Regreso triunfal: el pichón de ñanco rescatado en Junín de los Andes vuelve a volar tras un mes de recuperación

Empezó como un hallazgo durante un recorrido de rutina pero terminó en un proceso que demandó la mano de guardafaunas, profesionales e instituciones para hacer realidad la recuperación.

Finalmente volvió a cobrar vuelo propio el pichón de ñanco que había sido rescatado en marzo, en el sector de Estancia Lolén, a unos 20 kilómetros de Junín de los Andes. Llenos de satisfacción, desde el equipo de Guardafaunas celebraron el objetivo cumplido. 

Cuidadores locales y de Aluminé, especialistas en veterinaria, apoyo logístico y la Red de Rescate de Fauna Silvestre Ñacurutú, todos sumaron sus saberes y experiencia para lograr que después de poco más de un mes, esta joven ave rapaz pudiera volver a la vida en su hábitat.  

Liberaron al ñanco rescatado en Junín | Una estadía en Aluminé


Lo que empezó allá en marzo en un patrullaje de rutina, nos dio la posibilidad de encontrarnos con este hermoso ejemplar de ñanco, aquel que vimos débil, sin fuerzas y con hambre”, recordaron los guardafaunas de Junín. A ellos se sumaron desde la Delegación de Fauna Aluminé, a donde fue trasladado el pájaro, para contar con un espacio más amplio  para su rehabilitación final. Y como estos operativos no son aislados, el viaje de regreso sirvió para traer un ejemplar de lechuza “de campanario”, que había sido operada por la doctora Barbara Bartolomé, la misma que ayudó al ñanco a reponerse.

Ubicada a vera de la ruta provincial 61, camino al lago Huechulafquena, la Red de Rescate Ñacurutú, describieron, es la que “entrelaza las manos hacia otras personas que en silencio forman una parte fundamental en el desarrollo de estos logros”, al brindar atención de calidad “a cada situación que encontramos con la fauna silvestre en recuperación, a partir de su trabajo sin fines de lucro y que colabora con distintas agencias de fauna de la provincia de Neuquén”.

Liberaron al ñanco rescatado en Junín | Recuperar fuerzas


Con pronóstico reservado, ya que al ser un ave silvestre, puede ocultar síntomas, los expertos aguardaron varias semanas para ver su evolución. Afortunadamente, no registró  fracturas ni heridas visibles, pero sí debieron fortalecer su nutrición para recuperar vitalidad.

Hasta donde se pudo presumir, consideraron que su bajo peso pudo tener que ver con que quedó inconcluso el aprendizaje de cacería que debería haber recibido de parte de sus progenitores. “Al no poder cazar fue bajando de peso hasta llegar a ese estado corporal tan bajo. Es probable que haya sobrevivido carroñeando”, comentaron en el intento por reconstruir lo sucedido.  


Finalmente volvió a cobrar vuelo propio el pichón de ñanco que había sido rescatado en marzo, en el sector de Estancia Lolén, a unos 20 kilómetros de Junín de los Andes. Llenos de satisfacción, desde el equipo de Guardafaunas celebraron el objetivo cumplido. 

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