Un puente para las infancias del espectro autista y la programación informática

Diseñaron una plataforma web para dotar jóvenes de competencias técnicas en la programación. Buscan darles herramientas para facilitarles una futura formación académica e inserción laboral.

Un grupo de investigadores, profesionales de la educación y de la informática crearon una plataforma web para las infancias del espectro autista, con el objetivo de dotarlos de conocimientos y competencias técnicas en el amplio mundo de la programación informática. Se trata de Pasayo, un camino formativo que se empezó a gestar hace cuatro años en la ciudad de Neuquén y que hoy está a un paso de expandirse en toda la provincia.   

“Pasayo nació a partir de pensar un rol distinto para las juventudes en el espectro autista de cara al futuro. Nos preocupó el rol que tendrán en el futuro los que hoy son niños y jóvenes”, contó a este medio el docente investigador de la Facultad de Informática de Universidad Nacional del Comahue, y coordinador del proyecto, Federico Amigone.  

Si bien funciona como una escuela de programación, no tiene una currícula convencional y sus contenidos están divididos en tres niveles (ver adelante). Van desde lo tangible hasta lo digital y el objetivo es hacer un acompañamiento temprano para enseñar lo que en la industria informática se conoce como lógica de programación.

(Foto: Florencia Salto)

Este concepto no está vinculado con un lenguaje específico, sino más bien con la forma de pensar soluciones a la hora de escribir un código que la computadora interprete.

El año pasado, desde Pasayo trabajaron con aproximadamente 20 familias, la mayoría de la zona de la Confluencia, y también del interior de Neuquén y provincia de Buenos Aires. De esas intervenciones, que fueron cerca de 300, surgieron en total unos 200 programas ejecutables.

En números

200
programas ejecutables se crearon en 2022, a través de la plataforma Pasayo.

“Diseñamos un dispositivo que configure un trayecto formativo desde un momento temprano. Es importante que los papás y las mamás de los jóvenes con autismo comprendan que la universidad hoy no tiene herramientas para formarlos”, añadió Amigone.

El equipo está cerca de conseguir financiamiento por parte de Nación para poder expandirse en toda la provincia. Les permitirá no sólo incrementar la cantidad de profesionales, sino también podrán incorporar mejoras a la plataforma y ampliar la funcionalidad (ver adelante).


La plataforma y la escuela


Si bien Pasayo dota a jóvenes de conocimiento de programación, eso no significa que luego de transitarla la persona está lista para insertarse en el mercado tecnológico. “El objetivo es ser un puente entre las personas del espectro y la programación”, aclaró Amigone.

En el proceso de germinación del proyecto, el equipo se encontró con pocas herramientas para producir aprendizajes de programación en el espectro autista. Por esto es que se decidió crear un producto propio, didáctico y específico.

El objetivo es ser un puente entre las personas del espectro y la programación».

Federico Amigone.

La plataforma está pensada en tres niveles que tienen que ver con el orden de complejidad con el que se aproximan a la programación como objeto de estudio. El tránsito en cada nivel no tiene un tiempo determinado y varía según cada persona.

Dentro Pasayo no tenemos curricularizado el tiempo de los contenidos, porque no somos una escuela convencional. Nos adaptamos a las fortalezas del estudiante. Nos quedamos programando en el modo que el estudiante necesite, el tiempo que necesite”, detalló.


Los tres niveles de Pasayo


En los tres niveles de programación de la plataforma se trabaja con el concepto de transposición de narrativas. Entra una suerte de cuento o relato que plantea un problema y deriva un programa que permite solucionar esa narrativa.

Para principiantes está el nivel Tangible, le sigue el de Bloques y el último es el Textual.

Tangible, como lo dice la palabra, enseña a programar con cosas que se pueden tocar. “Podemos imaginarlo como un juego de mesa, donde vas acomodando fichas o pictogramas que representan una instrucción dentro del lenguaje de programación”, explicó el coordinador.

Básicamente es presentar las primeras nociones y ver que, cuando se realizan instrucciones, se produce un efecto y se comienza a comprender el poder computacional.

Federico Amigone (izquierda) y Jorge Rodríguez (derecha) fueron los principales desarrolladores. (Foto: Florencia Salto)

Ese trayecto no suele ser muy largo. Cuando vemos que ya se adquirieron nociones básicas y se modelaron estructuras cognitivas que permiten resolver este tipo de problemas, pasamos al siguiente modo”, señaló.

El modo por Bloques ya es 100% en la computadora. Los elementos del lenguaje de programación son objetos visuales que se pueden apilar para producir un programa ejecutable. Un ejemplo es hacer que un avatar (una figura virtual) se mueva dentro de un laberinto a partir de las instrucciones en formato bloque se apliquen. Este nivel suele ser más extenso que el primero.

Y finalmente, cuando se percibe que la programación en bloque ya permitió comprender las estructuras de control y alternativas, se pasa a la programación en Texto.

Este nivel requiere de lectoescritura porque se programa en un lenguaje industrial que es Javascript. El concepto aquí es similar a los anteriores, se transponen narrativas, pero esta vez se termina en un código de Java que se puede ejecutar.

“Eso es maravilloso porque ahí nuestros niños y jóvenes ya están programando en un lenguaje industrial”, cerró Amigone.


La expansión por Neuquén


Hace unos meses el equipo de Pasayo trabaja con la Agencia Neuquina de Innovación para el Desarrollo (ANIDE); la fundación de la UNCo (Funyder) y el Consejo Federal de Inversiones (CFI) de Nación, para hacer un lanzamiento de la escuela en toda la provincia de Neuquén.

Están plena gestión de fondos para ampliar el equipo actual, integrar la plataforma y sumarle nuevas funciones.

Es una experiencia realmente inédita. Hay pocos datos censales respecto de dónde están ubicados geográficamente y en qué situación están las juventudes del espectro”, indicó Amigone.

Será por seis meses el apoyo y les permitirá ampliar el proceso de investigación que lideran, ya que no solo hay pocas iniciativas en la materia a nivel nacional, sino también internacional.

“Felizmente encontramos esta financiación porque el gran problema que tenemos nosotros es ese: fondear la escuela y este proyecto de investigación que en realidad tiene formato de escuela, pero es fundamentalmente un proceso exploratorio, tecnológico y político”, concluyó.

Para obtener mayor información se puede acceder a la siguiente dirección web: https://c4.fi.uncoma.edu.ar/pasayo/


Las tecnologías y el apoyo privado


Pasayo está íntegramente desarrollo con JavaScript y para que la aplicación quede 100% funcionando se utilizó el stack MERN (Mongo, Express, React y Note). Básicamente, es el set de herramientas más conocido del lenguaje, y permite no solo trabajar en el backend de la plataforma (Node y Express), sino también en la base de datos (Mongo) y también el frontend (React).

En lo que es el módulo de programación en bloque usaron una librería de Google que se llama Blockly, que permite manejar objetos visuales y asociarlos a una instrucción en lenguaje de programación.

Para el desarrollo recibieron apoyo privado de empresas como Patagoniantech, Matra, Davitel, AlitáWare y GeoControl.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Nuestras directrices editoriales

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios