Recuerdos de balsa y camino: así unieron Paso Córdoba y El Cuy hace 79 años

En pos de contribuir al desarrollo de los entonces territorios nacionales, el Gobierno Central, a través de la creación de Vialidad Nacional, en 1932, y debido al retraso en el trazado y construcción de obras viales internas, pone en marcha un vasto plan de vialidad.

En 1935, la Dirección General de Vialidad autorizó la ejecución de obras de construcción, mejoramiento y conservación en el país por el monto de 2.000.000 de pesos, entre las que se encontraban algunas concernientes al Territorio, como la construcción de caminos de Ñorquinco-Pilcaniyeu. Los caminos que comprendían a la Patagonia eran los llamados de “penetración”, que se extendían de oeste a este, dando salida desde la región precordillerana hacia los puertos de embarcación del Atlántico y estaciones ferroviarias.

Una editorial de nuestro periódico de mayo de 1938 rezaba que “una de las preocupaciones constantes de las autoridades de las localidades del Valle debería ser la vialidad, en sus distintos aspectos. Tratar de facilitar por medio de caminos buenos y numerosos el tránsito entre los pueblos de una zona de constante trabajo, donde diariamente se registra un intenso movimiento interlocal”.

Llegando a fines de ese año, se realizaron varias inauguraciones. Y se aprovechó una fecha importante para la inauguración del camino de Paso Córdoba a El Cuy, el 5 de octubre, Día del Camino. Se trataba de la línea que nos unía con el sur del territorio, permitiendo el libre acceso de productos y del intercambio comercial e industrial y el paso de los viajeros que quisieran circular por esa región. También se producía otro hecho importante: la inauguración de la balsa de Paso Palacios que permitía la habilitación del servicio nocturno de la balsa de Paso Córdoba.

Textos y producción

Edith Cabrera

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