Soledad Barruti viene al festival de comidas caseras Manduca, a El Chañar

La periodista especializada en alimentación presentará su libro "Mala Leche" el 5 de octubre próximo, en el encuentro gastronómico de esta ciudad neuquina.

Por Victoria Rodríguez Rey, especial para Yo Como

El próximo 5 de octubre, en el marco de «Manduca, Festival de comidas caseras al paso” edición primavera, la periodista especializada en alimentación Soledad Barruti, estará presentando su último libro Mala Leche en el Centro de Formación Profesional Agropecuario N° 2 de San Patricio del Chañar.

Soledad Barruti es periodista y escritora. Está dedicada a la investigación sobre el alimento y la industria alimentaria. Su primer libro Mal Comidos desarrolla sobre cómo la industria alimentaria argentina nos está contaminando. Editado en 2013 ya se convirtió en un best seller. En ese trabajo ayuda a concientizar sobre la producción de alimentos. Indaga sobre la cadena productiva, analizando la calidad y costo (ambiental, social y cultural) del alimento terminado, para entender cómo la industria alimentaria enferma a la población. Para su segunda publicación, Mala Leche editado en 2018, la autora recorre Latinoamérica durante más de diez años, profundiza sobre el impacto cultural y ambiental de la industria alimentaria y propone recuperar el sabor y la frescura de lo que comemos. Se inquieta principalmente por la población infantil, tratando de que no se siga anestesiando el paladar y los sentidos de los más jóvenes. Para las empresas alimenticias “capturar el paladar de los más chicos es la manera de tener a todos los clientes posibles del presente y garantizarse los del futuro”, sostiene.

Portadora de una gran generosidad Barruti no duda al momento de compartir sus conocimientos y recorridos en la siguiente entrevista.

– ¿Por qué considerás en tu último libro que los alimentos ultraprocesados no sólo simplifican la dieta sino que atentan contra el aspecto cultural?

– Los alimentos ultraprocesados juegan con la idea de diversidad y juegan con la idea que estamos comiendo alimentos y en realidad lo que nos presentan son productos comestibles o bebidas producidas por las marcas siempre en base a los mismos pocos ingredientes que son azúcar, harina, aceite, derivados de la industria láctea, derivados de la industria cárnica y una porción absurda de frutas y verduras que no representa ni un cero como cero uno por ciento de lo que hace a toda esta oferta. Eso mismo se refleja por supuesto en la tierra, en los territorios, va desarmando esa matriz que hizo a la humanidad y a la diversidad de los pueblos y a su salud y a su relación con la naturaleza circundante y a la trasformación de esa naturaleza en cultura que es lo que hizo básicamente la agricultura y el desarrollo de recetas que hacen que se coma distinto acá que en México y en México que en Japón. Todo eso queda aplanado con una única idea de comer que es comer todo esto mismo y tira dinamita a la historia de la humanidad.

¿Existen modelos que hayan avanzado en la producción de alimentos menos nocivos y al alcance de toda la población?

– Los modelos se producción de alimentos buenos están periféricos al sistema que se ofrece en el supermercado, al sistema alimentario que se ofrece en las publicidades y que parecen invadirnos y haberlo tomado todo. Pero sistemas de agricultura tradicional, agroecológica, basada en la diversidad, en las semillas nativas sin el paquete biotecnológico, sin el paquete de agroquímicos, todo eso existe, está.

Los relatores de Naciones Unidas desde 2009 y hasta ahora concuerda en sus estudios y con evidencia muy profunda que es lo que debería alimentar a la humanidad para que todos estemos alimentados de una manera justa, digo para que haya justicia en el sistema alimentario, y para que haya futuro. El sistema alimentario que avanza con el modelo del agronegocio y de las marcas es un modelo que va a dejarnos sin agua, sin tierra, sin biodiversidad, sin futuro en los próximos años. Entonces ese otro modelo existe, está, puede alimentar a todas las personas y el problema es la falta de apuesta política y del sistema a esas otras formas.

Release Status: Fully released.

– ¿Por qué creés que se ha estigmatizado el rol de la mujer en la cocina?

– Lo que se cargó de valor en la humanidad fueron las labores, las tareas, las conquistas del afuera. Como que todo lo doméstico quedó encerrado en algo de no valor, de no valorización y las mujeres quedamos encerradas ahí adentro de esas mismas miradas. Las tareas de cuidado, las tareas de nutrición, las tareas inclusive reproductivas que hacemos las mujeres no son tenidas en cuenta ni puestas en valor en la sociedad, ni económicamente ni de ninguna manera.

Entonces, la cocina se volvió enseguida como un emblema de eso, como una cárcel, la cárcel a las que se nos condenaba a las mujeres, a las que se nos negaba el mundo y todo lo que se podía hacer afuera. Por un lado, está eso, ése es el movimiento del capitalismo que fue poniendo mucho el foco en eso y la misma publicidad de la industria se posicionó como un valor a las marcas, a su comida de microondas, a su comida instantánea a muchos de estos productos como la idea del salvataje de las mujeres que además tenían que salir a trabajar.

«Para que la alimentación en una casa sea buena y saludable tienen que participar todos los miembros de la familia para que así sea»

Soledad Barruti

Lo que pasó en realidad en el mundo, se sabe, que además de dedicarnos al cuidado de manera gratuita y seguir dedicándonos casi exclusivamente a todo lo que tenga que ver con lo doméstico tenemos que salir a trabajar en el mundo mientras que la industria alimentaria no nos ofreció nada bueno en compensación. Cómo se podría resolver eso, es obviamente modificando todas esas ideas y esos roles. El rol de la mujer por supuesto, no es exclusivamente doméstico y para que la alimentación en una casa sea buena y saludable realmente tienen que estar todos invitados a participar, todos los miembros de esa familia, de esa casa.

La comida puede y debe ser intrafamiliar y un evento comunitario. Circunscribirlo a un género es lo más absurdo del mundo, circunscribirlo a las madres y esas cosas también. Lamentablemente a nuestra sociedad le falta modificar mucho para hacer las dos cosas, entender que lo doméstico es sumamente necesario, que tiene que ser valorizado, tiene que ser tenido en cuenta como una labor que tiene una gran carga horaria, un desgaste físico y mental y al mismo tiempo tiene que ser ocupado por todas las personas de una casa. No puede quedar solamente en manos de las mujeres.

– ¿Qué significa presentar tu libro en un Centro de Formación Profesional Agropecuario, en Neuquén?

– Por lo que voy conociendo, me parece que es un lugar hermoso, increíble. A Neuquén fui una sola vez a hablar y me parece que lo que está pasando ahí es algo maravilloso. Hay muchas personas despiertas buscando tener un contacto con la comida que no solamente se nutra de buenos alimentos sino de información. Así que la verdad es que voy con mucha ilusión, muchas ganas y con mucha información nueva para compartir.

Para recordar

«Manduca, Festival de comidas caseras al paso” es una propuesta del Centro de Formación Profesional Agropecuaria N° 2 de San Patricio del Chañar. Surge en el 2018 de la necesidad de revalorizar la producción local y la identidad, con el objetivo de acortar distancias entre la huerta y la cocina, entre la cosecha y el plato. Una verdadera iniciativa de Soberanía Alimentaria. Más información: https://www.puestochaniar.com/


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