Familias desalojadas en Neuquén que volvieron a ocupar las casas tendrán una mediación el martes
Las nueve familias esperaban en la vereda desde el miércoles. Hoy volvieron a las viviendas y las rociaron con nafta.
La concejal Ana Servidio (Frente de Todos) les dijo a los ocupantes de los inmuebles en Collón Curán y Salto Grande que «se pueden ir a dormir tranquilos» porque no van a desalojar la reocupación de las viviendas. Adujo que el martes habrá una mediación con la jueza.
Hubo tensión durante toda la jornada de este viernes porque en horas de la mañana pese a un fuerte cerco policial de 15 uniformados, los vecinos que el martes fueron desalojados de las casas que ellos construyeron volvieron a ocuparlas.
Para evitar que nuevamente fueran desalojados rociaron con líquido combustible sus bienes a los efectos de dar una advertencia de que se iban a incendiar.
Los inmuebles estaban cerrados con candados que puso la empresa Kaiser SA. La justicia civil consideró que Kaiser era la propietaria legal y desalojó el martes a las 9 familias.
El coordinador de la Dirección de Seguridad de Neuquén, comisario inspector Franco Corzo, detalló al mediodía, un grupo de personas ingresaron a tres de los seis inmuebles desalojados. Uno está sobre la calle Salto Grande, el otro sobre Collón Curá y el otro en la esquina. Explicó que los agentes están apostados en el frente y estas personas entraron por atrás, por un patio interno.
María es una de las vecinas afectadas por el desalojo de las casas y locales de las calles Collón Cura y Salto Grande. Esta mañana, antes de que el grupo volviera a sus casas, le había contado a RÍO NEGRO que pasaron la noche nuevamente afuera a pesar que la jueza había cancelado el desalojo. Había informado que tenían que esperar hasta el martes, donde se llevará a cabo una audiencia.
Ayer, Servidio había asegurado que las familias están dentro del Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP), que se trata de un programa nacional regulado bajo la ley 27.453. En ese sentido, la vecina reclamó que, al tratarse de una ley nacional, hay que respetarla. “Sabemos que estamos en regla y tenemos todo lo que corresponde, por eso sabemos que es injusto” destacó María.
La vecina mencionó que se acercaron desde Cáritas para ofrecerles ropa, abrigo y mantas. También lo hicieron personal de Desarrollo Social que les dejaron un 0800 para comunicarse por cualquier cosa. Algunos vecinos pasaron algunas horas de la madrugada descansando en la casa de algún vecino o familiar, mientras que otros continuaron frente a sus viviendas esperando poder ingresar.
Las familias habían cuestionado que, a pesar de la irregularidad de la situación, había unos 15 policías vigilándolas.
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