Murió Hugo Kogan, reconocido diseñador industrial e inventor argentino del Magiclick

Durante su carrera, fue el encargado de desarrollar más de un centenar de productos de alcance industrial, comercial y familiar. Falleció este sábado, a los 88 años.

A los 88 años, murió este sábado Hugo Kogan, reconocido diseñador industrial argentino, célebre por su invención del encendedor de chispa que se popularizó con el tiempo como Magiclick, tradicional integrante de las cocinas del país.

Durante su carrera, Kogan se destacó por ser uno de los referentes más influyentes del diseño argentino y sudamericano, tanto por su labor a nivel nacional como internacional, por el que fue distinguido como Personalidad Destacada en el ámbito de la ciencia y la tecnología por la Legislatura porteña.

El diseñador, que falleció en la Ciudad de Buenos Aires este 27 de mayo, fue el encargado de desarrollar más de un centenar de productos, entre ellos, máquinas textiles, industriales y familiares, equipamiento urbano, electrónica de entretenimiento, hardware, equipos de electromedicina, grandes electrodomésticos y hasta sistemas de equipamiento bancario y ferroviario.

Por su destacada trayectoria, fue premiado entre ocasiones con el Diploma al Mérito de los Premios Konex como uno de los mejores diseñadores industriales de la década en cada ocasión (1992, 2002 y 2012).

También fue integrante de la comisión académica designada para la creación de las carreras de Diseño Industrial y Diseño Gráfico en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires.


Murió Hugo Kogan: el Magiclick, su mayor invención


Entre todos sus desarrollos e invenciones, el que más destacó fue el Magiclick, por que el obtuvo gran reconocimiento. Fue creado por Kogan en 1963, cuando se desempeñaba como director del departamento de diseño de la empresa Aurora y le dio ese nombre porque encendía la llama con solo pulsar un botón.

Si bien, originalmente, esa era la denominación comercial del producto, con el paso del tiempo pasó a ser de uso común, sea cual sea la marca que lo desarrollara luego. Fue tal la popularidad que alcanzó que se transformó, también, en un artefacto clásico de las cocinas argentinas.

Más adelante, algunos modelos del Magiclick incorporaron una carga de gas butano o de otro tipo, que les permitió producir mantener una llama de forma autónoma, mientras que otros se limitaron a generar las chispas para encender.

«Con el Magiclick, yo estaba en el momento y lugar adecuados. Una nueva tecnología sobre la que se montó un diseño contemporáneo en un mercado seco de novedades e innovación por muchos años», había señalado el diseñador, en referencia a su exitosa creación.

Con información de Télam

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