Maisa, la geóloga de Roca que se embarcó por el fin del mundo: 16 días de expedición en lancha
Una geóloga del Conicet desafió las adversidades y se adentró en el frío mar en la región de Magallanes. Junto a un equipo de investigadores, exploró el sur de Chile para descifrar cómo se formaron terrenos al margen del antiguo supercontinente Gondwana.
Un gran desafío le esperaba para hacer ciencia: Maisa Tunik, geóloga de Roca y docente en la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), fue invitada a formar parte de un equipo internacional de investigación con el que debía recorrer los canales más remotos del estrecho de Magallanes en Chile durante 16 días.
Si bien jamás se había embarcado por trabajo, la profesional y doctora en Ciencias Geológicas decidió subirse a la aventura en una lancha a motor. Se fundió durante una quincena de mayo en el extremo más austral y frío del continente americano; y recién este fin de semana regresó a su casa.
Maisa tiene 53 años y nació en Capital Federal a ocho cuadras del estadio de Boca Juniors, pero es patagónica por adopción. Estos días convivió con otras ocho personas -casi todos extranjeros- en una embarcación pequeña, caminó por los fiordos, tuvo temor, durmió en un lugar de dimensiones muy reducidas, trabajó bajo lluvia y tuvo frío.
Según relató a Diario RÍO NEGRO la investigadora del Conicet del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG), la experiencia fue muy enriquecedora y sin dudas, significa un aporte a la ciencia internacional.

“Este tipo de investigaciones es clave para reconstruir la historia geológica del extremo austral de América del Sur, una región esencial para comprender la evolución del margen pacífico de Gondwana”, aseguró.
El destino final era el Archipiélago Madre de Dios, un rincón inhóspito y majestuoso del Océano Pacífico sur, donde subyacen rocas que pueden hablar de lo que pasó hace 300 y 200 millones de años atrás.
Maisa sabe cómo hacer que cuenten sus secretos porque trabaja desde hace más de 25 años en el estudio de rocas sedimentarias, con centro en la Patagonia. Se especializa en petrografía de rocas sedimentarias, es decir, la caracterización de estas rocas en microscopio.

A través de estas técnicas, la profesora asociada de la UNRN puede estudiar las que almacenan gas, petróleo y agua, y a partir de ese análisis conocer qué tipo de fracturas se deben realizar en los reservorios no convencionales como Vaca Muerta, en la región.
“Estuvimos 16 días embarcados en el Huracán (lancha); al ser una zona alejada, tardamos tres días en ir y tres en volver. En la zona de trabajo, con una embarcación más pequeña, nos llevaban hasta la costa, donde realizábamos los trabajos de muestreo previamente seleccionados”, contó sobre la experiencia.
En la zona, la vegetación es muy densa y era difícil adentrarse, por lo que solo pudieron desplegar sus tareas en la costa. “Había muchos témpanos en el fiordo y era peligroso, así que quedará para otro momento”, comentó.

Los trabajos se centraron cerca de Mina Guarello, la mina de calizas más austral del mundo, ubicada en un área de difícil acceso. “La experiencia fue espectacular, los paisajes maravillosos y el grupo de trabajo, excelente. Las condiciones de trabajo en el terreno eran bastante complicadas”, dijo Maisa.
El objetivo del estudio fue investigar antiguas asociaciones de rocas marinas como basaltos oceánicos, cherts y calizas presentes en las islas Madre de Dios y Duque de York, en la región de Magallanes. La expedición se encargó de relevar y muestrearlas. El proyecto fue financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) de Chile.
“Se busca determinar si estas rocas se originaron en el antiguo Océano Panthalassa, lejos del margen continental, y fueron posteriormente incorporadas al continente por procesos de acreción; o si se formaron en cuencas marinas más próximas al borde continental”, explicó.

Hasta el momento se sabe por estudios previos que estas rocas contienen organismos denominados foraminíferos que se forman en aguas cálidas, según detalló. El hecho de que estén presentes en estas latitudes indica que no se formaron en ese lugar. “El desafío es explicar cómo llegaron a donde están”, dijo.
El conocimiento y experiencia de Maisa Tunik con las rocas carbonáticas fue lo que la hizo parte del viaje. Estas rocas son comunes en Argentina y Maisa las estudió en distintas regiones.
Ahora, realizará análisis paleoambientales mediante el estudio de las rocas y de microfósiles al microscopio. Además, se obtuvieron otro tipo de datos geológicos, ya que el trabajo fue integral entre geólogos y estudiantes.

Más allá del valor académico, la geóloga dijo que buscan entender la génesis y evolución, lo que permite mejorar los modelos geológicos utilizados en la exploración minera en Patagonia.
Estas expediciones generan conocimiento original, fortalecen la cooperación científica internacional y contribuyen a la formación de nuevas generaciones de investigadores comprometidos con el estudio del territorio y sus recursos. “Luego del trabajo de campo procesábamos la información juntos y se armaban discusiones interesantes”, recordó Maisa.
Hallazgos en la expedición
El equipo logró documentar con precisión nuevas secciones sedimentarias, identificar diferentes tipos de rocas y, “lo más importante”, segú explicó Maisa, es que pudieron recoger cerca de 270 kilos de muestras que serán analizadas en laboratorios con diferentes métodos para lograr un resultado integral.

“La conclusión preliminar es que la historia geológica de la zona es más compleja de lo que se pensaba”, explicó la geóloga que luego de esta primera aproximación al territorio volvió con muchos interrogantes.
Comprender cómo se formaron los márgenes de Gondwana entre el Paleozoico tardío y el Triásico permitiría mejorar los modelos geológicos globales, fundamentales para la exploración de recursos minerales estratégicos.

“En tiempos donde la búsqueda de minerales críticos se vuelve cada vez más importante, estudiar el pasado profundo de la Tierra permite proyectar un futuro más sustentable”, aseguraron desde un comunicado de Conicet.
Una expedición internacional
En la expedición, además de Maisa; participaron investigadores, tesistas y estudiantes de Chile, Brasil, Alemania y España. Entre ellos estuvieron: Mauricio Calderón, profesor de la Universidad del Desarrollo y codirector del Proyecto Exploración; Juan Pablo Letelier y Roberto González, tesistas de doctorado de la Universidad de Chile; Paulo Quezada, tesista de doctorado de la Universidad Federal de Paraná, Brasil; Camilo Palape, profesor de la Universidad Central y tesista de doctorado de la Universidad de Oviedo, España; Daniela Zavala, geóloga de la Universidad Andrés Bello; Javiera Gómez, memorista de la Universidad del Desarrollo; y Silke Gawlick, geóloga de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich, que vive en Chile.
Geología: un trabajo estratégico
La tarea de Maisa Tunik contribuye a investigar la evolución de las cuencas sedimentarias de Argentina y también de Chile, en ocasiones en las que fue invitada al vecino país. Desde el punto de vista académico, su aporte tiene una relevancia estratégica.
Su día a día consiste en estudiar las rocas al microscopio, pero en el último tiempo se animó a proyectos más ambiciosos: uno es el estudio de ciertas rocas para almacenar dióxido de carbono y mitigar el cambio climático y el otro consiste en aplicar “machine learning” en este tipo de rocas, un trabajo incipiente.
“He dirigido y participado en numerosos proyectos de investigación, he publicado en revistas nacionales e internacionales, y formado recursos humanos a través de la dirección de tesis de grado y posgrado”, comentó sobre su perfil.
Muchos de los profesionales que acompañó son geólogos que ahora trabajan en empresas mineras y petroleras.
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