Silvina García Larraburu: “No me enrosco en críticas rápidas a Weretilneck”

Convencida de que la desidia es homicida de cara a los problemas de la gente, García Larraburu sostiene que la política rionegrina está impregnada de “mucho faccionalismo y discurso agresivo que en nada contribuye al conjunto de la provincia”.

ENTREVISTA

Entrevista: A Silvina García Larraburu, peronista, senadora por Río Negro

– ¿Larraburu, García Larraburu o “Jirafa”?

– Lo segundo. Sucede que cuando mi papá me fue a anotar, habló solo del García. Y una jueza muy de género para ese tiempo, le dijo: “¿Y qué hacemos con Larraburu? ¿Quién la parió a la nena? Así partió la historia. En cuanto a lo de “Jirafa”, ya es leyenda…

– Pero usted sigue midiendo 1,83…

– Y de ahí lo de “Jirafa” en el primario, en el secundario. Siempre la última de la fila, tener que acomodarme en los bancos… en la última fila del cine…

– ¿Le trae problemas ser alta?

– Hoy no. Pero cuando era chica, que encontrar ropa, que el calzado… porque yo tengo un número Patagonia- Patagonia: 41/42…

– ¿Tuvo novios más bajos que usted?

– Hum… no, no. Parejitos o más altos.

– ¿Aspira a la intendencia de Bariloche? ¿O integrar la fórmula con Miguel Pichetto para la gobernación?

– No hago futurología.

– Póngalo en términos de conjetura, que es consustancial a la política.

– Mire, hoy soy senadora. La gente me situó ahí. Miguel tampoco me ofreció a acompañarlo.

– ¿Y si lo hace?

– Hoy soy senadora.

– Medio aburrido hablar con usted en estos términos…

– Y bueno, mire… la política rionegrina tiene mucha carga de tensiones, de faccionalismo, de discursividad agresiva, de saltar con furia sobre la garganta del adversario o a veces del propio compañero de militancia… Uno dice algo, y ya le saltan. No me mezclo en ese estilo. Incluso este año tuve que defenderme cuando fui blanco de ese estilo…

– ¿En entrevero con Martín Soria?

– Sí, cada vez que venía a Bariloche, hostilidad y hostilidad conmigo.

– Este año parece haberle crecido el cuero de elefante que se necesita para andar en política, por también anduvo a la greña con Pichetto. ¿Lo votará para gobernador?

– Por supuesto. Tuvimos diferencias, sí. Son públicas y legítimas.

– ¿La vieja fórmula aroniana de “Paz imposible; guerra improbable”?

– ¡No, no: política! Hace a la vitalidad de la política que uno diga lo que piense.

– ¿La asustó que fuera muy rápido a colisionar con el gobierno provincial?

– Hice saber mis diferencias en ese tema, también en el manejo de procesos eleccionarios en el partido. Pero tengo un profundo respeto por Miguel. Creo que es el dirigente más importante que ha dado el peronismo rionegrino…

– Acaba usted de incendiar la pradera peronista…

– Digo lo que pienso. Miguel tiene a la provincia día a día metida en la provincia. Ha defendido a escala nacional todos los intereses de Río Negro… Desde el Invap, cuando desde planos del cavallismo se lo quería ahorcar presupuestariamente, hasta la fruticultura, el turismo, etcétera. Es eficiente en la tarea legislativa nacional que le ha tocado, a lo que suma una intensa relación, de 365 días al año, con el territorio que le otorgó poder. Es un gran hacedor. Y coincidimos en que la política provincial tiene mucho de desierto en materia de ideas, en términos de futuro, de proyecto.

– Si sacude ese árbol, va encontrar que las últimas ideas que hubo en esa línea fueron las de los constituyentes del ´57 y las del desarrollismo del ´58 -´62. Y claro, se cayeron…

– Ese juicio es injusto si no integra al gobierno de Mario Franco. Un hombre que supo armar un gabinete con gente de ideas, honestidad, entrega… Hay que escribir la historia de ese gobierno…

– ¿El gobierno de Weretilneck es peronista?

– A Weretilneck lo eligió Carlos Soria en un marco de propuesta electoral cuya viga era el peronismo. No sé si Carlos tenía un proyecto para la provincia, o en todo caso nadie sabía lo que él tenía en mente como proyecto. Sabíamos, sí, de su voluntad transformadora. Pero…

– …sucedió lo que sucedió. ¿Tiene un proyecto Weretilneck? Entendiendo esto en términos de Arturo Frondizi: “Estar parado aquí, parándose ante las generaciones por llegar”.

