Sumate a una sobremesa imperdible con Darío Sztajnszrajber y Sole Barruti

Una invitación a comer y a detenerse un rato para pensar qué se come cuando se come. ¿Te lo vas a perder? La cita tiene día, hora y lugar.

Por Victoria Rodríguez Rey, especial para Yo Como

@victoriarodriguezrey

El sábado 14 de noviembre la periodista Soledad Barruti y el filósofo Darío Sztajnszrajber se detienen a comer y también a pensar qué se come cuando se come. Lo que hoy se cree que se elige comer pareciera estar decidido de antemano, como una práctica normalizada. ¿Acaso se trata de un grosero ejercicio de poder? Un encuentro en el que cocinarán dos, aunque con un mantel extenso para estirar y compartir con quienes se vean invitados a interpelar el evento alimentario como práctica hegemónica y normalizada.


La periodista Soledad Barruti y el filósofo Darío Sztajnszrajber el sábado 14 de noviembre a las 20 extienden el mantel en una gran mesa. ¿Te lo vas a perder?

– ¿Por qué detenernos a pensar la comida?

Barruti: “La comida de hoy es el tema. Sucede que detrás del sistema productivo se están llevando puesto los bosques, las selvas, los humedales, para satisfacer un menú global dependiente de insumos que parecieran comida. Se cree que es comida porque crece en el campo, pero que no lo son completamente, porque están ahí para ser reconvertidos en procesos productivos muy intensos. Se trata de sustancias o alimentos de animales que al final van a terminar siendo comida de un consumidor masivo que va tornándose hacia una carnivoricidad cada vez más extrema y más horrenda.

«A su vez, pedazos y micropedazos de ultraprocesados que son tetris alimentarios que no alimentan, sino que rellenan a las personas provocando distintos daños a su salud. Así que del sistema alimentario es de lo que tenemos que hablar. Porque además es lo que está directamente relacionado con la pobreza y con la injusticia social.”

Nosotros no comeríamos lo que comemos si tuviéramos otra relación con nuestro cuerpo, con la naturaleza, con la vida en sí misma, con el placer, con el tiempo.

Soledad Barruti, periodista

– ¿Dónde se encuentra la filosofía y la comida?

Barruti: “Lo que es interesante para mí, de la filosofía en relación con la alimentación, es la lectura histórica que posibilita, de nosotros en relación a la naturaleza, en primer término. La relación con el sistema alimentario es una relación con la naturaleza. Recoger distintos abordajes que fue construyendo la epistemología actual, que es la que permite ciertas formas e impide otras, de relación, de vínculo, de alienación, de enajenación.

Nosotros no comeríamos lo que comemos si tuviéramos otra relación con nuestro cuerpo, con la naturaleza, con la vida en sí misma, con el placer, con el tiempo. Y toda esa relación está fundada de manera muy violenta y sostenida por ideas que fueron tomadas como verdad absoluta. Este sistema divide la verdad de la falsedad, lo que es legal de lo ilegal y lo que es posible de lo que no lo es. Para vivir como personas contemporáneas necesitamos cumplir con ciertas cosas. Para eso hay un “menú” que es el que alimenta esas formas de ser, estar y relacionarse con uno mismo y con las cosas.”

Sztajnszrajber: “La filosofía y la comida se encuentran en muchos lugares. Primero en que la alimentación es una forma de normalización. O sea, si la filosofía tiene como objetivo la deconstrucción de las formas en que los dispositivos de poder naturalizan sus intereses, y los hacen pasar como si fuese algo propio de las formas supuestamente naturales de la existencia humana, está claro que en las formas más cotidianas de nuestros quehaceres, que tienen que ver con como comemos, con como organizamos la jornada en términos temporales, con como dormimos, con el tipo de consumos, en los que estamos arrojados, se juega esta forma de normalización del poder.

«Que el poder normaliza, como dice Foucault, es básicamente que, nosotros vamos incorporando prácticas como si fuesen normales, como si fuesen propias de nuestra naturaleza. En realidad, primero son prácticas que podrían ser de otro modo y segundo son prácticas donde claramente cuando empezas a deshilvanarla, vas encontrando como son absolutamente funcionales a intereses de otros. Hablo de intereses que tienen que ver con un determinado tipo de cuerpo hegemónico, de valores dominantes, de formas de pensar, incluso el tiempo. Todo ello converge en la necesidad, como dice Foucault, producir cuerpos económicamente rentables y políticamente dóciles.

La boca es un órgano clave. Es el órgano que en principio delimita el interior y el exterior, interesante en tiempos pandémicos, donde el afuera y el adentro están medios desquiciados. Repensar entonces esa boca, que hoy lleva encima un tapaboca además que obviamente interrumpe la posibilidad de contagio, pero al mismo tiempo se vuelve “la nueva frontera de nuestros tiempos”.

