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Macky Corbalán, la poeta de la epifanía de Neuquén

“Pesada y sin plumas, voy en desventaja, no crean que no lo sé. Pero, también empecinada, sé de lo que se trata la vida y voy por ello”. Una mujer que se convirtió en un tatuaje de la ciudad y la provincia.

Las historias de las ciudades se escriben desde sus territorialidades, desde sus tránsitos del desierto hasta la gran urbe, desde las decisiones políticas que se toman en los escritorios de los gobiernos. Pero también, desde su gente. Desde cada uno de los seres humanos que las habitan y transcurren sus vida imprimiendo algún tatuaje en la identidad local.

La ciudad de Neuquén tiene, desde Carlos Bouquet Roldán hasta la actualidad, miles y miles de ejemplos. En esta oportunidad sobrevoló por esta página alguien que forma parte de ese universo y es justo y necesario recordarla por su impronta. Sin duda, es una página del acervo cultural de esta capital patagónica.

“Pesada y sin plumas, voy en desventaja, no crean que no lo sé. Pero, también empecinada, sé de lo que se trata la vida y voy por ello”, escribió un día cualquiera. Macky Corbalán. Poeta, periodista, declarada abiertamente lesbiana, feminista y mil cosas más, desparramó sus letras por todos lados y hoy sus textos son parte de la identidad cultural de Neuquén. Sin duda.

“Fue una poetisa neuquina que nació el 19 de junio de 1963, en Cutral Co. Fue periodista y licenciada en Servicio Social, siendo reconocida por lo original y moderna de su obra. Ella se definía como poeta, lesbiana, feminista, participando activamente del grupo Fugitivas del Desierto”, recuerda una de las tantas biografías que se escribieron sobre Macky y que difundió en su página web el museo Paraje Confluencia.
Su primera obra, “La pasajera de la arena”, fue publicada en 1992 y desde ese momento no paró. Siete años después publicó “Infierno”, en 2007 deleitó a los lectores con “Como mil flores” y en 2012 llegaba “El acuerdo”.

“ A lo que debemos sumar una extensa participación en antologías como: Poesía en la Fisura, por Daniel Freidemberg, de 1995; Antología de Poetas de la Patagonia, de 2006; Poetas Argentinas (1961-1980), 2008 y Poesía del siglo XX en Argentina, de 2010”, recordaron desde el museo histórico.

En una entrevista dada por Macky a la revista de Comodoro Rivadavia, “Confines”, la poeta se definía por su trabajo diario: “Más que hablar de inspiración, prefiero referirme al trabajo, el arduo trabajo que concluye en el fuego sagrado”.

Los críticos literarios la catalogaron: “En ella hay un desarrollo paralelo, esforzado, de más de dos décadas, del pensamiento lesbiano-feminista y de la poesía como sitio privilegiado de aparición del ser, como espacio seguro de epifanías, de alteridades”.

Eso era Macky, quienes convivieron en sus espacios lo saben. Y los que no, pero que leyeron sus obras, lo aprendieron entre las primeras líneas de sus poemas, que hoy son “neuquinidad”. Está poeta es parte de aquello que definió a la ciudad capital.


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