– Del análisis de lo que sucede en la provincia, emerge que no hay proyecto de largo plazo. Hay gobierno de gestión de coyuntura. Tampoco se puede juzgar livianamente al gobernador. De golpe, la situación menos pensada.Yo no me enrosco en la crítica rápida, de barricada, a Weretilneck, a quien además la gente también votó.

– Restemos cómo lo juzga la dirigencia del peronismo que ya lo marca a presión. ¿Qué cree que siente el peronismo que está por fuera de ese espacio sobre el gobierno de Weretilneck?

– No se trata de creer, se trata de lo que se define como trabajo de campo. Yo camino y camino todos los fines de semana los barrios de una ciudad rionegrina con problemas sociales que vienen de muy lejos. Sé cómo piensa la gente. Ahí, uno se da cuenta que este gobierno provincial dista mucho de lo que esperaba el peronismo y gran parte de los rionegrinos. Es evidente que no está en marcha la transformación que todos esperábamos. Y esto provoca mucha frustración…

– Reflexionar en términos contrafactuales sirve como ejercicio intelectual. No más. Nadie sabe por dónde iba a ir el gobierno de Soria. ¿Qué opina?

– Que igualmente existía un imaginario, una esperanza muy grande en su gestión. Soria no fue sólo del peronismo, sino de miles de no peronistas e incluso antiperonistas. Esperanza legítima que se expresó en el dolor que generó su muerte.

“El bronce no me ganará”

– ¿Le cuesta abrirse paso en el Senado?

– Sí.

– ¿Mucho bronce?

– Cuando juré, en un ascensor me saludó un senador cordobés. Y me dijo: “Ya va a notar usted que aquí hay muchos que desayunan con cucharadas de bronce”. Y sí, hay espacios ganados en el tiempo.

– ¿A la larga usted también tomará bronce?

– No. Siempre seré como soy.

– ¿Cambia de pilchas cuando va a los barrios?

– No me disfrazo de proletaria porque no lo soy. Con la gente me identifico por mi trabajo.

– Leímos parte de la docena y media de proyectos de ley que tiene presentados. El grueso hace a temas donde prima el desamparo, temas sociales. Identidad, género, salud, discapacidad. ¿Por dónde andan esos proyectos?

– En comisiones. Hay que seguirlos, reunir consensos. No aflojo, pero es complejo.

– ¿Qué sensación negativa se va formando del funcionamiento del Senado en el año que lleva en la banca?

– No del Senado, ni tampoco de un año a esta parte. Lo que detecto en términos crecientes es que hay mucha dirigencia que no asume que la política está cada vez más apretada por urgencias… Si la gente envía un mail y uno no le contesta en tres o cuatro horas, uno es ya más de lo mismo… “A los políticos no les importa la gente”.

– ¿No cree que la política no está para atender casos individuales? Hay todo un cuerpo teórico sosteniendo esto.

– ¡Pero la gente está y tiene problemas! ¿Sabe cuánto sufrimiento sobrelleva un ser que tiene un problema oncológico y por burocracia se demora un tratamiento, o aquel que por igual razón tiene demorada su jubilación o no le llega una prótesis?

– ¿Cuántos pedidos de trabajo recibe por día?

– Entre 15 y 20 por día.

– Días atrás, ante el tema Cuba y EE. UU, Tabaré Vázquez recordó la “octava regla” que a modo de experiencia, había cosechado EE. UU de Vietnam: “Nunca dejes de revisar tu pensamiento”. ¿Cómo cree que está la política argentina en relación a esto?

– En deuda. Un caso: se llega a un cargo electivo sin pensar que es transitorio. Jamás se pasa revista a lo que dice la experiencia en relación a ese convencimiento. Si se ignora esa experiencia, el dirigente relaja su conducta, cero exigencia de trabajar con eficiencia. Entonces, se manejan los tiempos en términos muy ajenos a esa exigencia. Y cuando la política no es eficiente, se transforma en homicida.

– ¿No cree que Boudou debió tener la elegancia de correrse del Senado ante el prontuario que va construyendo?

– Atraviesa una situación compleja. Tendrá que demostrar su inocencia.

– ¿Tarea ímproba, no?

– Es el único camino que tiene.

– ¿Qué queda de la Silvina que fue Reina de la Nieve?

– El 1,83 de largo. Y el recuerdo de un hogar con mucha política. Radical por parte de madre… pero me ganó el peronismo de mi papá.

CARLOS TORRENGO

carlostorrengo@hotmail.com

CARLOS TORRENGO


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