Lenta fuga de los médicos de Río Negro y Neuquén en las cartillas de las prepagas: golpe a la atención privada y shock en la Salud pública

El efecto de la inflación en el retraso de los pagos  y la lenta actualización son el principal argumento. Algunos cobran un plus. No todos los especialistas pueden dejar el sistema y tienen que soportar las condiciones.

Poco a poco, pero sin pausa, los médicos abandonan las cartillas de las obras sociales y las prepagas y, deciden atender de forma particular, cobrando las consultas a sus pacientes. La causa de la sostenida fuga de profesionales, justificada ante las demoras en los pagos y una retrasada actualización de los valores, pese a las subas sostenidas para los afiliados, tiene un impacto directo en las restricciones de la atención privada y un consecuente shock sobre la demanda en la Salud pública.

La atención ambulatoria de médicos a pacientes con prepagas y obras sociales venía siendo objeto de un tironeo entre los profesionales y las empresas médicas. Sin embargo, con el avance incontenible de la inflación del país, la situación terminó de romperse y tanto en Río Negro como en Neuquén los vecinos deambulan intentando conseguir turnos o se resignan a pagar por su cuenta las consultas.

«En lo personal, después de la pandemia opté por trabajar de manera particular. La realidad de los médicos es cada vez más difícil. Si bien somos profesionales independientes, en esta realidad inflacionaria por encima del 100% anual, perdemos mucho«, sintetizó el neurólogo Sergio Lindembaum, miembro de la comisión directiva del Colegio Médico de Bariloche.

Advirtió que el valor de la consulta es bajo y cada actualización «lenta»– queda por debajo de la inflación anual. La última recomposición que otorgaron las obras sociales y prepagas en Bariloche rondó el 70 u 80% promedio.

El presidente del Colegio Médico de Neuquén, Daniel Castro, también se refirió sobre lo que sucede en la ciudad. «Cuando -los médicos- van a buscar su pago, no va al ritmo de la inflación», expuso en diálogo con Diario RÍO NEGRO.

La implementación del plus es lo que aplicaron algunos profesionales. Foto: Matías Subat.

«En lo que va del año las obras sociales han aumentado más de un 50% y nosotros recibimos un 4%, un 3% mensual», explicó y agregó que es la mitad de lo que la obra social percibe cobrándole a sus asociados, «eso hace que obviamente la consulta no siga el ritmo inflacionario».

En Cipolletti, donde se concentran las principales especialidades médicas del Alto Valle, la situación no es diferente. “Con el nivel de inflación que tenemos y el retraso en los pagos hace inviable mantener la prestación”, indicó un gerente de uno de los principales centros de salud de la ciudad.

Las fuentes consultadas del servicio privado cipoleño indicaron que algunas obras sociales y prepagas demoran más de 30 días en realizar los pagos. También hay casos donde los pagos a los médicos se liquidan a 60 días de presentada la factura.


Fuga de médicos de las prepagas: el resorte del plus en Neuquén


Daniel Castro, presidente del Colegio Médico de Neuquén, comentó que hasta antes de la pandemia se cobraba en tiempo y forma, pero luego aparecieron los atrasos, «más que el atraso es la pérdida del valor por el atraso«, indicó.

Para solucionar el problema, expuso que «debería haber una recomposición de valores», pero hasta entonces los médicos siguen en la misma situación, por lo que deben buscar alternativas.

La más elegida es el cobro del plus. «Hoy ya no tenemos forma de que los médicos trabajen sin cobrarles a los pacientes porque la consulta está en general un 50% o más por debajo de lo que sería una consulta», relató Castro.

Sin embargo, garantizó «desde el colegio médico no avalamos el cobro del plus porque el convenio vigente dice que no se puede cobrar, pero es sabido por todos los pacientes que se termina cobrando un extra».

Se ha hablado de otras alternativas para equiparar los ingresos, como trasladar el gasto de algunos materiales a los pacientes. Pese a esto, desde la asociación desconocieron esta actividad.


Prepagas y obras sociales, el caso en Bariloche


Sergio Lindembaum no pudo precisar cuántos médicos ya han optado por cortar la atención de obras sociales. Pero el porcentaje de profesionales que achican -o extinguen- el universo de las obras sociales va en aumento.

«Muchas veces, vienen a consultar al Colegio Médico por el valor que deberían tener las consultas. Y deciden darse de baja de las obras sociales que están por debajo de esos valores. De golpe, muchos se han dado de baja del Ipross, Iosfa y Unión Personal que, en general, tienen los valores más bajos», describió Lindembaum.

En ciertos casos, los profesionales que deciden continuar trabajando con obras sociales que pagan valores bajos optan por una oferta de pocos turnos por mes.

Reconoció que no todos los médicos pueden salir del sistema. Los que requieren de un quirófano, por ejemplo, se ven de alguna manera obligados a continuar la atención. De todos modos, en estos casos, el fuerte de sus ingresos no proviene de las consultas.

Cuando decidió limitar la atención de forma particular, Lindembaum se planteó cómo le gustaría atender y decidió que los turnos se extendieran por 30 minutos. «Para que sirva un honorario bajo, hay que generar cantidad. Entonces, muchos dan turnos cada 10 minutos, 15 minutos. En 10 minutos no podés preguntarle nada a nadie. En mi especialidad, neurología, 20 minutos es un tiempo justo. En 30 minutos, uno atiende tranquilo. Siento que hago lo mejor que puedo», concluyó.


Los médicos de Cipolletti están dejando las prepagas y obras sociales, la presión llega al sector público


El éxodo de médicos de las prepagas y obras sociales avizora un escenario complejo para el sistema de salud privado en Cipolletti.

Hace tiempo que muchos profesionales decidieron cortar la prestación de servicios, pero en los últimos meses la crisis se profundizó y muchos especialistas sólo atienden de forma particular.

“Con el nivel de inflación que tenemos y el retraso en los pagos hace inviable mantener la prestación”, indicó un gerente de uno de los principales centros de salud de Cipolletti. La primera medida que se tomó, y aún persiste, es la de aplicar un coseguro.

Sin embargo, el desfasaje es cada vez mayor y los usuarios del sistema privado se quejan de los continuos aumentos. Muchos no pueden abonarlos. “Es que la gente tampoco tiene, en general, capacidad de pago”, relató otro gerente y médico de la localidad del Alto Valle.

Ambos profesionales coincidieron en que la “fuga” de las prepagas y obras sociales se da principalmente en médicos con trayectoria. “Hay especialistas reconocidos que directamente no atienden con ninguna obra social, sólo consulta particular. Por supuesto que no todos pueden hacerlo. Pero la mayoría de los médicos con trayectoria trabajan así”, aseguran. Entienden que se trata de una precarización del sistema con los profesionales de la salud.

“Un médico reconocido. De nombre. Con muchos pacientes puede decir, yo trabajo sólo particular, pero ¿cuántos hay? El resto somos esclavos de un sistema bastante disfuncional”, aseguró un médico clínico.

El escenario de crisis se suma a la demanda creciente del sistema de salud público que a su vez cada vez tiene menos oferta. Muchas personas recurren al hospital porque no pueden pagar una consulta particular y eso genera un cuello de botella en la respuesta al servicio de salud. Los turnos, salvo emergencias, se consiguen a 2 ó 3 semanas. En algunas especialidades conlleva más de un mes para conseguir un turno con un médico.


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