Restaurar el suelo: descubrieron en el alpataco un talento para sobrevivir a la desertificación
Una variedad en particular de este arbusto, nativo de Sudamérica, dejó ver sus capacidades ante los ojos de expertos de la Universidad Nacional del Comahue. El equipo, desde Neuquén, empezó a producirlo en su vivero para pensar estrategias que ayuden a recuperar las condiciones del territorio.
Las especies y microorganismos interactúan, aunque no los escuchemos y no podamos verlo. Es el caso de esta variedad de alpataco, más allá de sus espinas impactantes, que demostró su capacidad para retener el nitrógeno presente en el aire y con eso, fortalecer su estructura y garantizar su presencia como flora, en un suelo amenazado por la desertificación.
Los que dieron a conocer su labor al respecto son investigadores de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), que al estudiar al alpataco, específicamente del tipo Neltuma flexuosa variedad depressa, empezaron a notar este mecanismo natural y por eso decidieron empezar a producir plántulas en el vivero de Especies Nativas que sostienen, en el inmenso campus de calle Leloir.
Desde ese espacio y desde el Laboratorio de Rehabilitación y Restauración Ecológica (LARREA) de la Facultad de Ciencias del Ambiente y la Salud (FACIAS), lograron demostrar que esta especie puede desarrollar nódulos fijadores de nitrógeno en sus raíces, al establecer una relación simbiótica con los rizobios, un grupo de “bacterias capaces de transformar el nitrógeno atmosférico en formas asimilables por la planta, como amonio y otras moléculas nitrogenadas”, explicaron desde la casa de altos estudios. Esto mejora su crecimiento, para sobrevivir a las condiciones del entorno.
El talento del alpataco para sobrevivir y recuperar el suelo | El proceso en el vivero
Este trabajo minucioso fue publicado en la prestigiosa revista Journal of Arid Environments. “Las pruebas iniciales se realizaron en el Vivero de la UNCo, donde se germinaron las plántulas, que posteriormente fueron analizadas con técnicas moleculares en los laboratorios de YTEC (YPF Tecnología). Este proceso permitió comprobar la actividad de las bacterias y la eficiencia de la fijación de nitrógeno”, agregaron.
En estos estudios, fue el tono rojizo que tomaron los nódulos, gracias a la presencia de leghemoglobina, la proteína que capta oxígeno, lo que indicó una elevada actividad de la enzima nitrogenasa, responsable de la conversión del nitrógeno atmosférico. “La tonalidad rojiza es señal de que los rizobios están vivos y en pleno funcionamiento, beneficiando a la planta y enriqueciendo el suelo”, valoraron los profesionales.
Satisfechos con lo realizado en la FACIAS, a cargo de la decana Anahí Álvarez, desde el equipo apuestan a ir por más. “El trabajo del LARREA en la UNCo no solo amplía el conocimiento sobre los procesos microbiológicos en suelos áridos, sino que también abre nuevas posibilidades para la recuperación de terrenos degradados y su utilización con fines productivos. La capacidad del alpataco de fijar nitrógeno en vivero podría convertirse en una herramienta clave para el desarrollo sostenible en regiones de difícil cultivo. Este avance reafirma el compromiso de la UNCo con la investigación aplicada y la preservación de los ecosistemas, dando un nuevo impulso a la ciencia ecológica en Argentina”, concluyeron.
Las especies y microorganismos interactúan, aunque no los escuchemos y no podamos verlo. Es el caso de esta variedad de alpataco, más allá de sus espinas impactantes, que demostró su capacidad para retener el nitrógeno presente en el aire y con eso, fortalecer su estructura y garantizar su presencia como flora, en un suelo amenazado por la desertificación.
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