Una adolescente salvó a su amigo con maniobras de RCP que aprendió en la escuela

El hecho ocurrió en un peligroso salto de agua. El chico permaneció internado un día en el hospital y ya fue dado de alta.

Era una tarde de verano más para el grupo de amigos que como casi todos los días se fue a bañar a un canal de riego, pero terminó casi en una tragedia, de no ser por una adolescente de 14 años que salvar a dos chicos de morir ahogados. A uno de ellos lo rescató del agua donde ya estaba inconsciente y sin respirar, pero aplicándole reanimación cardiopulmonar (RCP) lo volvió a la vida.

Solange Marilín Gutiérrez, conocida como Kuky, tiene 14 años y vive con su familia en el barrio San Martín de Ingeniero Huergo. Ayer le contó a “Río Negro” el hecho que la convirtió en una celebridad en la ciudad.

El lunes pasado un grupo integrado por entre seis y ocho chicos fueron a bañarse a un canal de riego. El curso de agua nace en el canal principal, en el sector conocido como “el salto” precisamente porque hay una caída de agua de unos tres metros de altura. Por lo peligroso del sector los chicos no lo usan, sino que se bañan en el canal cementado que tiene poca profundidad, entre 50 y 70 centímetros, a solo pasos del anterior.

La historia se conoció a través del sitio “Último momento noticias” y ayer la chica volvió a contar lo sucedido. Relató que con sus amigos salieron del barrio, caminaron unas cuadras y con planchas de telgopor se fueron flotando a lo largo de casi 800 metros, para salir antes del salto de agua. Por la poca profundidad colocaron unos postes atravesados a modo de dique, para que el agua suba el nivel. Cruzaron por una pasarela y allí uno de los chicos se resbaló y cayó.

Kuky contó que cuando su amigo Santiago Garga (14) cayó al agua “le tiré una plancha de telgopor y se agarró, pero se hundió para salir más adelante. El hermano -Facundo Garga (12)- pensó que se ahogaba y se tiró para rescatarlo, pero cuando se tiró, el primer chico salió y el segundo comenzó a hundirse”.

“Ahí me tiré yo y Santiago, que se había tirado primero, lo hizo atrás mío. Yo alcancé a agarrarlo y empecé a llevarlo hacia la orilla”.

Kuky mide poco más de un 1,50 metros y es de contextura física delgada, pero pudo sujetar a Facundo que es más alto y más robusto. “Cuando lo agarré y le saqué la cabeza fuera del agua ya estaba todo morado” contó.

Lo sujetaron en la pared de tierra del canal y al ver que no reaccionaba comenzó a practicarle las maniobras de RCP con compresiones en el pecho y suministrándole aire con respiración boca a boca. “Por suerte reaccionó rápido, largó agua y espuma por la boca y comenzó a mover los ojos”. Unos trabajadores de un aserradero cercano llegaron alertados por los gritos de auxilio, y sacaron a los tres del agua.

Nunca había practicado la técnica pero la hizo muy bien

Solange aprendió cómo se realizan las maniobras de RCP el año pasado en una clase de gimnasia en el Centro de Educación Media 140, mientras cursaba el primer año del secundario, y eso fue lo que se le vino a la cabeza cuando vio a su amigo totalmente inconsciente y sin respirar.

Lo sorprendente es que las maniobras nunca las había practicado anteriormente, sino que un docente de educación física les había explicado cómo se realizaban.

“El profesor nos había explicado cómo se ponían las manos y que debíamos hacer 20 compresiones en el pecho y luego darle respiración boca a boca, si no reaccionaba volver a empezar con las compresiones”, comentó Kuky.

Pero la enseñanza fue solo con una muestra que hizo el docente de educación física con un compañero como ayudante. “Cuando vi que no respiraba se me vino a la cabeza y fue lo que hice”.

“Fue un gran alivio, veíamos que no respiraba ni nada y estaban todos asustados, había varios nenes chiquititos alrededor nuestro. Cuando reaccionó me calmé y fui a agarrar a otro nene chiquitito que estaba con nosotros y lloraba, porque era su primo al que habíamos rescatado” agregó.

Desde ese día cada vez que se cruza con la madre del chico que rescató, que vive a solo unas pocas casas de distancia, recibe un agradecimiento por su acción.

En tanto el grupo de amigos volvió a reunirse en las calles del barrio para jugar, aunque desde el lunes nunca volvieron al canal de riego.

“Es un orgullo

que haya hecho eso”

Para Amanda, la mamá de Kuky, es un orgullo lo que hizo su hija.

El papá Fabio Gutiérrez, oficial principal de la policía rionegrina, dijo que “llevo 25 años en la fuerza, he practicado estas maniobras, pero nunca tuve que aplicarlas. Ella con solo 14 años y ese conocimiento por una explicación que le dieron, la aplicó y lo hizo muy bien”. Gutiérrez fue el que le enseñó a nadar de niña.


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