está en su punto óptimo de madurez.

Testa señaló que después del 20 de febrero ya están listas las primeras variedades de lúpulo, como es el caso de Bullion. En el mundo, hay más de 300 variedades, aunque en Argentina solo se cultivan 10 a escala comercial. Alrededor del 50% corresponde a una variedad de origen norteamericano conocida como Cascade, «apreciada agronómicamente y valorada tanto por las cervecerías industrial y las artesanales».

«Uno de los desafíos de los productores de lúpulo durante el mes de marzo es la parte operativa de la cosecha. Las máquinas disponibles deben ser capaces de cosechar toda la superficie en cuatro o cinco semanas porque en abril ya empieza a helar», especificó.

Dijo que en los meses de abril y mayo, se lleva a cabo al procesamiento del lúpulo, es decir el pelletizado. «Esto implica analizar cada lote, envasarlo correctamente y recién en mayo logramos tener listo el producto final. Junio es el mes más tranquilo y en julio ya empezamos con las tareas de poda y los abonos», concluyó.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Nuestras directrices editoriales

Comentarios