Los dispositivos también nos dicen basta 

“Desconéctate de la jornada y atiéndete” dice mi celular en la pantalla. Estoy husmeando las novedades que trajo la actualización del sistema operativo de mi teléfono cuando, de repente, entro en la modalidad “Enfoque”.   

Lo había olvidado, pero desde hace 2 años mi smartphone (y probablemente el tuyo también), tenga una funcionalidad que es para “concentrarte”. Esto es, apaga o restringe las notificaciones, los avisos o sonidos que puedan llegar, durante un tiempo delimitado por nosotros mismos.  

Es para casos en que “necesites concentrarte o alejarte de tu dispositivo”, dice el manual de instrucciones del fabricante. Y ofrece un buen número de opciones para su configuración: modo trabajo, modo sueño, modo lectura, etc. Se pueden elegir algunas excepciones, como por ejemplo, no recibir llamadas o sólo urgentes de personas específicas que nosotros designamos.  

9 horas y 39 minutos al día pasamos los argentinos con el celular, según un estudio del año pasado de la consultora Sortlist. Tiene sentido entonces que sea el mismo dispositivo el que muestre las primeras señales de exceso de uso. 

Una rápida búsqueda en Google nos ofrece una amplísima variedad de aplicaciones, para celulares y computadoras, destinadas a “evitar distracciones”. Es una auto imposición de uso de tecnología. De manera simple podría explicarse que son servicios que bloquean las notificaciones, redes sociales y sitios webs (también durante un tiempo determinado por nosotros) con el objetivo de que no nos desconcentremos.   

Stay Focused, Forest, Self Control, Brain Focus; son algunas de las aplicaciones más conocidas. Las frases que utilizan para promocionarse son asombrosas: “para dedicarte a las cosas importantes de la vida” o “te ayudará a conseguir hacer las cosas”.  

Es evidente que si existen tantas aplicaciones y funciones que vienen por defecto en los dispositivos, es porque son requeridas. Al parecer nos cuesta apagar el teléfono, dejarlo en otro lugar, olvidarnos de él durante algunas horas, por qué no días.   

El “atiéndete” es bastante elocuente. Casi como un reto, un llamado de atención en un español neutro como si a todos nos pasara lo mismo. El celular nos dice que nos preocupemos más de nosotros, que prestemos más atención a lo que importa. Nos dice que basta.