Preocupación por el hallazgo de rastros de drogas en recién nacidos

En el hospital Francisco López Lima de Roca están alarmados por la alta detección de estos casos en embarazadas y bebés. Reclaman políticas de salud para abordar mejor esta problemática.

El hallazgo de rastros de drogas en los análisis realizados a bebés recién nacidos en el Hospital de Roca revela una incidencia cada vez mayor de adicciones entre mujeres embarazadas de Roca, un tema que preocupa a los especialistas en salud, que reclaman políticas efectivas de prevención para abordar mejor esta problemática.


Desde el servicio de neonatología señalaron que actualmente se están realizando varios test de orina tanto a embarazadas como a bebés, en casos donde se sospecha que la madre pudo haber consumido sustancias problemáticas durante la gestación, y muchos casos han dado positivo a estupefacientes como cocaína y marihuana.

Las pruebas se realizan con el consentimiento de las mujeres y una vez detectado el problema, trabajan en la prevención y el tratamiento del consumo o adicción con distintos especialistas. Sin embargo señalaron que hay un importante déficit de recursos por lo que se ven muy limitados.

Gabriela Seijas, coordinadora del Departamento de Actividades Programadas (DAPA) informó que el estudio comenzó hace cuatro años, cuando se realizaron varios testeos aleatorios en un centro de salud ubicado en el norte de la ciudad y los resultados arrojaron la presencia de estas sustancias en madres e hijos.

Esto motivó al equipo de salud a crear una iniciativa para abordar la problemática. El trabajo involucra a personal de salud, laboratorios, servicios sociales, adicciones, salud mental y neonatología. “Se está capacitando al personal para abordar la situación”, comentó.

Confirman casos en embarazadas y en recién nacidos

Desde el servicio de neonatología del hospital, confirmaron que actualmente siguen detectando varios casos tanto de embarazadas como en recién nacidos, sin embargo remarcaron que aún hay poca información de las consecuencias biológicas directas y a largo plazo que pueden ocasionar en el bebé.
“Lo que está ocurriendo nos está alarmando y llevó a que analicemos variables entre diferentes disciplinas en el hospital”, señalaron.

Sin bien todavía no han formulado estadísticas, fuentes médicas que pidieron reserva de identidad, destacaron que dentro del número de niños por nacer en Roca un porcentaje importante está expuesto a cocaína desde que se concibe el sistema nervioso.

Si una embarazada consume estas sustancias, pasan a través de la placenta a la sangre del bebé. Lo mismo pasa en la lactancia, donde la droga llega a través de la leche materna.

“Nos preocupa que no hay muchas políticas públicas de salud claras para afrontar esto”, remarcaron.
Desde el área explicaron que durante el embarazo el consumo de estupefacientes puede producir una elevación de la tensión arterial, amenaza de parto prematuro, desprendimiento de placenta, entre otras complicaciones.

La consecuencia

En el recién nacido puede tener consecuencias a corto plazo como hemorragias cerebrales por la presencia de la propia sustancia o síndrome de abstinencia (por interrupción brusca de la sustancia con el corte del cordón umbilical). A largo plazo están descritas afecciones en el neurodesarrollo de los niños como déficit intelectuales, motrices, en la comunicación, detallaron.

Señalaron que solicitan a la madre el test cuando sospechan que ella o el recién nacido tienen en su organismo estas sustancias.

Uno de los signos es si durante el embarazo la mujer tiene una situación de excitación psicomotriz, esto podría ser un síntoma de consumo problemático. También en el bebé una frecuencia cardiaca elevada o un llanto demasiado intenso que no se logra calmar.

“Hemos visto en el último tiempo que al solicitar el test no hemos tenido muchas negativas”, comentaron.

La prueba de orina se le puede realizar tanto a la madre como al recién nacido y los resultados los brinda el laboratorio del hospital en pocas horas.

“Si se confirma la presencia de sustancias, se abre un panorama de diálogo para visibilizar la problemática y pensar estrategias para abordar ese consumo. Se le intenta hacer conocer a la madre los riesgos que el consumo conlleva. Lo vemos como una oportunidad de abandono de la sustancia por lo que significa cuidar a su hijo”, remarcaron.

Si los resultados dan positivo a estupefacientes, detallaron que primero se charla con la persona involucrada. “Se activan consultas con servicio social y salud mental”, dijeron.

En cuanto a los recién nacidos “estrictamente se debería contraindicar la lactancia, y sugerirle a la mamá que se alimenta con fórmula pero nos alarma un poco porque es tan frecuente que haya madres que consumen que tendríamos que suspender la lactancia en un porcentaje importante de niños”, consideraron.

Además ven que puede ser una oportunidad para que la mujer abandone el consumo de sustancias. “Para esto se está trabajando para individualizar la situación, dar apoyo para no tener que tomar la decisión drástica que es decirle que no puede darle el pecho y que se tiene a alimentar a formula”, manifestaron.
Esta es la forma ideal de trabajar remarcaron pero con el recurso humano disponible que hay en el hospital es difícil llevar a cabo este acompañamiento. “Se necesita diseñar políticas específicas que involucren no solo a salud mental sino tiene que haber una respuesta intersectorial”, reclamaron.

Estas sustancias pueden ocasionar en los bebés hemorragias cerebrales o síndrome de abstinencia. También afecta al neurodesarrollo.


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