Darío Sztajnszrajber, filósofo

«Entonces, es fundamental, ejercer un desenmascaramiento de todos esos dispositivos de poder que no están clara ni frontalmente puestos en evidencia. Ese es un aspecto clave para una filosofía que tiene como propósito deconstruir como una manera de desenmascarar el poder. Esto implica entender al poder actuando de este modo.”

“Hay una lectura un poco más literaria, donde la filosofía se cruza bellamente con la literatura, en donde tanto la filosofía como la comida se hacen por la boca. La boca es un órgano clave. Es el órgano que en principio delimita el interior y el exterior, interesante en tiempos pandémicos, donde el afuera y el adentro están medios desquiciados. Repensar entonces esa boca, que hoy lleva encima un tapaboca además que obviamente interrumpe la posibilidad de contagio, pero al mismo tiempo se vuelve, como dice Paul Preciado, “la nueva frontera de nuestros tiempos”. Por la boca se hace filosofía, porque la filosofía es básicamente un género literario que se hace desde la construcción de palabras, desde la creación textual y por la boca comemos. Parece que, de algún modo, hasta podemos generar una interesante simetría, donde la palabra sale de adentro para afuera y la comida ingresa de afuera hacia adentro. Entonces, se da una circularidad interesante.”

“Si la filosofía es básicamente, un cuestionamiento de los dispositivos del poder, y el poder hoy, como dice Foucault, invade nuestra vida y nuestro cuerpo enteramente, la comida es clave, en el tipo de cuerpo que terminados de ser.”

“Por último decir, que en filosofía hay en los últimos años un giro, se le llama giro a los temas que se vuelven predominantes, se llama el giro animal, donde hay toda una relectura sobre qué es un animal, qué es lo animal. Va desde los derechos de lo animal, hasta el modo en que el ser humano se vincula con lo animal y para qué. Básicamente el animal es nuestro alimento diario, entonces es muy interesante repensar filosóficamente acerca de esa tensión con los vivientes no humanos que hemos decidido transformar, cosificadamente en objeto de nuestra alimentación.”

– ¿Qué pasó que, el manejo del fuego que marcó la evolución de la especie hoy conspira contra la vida?

Barruti: “El manejo del fuego prehistórico tuvo algunos usos y algunas comunidades lo usaron en la agricultura. Günther Anders, toma la idea del fuego usando a Prometeo y pone al fuego como el hallazgo que posibilita luego la violencia tecnocrática que existe hoy en día. O sea, es interesante pensar, cómo detrás de una herramienta tan espectacular, pudo haber también una habilitación a esta destrucción. Es como si el ser humano no tuviera la posibilidad de dimensionar nunca, los alcances de sus hallazgos, de sus descubrimientos, de sus conquistas y luego todo se mete en una maquinaria destructiva.

En algún momento el fuego tuvo una especie de uso domesticador, de uso de abrir espacio, de uso ritual y sagrado. Pero como herramienta, hoy en día ese uso no tiene más vigencia porque hasta se ve en las comunidades indígenas amazónicas que lo utilizan tradicionalmente como una forma de tratar la tierra antes de cultivar, se les va de control. No lo pueden controlar más al fuego. Y eso también es interesante pensarlo, simbólica y prácticamente, como el fuego se nos fue de control. Hoy en día el fuego es un arma destructiva barata y simple que encastra en un sistema jurídico que entiende que hay ciertas cosas que no se penalizan, “se prendió fuego, ya está”. He visto en el Chaco, en el Impenetrable, es devastador, desesperante y doloroso ver esa idea de dimensión del fuego como fuerza destructiva.”

– ¿Cómo es que la noble tarea de producir alimentos hoy genera hambre y destrucción?

Barruti: “Si, de cómo pasamos de la producción de alimentos, del cultivo, como algo generoso, humano, circular, a esta forma acumulativa, depredatoria y destructiva. Creo que eso tiene que ver con una forma de vincularse en la vida con la existencia en sí misma. Qué experiencia vital venimos a tener los humanos en esta tierra; qué se nos permite y qué no. Hoy se criminaliza, se desestima, se desvaloriza esa circularidad. Alrededor de entender el tiempo, de entender a la naturaleza, de entender conectarse como una cocreación a un saqueo, es una diferencia abismal. Todo eso creo que tiene que ver con haber terminado en un circuito donde unos pocos se quedan con mucho y muchos se quedan con cada vez menos.”

El encuentro: sábado 14/11 a las 20.00hs

Entradas: entradas.cckonex.org


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